CAPITULO 38

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Erick caminaba a toda prisa hacia la salida del parque de atracciones.
Podía ver todas las puertas enfrente de él, asique salió corriendo empujando a la gente y abriéndose camino, cuando de pronto se paró en seco.
A menos de doscientos metros de distancia, Alonso se acercó a las puertas y recorrió con la mirada el aplastamiento de los cuerpos que se vertían dentro y fuera de las puertas.
Había descubierto que Erick se había escapado del cuarto de baño y bloqueaba la única salida del parque.
Mirando a su alrededor, Erick vió que una alta valla de malla de alambre de púas rodeaba el parque, y la única manera en que se podía huir era a través de las puertas de salida.
Él lo sabía y Alonso también.

Erick se volteó bruscamente y se introdujo entre la multitud, mirando hacía atrás cada pocos segundos, asegurándose de que Alonso no le había visto.
Se abrió paso en el parque, suponiendo que Alonso aún estaba en el último lugar donde lo había visto, en las puertas. Su mayor interés era estar lo más lejos posible de él.
Parándose en mitad de la multitud, pensó en dos opciones. Podía esconderse en la oscuridad de la casa de las risas hasta que llegasen los chicos y la policía, o podía subir a la noria y allí podría ser capaz de ver a Alonso y mantener una mejor vista de él. Mientras Alonso no levantase la vista, estaría bien. Por supuesto que sí él le viese, no tendría duda de que estaría esperándole abajo.
Decidió seguir moviéndose entre la mayor cantidad de gente, donde hubiese mayor tráfico.

Había una división en el paso de peatones en la rueda de fortuna. Una de las rutas se desviaba hacía el paseo del agua, mientras que la otra llevaba a la montaña rusa.
Erick se acaba de virar para seguir caminando, cuando Alonso apareció en su campo de visión. Él también le vió.
Ambos estaban en caminos paralelos, tan solo el teleférico del paseo del cielo les separaban. Un chico y una chica se sentaron en la silla, esta se balanceó, rompiendo momentáneamente el contacto visual que tenía con Alonso, así que tomó ese momento para correr.

Se abrió paso entre la multitud, pero los pasillos estaban congestionados, lo que hacía imposible moverse rápido.
No se atrevió a mirar atrás, pero sabía que Alonso no podía estar muy lejos. Él no intentaría nada frente a toda esa gente. ¿O si? Negó con la cabeza para eliminar aquel pensamiento y se concentró en el camino.
Un golpe en su hombro le sacó bruscamente de sus pensamientos, encontrándose a una pareja enfrente de él.
-¡Hey, cuidado!
-Perdón. Se disculpó Erick jadeando. ¿Podrías decirme que camino es el de la salida?
-¿Donde está el fuego? Se burló la joven. No hace falta ir tan rápido.

Negado con la cabeza, Erick se giró hacia la izquierda y se abrió paso entre la multitud.
"Disculpe, tengo que pasar", "permiso"
Por encima de los arbustos, las luces de los paseos ardían y brillaban sobre el fondo de la noche. Erick se detuvo en una intersección, tratando de orientarse. ¿Izquierda o derecha?
-Aquí estás. El aliento de Alonso chocó contra su nuca.
Él puso su mano en el cuello del menor enviándole escalofríos por todo su cuerpo.
-¡Ayuda! Gritó Erick por instinto. ¡Que alguien me ayude!
-Mi hijo. Explicó Alonso a las pocas personas que habían hecho una pausa suficiente para dirigir su atención hacía ellos dos. Este es un juego que solemos hacer.
-¡No soy su hijo! Gritó el menor lleno de pánico. ¡Quita tus manos de mí!
-Ven aquí, pequeño. Alonso le atrapó entre sus brazos, manteniendole presionado a él. Necesito que cooperes Erick, no quiero hacerte daño, pero lo haré si no obedeces.
-¡Alejenlo de mi! Gritó Erick a alguien que pudiera escucharle.
Alonso puso el propio brazo del menor tras su espalda y Erick habló entre dientes tratando de combatir el dolor.
-¿Estás loco? Dijó. ¡Yo no soy de tu propiedad, déjame ir!
Alonso tapó la boca del menor con la mano, pero Erick ya tenía el pie levantado. Con un rápido movimiento, este le dió una fuerte patada en el tobillo haciendo que Alonso soltará un grito de dolor y se doblará hacia adelante. Sus brazos se afloraron un poco ante la sorpresa del ataque.

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora