CAPÍTULO 38

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Sentía mi mente embotada, mi cuerpo no parecía mío. Las luces muy blancas me deslumbraron en cuanto abrí los ojos.

Mi cuerpo se sentía extraño, no dolorido pero aletargado. Con un enorme esfuerzo moví mi mano y enseguida unos cálidos dedos la rodearon.

—¡Ethan! —resonó la voz de Gala en susurros —Al fin has despertado —exclamó entrando en mi campo de visión.

Su rostro se veía ojeroso y sus ojos algo rojos y llorosos pero su sonrisa era cálida y radiante.

—Gala... —musité sintiendo mi boca seca.

—¿Cómo te sientes, cariño? ¿Estás bien?

—Tengo sed... —musité y Gala me acercó un vaso con agua ayudándome a incorporarme para mojar mis labios —¿Qué ha pasado? —inquirí con la mente embotada.

Me sentía extraño. No entendía dónde estaba ni reconocía nada de lo que me rodeaba. Solo tener a Galadriel sosteniendo mi mano me daba calma.

—¿No recuerdas nada?

—No —aseguré pero entonces algunos destellos llegaron a mi cabeza.

Recuerdos de Gala despidiéndose de mí para atravesar la calle. Recuerdos de un coche dirigiéndose a ella a toda velocidad. Gerard conduciendo, recordé con un jadeo.

—Gerard... —gemí por fin recordando y comprendiendo de pronto dónde estaba y por qué estaba allí —¿Te ha hecho daño? ¿Cómo estás? —indagué nervioso intentando incorporándome pero sintiendo un fuerte dolor que me hizo volver a recostarme.

—Estoy bien. Gracias a ti estoy bien —dijo y dos lágrimas solitarias rodaron por sus mejillas mientras me empujaba suavemente sobre la cama.—Tú me sacaste de la calzada y te atropelló a ti en mi lugar. Has pasado varias horas en quirófano pero han detenido la hemorragia y unido los huesos de tu pierna.

—¿Ha dañado algo...? —indagué preocupado esforzándome por sentir todas las partes de mi cuerpo y notando por fin la venda que rodeaba mi pierna y el ancho vendaje que rodeaba mi torso.

—No. Todo está bien aunque el médico dice que deberás llevar un bastón el día de la boda —explicó sonriendo y supe que nada podría haber mal si Gala sonreía de esa forma.

—¿Un bastón? —gemí —Nada más me hacía falta para parecer un viejo junto a ti —me quejé haciéndole reír.

—Tienes contusiones varias, un par de costillas rotas y la pierna derecha con fractura en tres sitios —contó —Tienes que mantenerte en reposo por una semana antes de que puedan poner escayola en tu pierna. De momento llevas una venda y una férula hasta que baje la inflamación. También el reposo ayudará para que se puedan soldar las costillas.

—¿Una semana en reposo? —gimoteé.

—Sí. Finalmente deberemos posponer la boda al menos un par de semanas —reconoció —Y creo que la luna de miel en Hawaii no será una gran idea si no puedes ir a la playa.

—Lo siento, ratoncito.

—No quiero que lo hagas. No puedo más que agradecerte lo que hiciste por mí y yo debo disculparme porque no hubiera sucedido nada de esto si no hubiese existido Gerard en mi vida —dijo con silenciosas lágrimas rodando por su rostro.

—No llores —pedí —Solo necesito saber que tú estás bien.

—Lo estoy. Lo estamos —aseguró acariciando su vientre.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2018 ⏰

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