CAPITULO 43

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Este capítulo está sacado de una de mis sagas favoritas: The maze runner

⭐⭐⭐

Nadie dijo una sola palabra mientras los chicos entraban uno a uno en el agujero de la alcantarilla, solo intercambiaban miradas asustadas y parpadeantes al ir acercándose a la oscuridad.
Unos segundos más tarde, cuando solo quedaban Christopher y Erick, este último echó un último vistazo a su amigo.
-¿Estas seguro de esto?
-No va a pasarnos nada. Le tranquilizó Christopher.
-¡Deprisa! Les gritó Joel desde abajo. Tenemos que apurarnos.

Con la expresión herida, Erick atravesó la entrada, dejando a Christopher solo en la sala. Este miró a su alrededor por última vez; recordó haberse despertado apenas unos días antes, desorientado, sin saber que estaba ocurriendo.
Y sin más dilación, cerró los ojos y se dejó caer en el agujero.
Cuando sus pies tocaron suelo, una oscuridad intensa le rodeó de forma repentina, impidiéndole ver nada.
-¡Hey! Gritó, ignorando el repentino ataque de pánico en su propia voz. Chicos...
Antes de terminar la frase, tropezó con algo y cayó hacia adelante sobre un cuerpo que se retorcía.
-¡Hay! Chilló Erick, quitándose a Christopher de encima.
-¡Todos quietos y callar la boca! Ordenó Richard. ¿Christopher, eres tú? ¿Estás aquí dentro?
-¡Si! Exclamó Christopher, mientras se incorporaba y caminaba a tientas en la oscuridad, tratando de no chocar con nadie más.
-Que mala suerte que no tengamos una linterna. Murmuró Zabdiel.
-Gracias por lo obvio. Repuso Richard. Bueno escuchar: estamos en una especie de pasillo; hay paredes a ambos lados y en principio, estamos en una línea recta. Zabdiel está detrás de mí, seguido por Joel y Erick. Christopher, tu eres el último así que intenta seguir el sonido de mi voz y no perderte.

Nada más decir eso, Richard comenzó a caminar hacia adelante. El murmuró de los pies que se arrastraban era el único sonido que se escuchaba en ese instante.
Cuando Christopher percibió que era el último que quedaba y que ya no se tropezaría con nadie, se desplazó lentamente hacia la izquierda hasta que se topó con una pared dura y fría. Luego marchó detrás del grupo, dejando que su mano se deslizara por el muro para orientarse.

Mientras caminaban, nadie pronunció una sola palabra. A Erick le fascinaba que sus ojos no se adaptaran a la oscuridad, ya que no existía ni el más mínimo indicio de luz. El aire que entraba era fresco, pero olía a polvo y a cuero viejo. Un par de veces, chocó contra Joel. Ni siquiera sabia exactamente si se trabaja de él, porque el chico no había dicho nada cuando se golpearon.

Y así prosiguieron, mientras el túnel se extendía siempre en línea recta, sin doblar nunca hacia la izquierda o derecha. Gracias al roce de la mano contra la pared y el suelo por el cual se deslizaban sus pies, lograban mantenerse en contacto con la realidad.
De repente, una intensa explosión de susurros que parecían venir de arriba llenaron el túnel. Richard frenó de golpe, seguro de que no había sido ninguno de los chicos.
-¿Habéis oído eso?
Mientras Zabdiel, Erick y Christopher asentían con la cabeza, Joel inclinó el oído hacia el techo, haciendo un esfuerzo por distinguir algo más allá de esas voces.
El ruido había sido tan rápido como un relámpago: unas pocas palabras cortas, que habían sonado como si hubieran sido pronunciadas por un hombre mayor. Pero el mensaje habia sido indescifrable.
-¿Alguien a entendido lo que decía? Preguntó Erick.
-Una palabra. Respondió Zabdiel. Algo así como un susurro, sonaba como un "regresen".
-Calmaos todos y prestar atención. Exclamó Richard.

La siguiente vez que surgió la voz, los chicos entendieron hasta la última sílaba: "Teneis una última oportunidad, regresar ahora y no seréis rebanados"
-¿No seréis rebanados?
Joel intentó no pensar en lo siniestras que habían sonado las tres últimas palabras. O seréis rebanados. No sonaban nada bien, y el echo de no ver nada empeoraba las cosas.
-¡No os detengais! Dijó Richard. ¡Vamos!

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora