CAPITULO 25

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Una ligera brisa despertó a Zabdiel del profundo sueño en el que había caído horas antes.
Todo el dormitorio se encontraba a oscuras, salvo por un rayo de luz que entraba de entre las cortinas.
Erick dormía a su izquierda, con las sábanas cubriendole hasta el cuello. Parecía calmado, respirando tranquilamente mientras su pecho subía y bajaba.

Levantándose lentamente de la cama, Zabdiel caminó hacia la cama de su amigo y se sentó en ella.
Desde donde estaba podía ver claramente el rostro de Erick, bueno, el de Johandri. Estaba claro porque Alonso le había puesto ese nombre; pretendía sustituir a su hijo muerto por alguien que estuviera vivo, y ese era Erick.
Ahora todo tenía sentido para Zabdiel; el secuestro, el borrado de memoria, el tratarlos tan bien... desde un principio tenía un plan, el convertir a Erick en su hijo muerto. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

Un jadeo por parte del menor hizó que Zabdiel le mirará atentamente, encontrándose con que este estaba despierto, mirándole fijamente con los ojos bien abiertos.
-Tienes que salir de aquí. Dijó de pronto. Tienes que salir antes de que sea tarde.
(Zabdiel frunció el ceño, confundido)
-¿De que hablas?
-De ti, de Christopher, de Joel, de Richard... todos estáis en peligro Zabdiel. Alonso tiene un plan, y créeme que es peligroso.
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Zabdiel. Le recordaba, Erick le recordaba.
-Me recuerdas...
-Va a usarla Zabdiel. Va a usarla de nuevo.
-¿Usarla? De quien hablas?
-De Annabelle. Ella va a volver, va a volver a por todos.

..

Zabdiel se despertó jadeando, con el corazón golpeándole dolorosamente contra las costillas.
Estaba acostado en su cama, y la luz de la calle se filtraba a través de las cortinas. Tenía los cabellos pegados a la frente por el sudor.
Todo había sido un sueño, un simple sueño.

Cuando se incorporó y encendió la luz de la mesita de noche, no se sorprendió al ver a su amigo dormido.
Este se movió en ese preciso instante. Había empezado a emitir pequeños jadeos en su sueño, con los ojos corriendo de un lado a otro detrás de los párpados.
-Erick...
De un salto, Zabdiel se levantó velozmente de la cama y se sentó junto a su amigo.
-Erick, despierta. Dijó mientras le sacudía enérgicamente. Despierta, por favor.
El menor abrió los ojos de golpe. Permaneció aturdido durante un instante; se había quedado pasmosamente en blanco.
-¿Erick? Zabdiel no logró esconder su sorpresa.
Pero su amigo no parecía escucharle, tenía la mirada perdida, en un punto entre la puerta y la pared.
(Zabdiel suspiró asustado)
-¿Johandri?

Como si algo dentro de él se hubiese activado, Erick parpadeó y le miró fijamente.
-Zabdiel... ¿Que haces aquí?
-Estabas teniendo una pesadilla. Dijó Zabdiel ya más calmado. ¿Te encuentras bien?
(El menor asintió con la cabeza)
-Si, lo siento mucho si te desperté. Estaba soñando con unas personas, con tres chicos concretamente. Y estabas también tu, y un hombre mayor. Era... como si fuésemos una familia. Todo parecía bonito hasta que de pronto aparecía una sombra oscura y os llevaba a todos... No sé porque pero yo no paraba de llorar. No conocía de nada a esos chicos pero perderlos fué doloroso, muy doloroso. ¿Que crees que significa?
-No lo sé. Dijó Zabdiel bajando la mirada. Tal vez sea solo un simple sueño, duérmete.

Levantándose de la cama, Zabdiel se dirigió directamente al baño, donde nada más entrar cerró con pestillo.
En cuanto la puerta se cerró tras él, Zabdiel se desplomó sobre la pared, como si le hubiesen cortado las piernas.
Estaba lívido con una mezcla de horror, conmovió y lo que casi parecía alivio, como si hubiese evitado una catástrofe por muy poco.
Le dolía, le dolía ver a Erick así y realmente deseaba decirle toda la verdad. Pero aún resonaban en su cabeza las palabras que le dijó Alonso antes de que todo comenzase. "Como le digas algo a tu amigo, juro que le mataré".
No podía decirle la verdad, no podía poner su vida en peligro otra vez.

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora