BOKU NO HERO NO ME PERTENECE, NI SUS PERSONAJES.
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Podemos observar a un joven de aproximadamente 25 años, con el cabello negro con toques verdes, un estilo alborotado y unas cuantas pecas en el rostro, éste era nada más y nada menos que Izuku Midoriya, el sucesor de All Might, se encontraba recostado en su cama durmiendo cuando los rayos hicieron acto de presencia cumpliendo la función de despertarlo.
Izuku: -Ahhh, ¿qué sucedió?.-
En ese momento el héroe siente algo de peso en su pecho, levanta la sábana, encontrando una cabellera castaña que conocía bastante bien, ese hermoso cabello corto, ahora un poco más largo a como lo recordaba. Se dedico a sonreír y pensó
Izuku: "Esto está mal, Uraraka-san merece algo mejor, además estoy comprometido, pero ¿por qué no me siento mal ni arrepentido en estos momentos? Es mas, es el mejor sueño que he tenido desde que comenzó mi trabajo como símbolo de la paz".
La chica de mejillas regordertas comenzó a despertarse y al abrir los ojos lo primero que vio fue aquella mirada esmeralda, esa mirada que la cautivaba y hacía sonreír cada vez que la veía
Uraraka: -Buenos días Deku-kun.-
El corazón del nuevo símbolo de la paz comenzó a latir cada vez más rápidamente, y es que sólo ella tenía ese efecto en él, con tan sólo decir aquel mote tan odioso que el actual héroe número 2 le había puesto, pero de forma cariñosa y animada lograba sonrojarlo como en sus primeros años en la Academia.
Izuku: -Buenos días Ochako-. Dijo nuestro protagonista con una enorme sonrisa haciendo que a la chica le brote un poco de color carmesí en aquellas mejillas llenitas por la manera en la que la había llamado y sus ojos comenzaron a cristalizarse un poco para después abrazar aún mas su compañero, antes de aula y en esos precisos instantes de cama
Uraraka: -Te extrañé tanto Deku-kun- comentó mientras se acurrucaba aún más en el bien formado pecho del chico sin soltar el abrazo
Izuku: -Esto... Ochako- comentó Izuku algo sonrojado mientras evitaba el contacto visual. Uraraka sólo sonrió aún más ante esto, Izuku, SU izuku no había cambiado mucho desde que se fue a Norteamérica por la beca que consiguió.
Uraraka: -No has cambiado mucho Deku-kun- Decía Uraraka mientras volvía a recostarse para caer nuevamente en los brazos de Morfeo.
Izuku se percató de esto y decidió levantarse para hacer el desayuno, en ese momento tuvo una de las misiones más difíciles de su vida, levantarse de la cama sin despertar a su compañera, después de 10 minutos logró ponerse de pie, no sin antes haber reemplazado su cuerpo con una almohada, se colocó unos vaqueros azules y se dirigió a la cocina. El sabía que Uraraka amaba la comida japonesa, pero no había contemplado que sus gustos pudieron haber cambiado durante su estadía en Norteamérica, al fin y al cabo, no habían tenido tiempo de hablar, pues después ese reencuentro el tiempo pasó demasiado rápido y en un momento a otro ambos estaban en la cama, un sonrojo masivo apareció en su cara al recordar todo lo que había hecho la noche anterior, sacudió un poco la cabeza y se dispuso a elaborar el desayuno para la mujer que fue su gran amor durante sus años como estudiante en UA.
Ochako despertó al momento que un agradable olor inundaba sus fosas nasales, se acurrucó un poco más en lo que ella creía era el pecho de nuestro peliverde, pero se extrañó al notar que este era muy suave. Con un poco de pereza logró sentarse en aquella cama de sábanas blancas, se talló los ojos y pensó
Uraraka: "¿habrá sido un sueño?" Ese pensamiento la desilucionó demasiado, después de todo, ella extrañaba a SU Deku-kun y ese sueño había sido perfecto, esa triste sensación no duró mucho pues una voz masculina la sacó de su ensoñación
Izuku: -Veo que despertaste, bueno, te espero en la cocina- comentó al momento que le daba una tierna sonrisa.
La pelicastaña desvió la mirada y pudo apreciar la mejor imagen que había visto en su vida, ahí, apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa hermosa, vestido con unos pantalones vaqueros dejando ver su trabajado torso estaba el hombre del cual se había enamorado durante sus días de estudiante en UA, la vista ocasionó un pequeño color carmesí en sus mejillas y sólo alcanzó a decir:
Uraraka: -Ahora voy- mientras sonreía como no lo hacía desde hace mucho, de manera verdadera.
Izuku: -Bien, te estaré esperando- comentó nuestro peliverde mientras le guiñaba el ojo al pequeño tomate en crecimiento que estaba en su cama, para posteriormente salir y dirigirse a la cocina.
La chica de mejillas regordetas sólo alcanzó a agarrar la almohada y gritar usando ésta para mitigar el sonido, después de todo, su chico, le había hecho el desayuno, no es que ella no confiara en Izuku, pero no lo había visto en mucho tiempo, no sabía qué había sido de él desde que se fue de Japón, lo único que sabía es que ahora aquel pequeño peliverde era todo un hombre, no solo había cambiado físicamente, sino también se notaba más maduro, pero hasta ahí, ¿Qué había sido con la vida de Deku? ¿sería feliz? ¿habría cambiado algunos de sus gustos? ¿seguiría murmurando? ¿tendría novia? Esta última cuestión hizo que su pecho le comenzara a doler un poco al recordar algunos momentos en los que las chicas se acercaban al pecoso cuando aún era un estudiante, ahora que era él era el nuevo símbolo de la paz de seguro tendría muchas admiradoras y alguna que otra acosadora. Se mantuvo estática por unos instantes, hasta que recordó algo, su amor la estaba esperando con un desayuno, se levantó de la cama de golpe, percatandose de la ausencia de ropa, se sonrojo un poco recordando la noche anterior mientras una pequeña gota de sangre escurría por su nariz, agitó la cabeza para aclarar su mente y busco sus prendas menores lo más rapido que pudo, para finalmente colocarselas, al terminar observó la camisa de Izuku y se la colocó.
Salió de la habitación y avanzó por el pasillo y se encontró con una escena que la dejo atónita, mientras una lágrima escurría por su mejilla...
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CAMBIO DE ÚLTIMO MINUTO (IzuChako)
RomanceOchako regresa a Japón y se reencuentra con aquel chico peliverde que aumentaba su ritmo cardiaco con sólo una sonrisa. Su amor no será sencillo, pero ¿podrán estar juntos?