MARTÍA *She used to be mine*

CAPITULO 5

Maria

En el trayecto hasta recepción, se nos une toda la casa preguntando y agobiando también.

-Se ha caído en la ducha, pero que esta bien tranquilos, solo le duele la rodilla- les tranquilizo cuando Adriá se la lleva para abajo.
-Como ha sido? Se ha dado en la cabeza o algo?- insiste Famous.
-He dicho que está bien, vale?- saco mi tono borde, doy media vuelta y me meto en un baño.

Al otro lado oigo "pero y a esta que la pasa", y cuando se aleja el sonido, suspiro y me llevo las manos a la cabeza.

En serio he estado a punto de besar a Marta? O mejor dicho, en serio hemos estado a punto de besarnos? Porque, joder, ella estaba esperando a que me lanzara claramente.
Estoy echa un puto lio, y mira que soy decidida y directa.
Yo...quería besarla...creo, no se, es como que en ese momento no podía contenerme, no podía pensar en otra cosa que no fueran sus putos labios perfectos.

Me tiro del pelo y doy un golpe a la pared, aun que me arrepiente al segundo, que daño coño.

-Maria, estas bien?- oigo la dulce voz de Marilia desde el baño de al lado.
-Si, si
-Seguro, si quieres hablar ya sabes que estoy, vale ricurita?
Sonrió solo de escucharla, salgo del baño y la abrazo.

A la hora de comer, todavía no han subido a Marta, y empiezo a preocuparme un poco, a ver si se la han llevado al hospital, y todo por mi culpa. Igualmente intento fingir indiferencia, pero cuando todo el mundo se echa la siesta o se va a ensayar, me acerco a Adriá y le pregunto.

--Como esta Marta?
-Esta bien, enseguida la suben.

Me tranquilizo un poco, y para salir un poco de mis pensamientos, me meto en un box y empiezo a cantar 'Contigo' mi canción de la semana.

Contigo, yo quiero estar contigo, y decirte que ya no puedo vivir, sin ti.

Obviamente, lo único que consigo es acordarme de mi novio y me entran ganas de llorar.
Vaya puta mierda de día joder.

Se me escapa una lagrima, y miro al cristal para comprobar que nadie me esta viendo, cuando veo que todos corren hacia la entrada.
Salgo del box y les sigo para ver que pasa.
Es Marta.
Todos forman un corro al rededor de ella y de Noemí en la puerta, y yo me hago un hueco como puedo.

-Chicos, que estoy bien, me duele pechá, pero estoy bien- sonríe y nos hace reír a todos.
-Le han dado una muleta para que no fuerce la rodilla al andar, pero esta perfectamente, así que arreando y cuidarmela mucho- nos dice Noemí, acompañandola al sofá.

Marta

Me dejo caer en el sofá y dejo la muleta en el suelo. Mae mia, a mi madre le debe estar dando un infarto.
Todos se sientan cerca mio en el sofá, todos menos Maria, que se sienta en el suelo, algo apartada, pero sin quitarme los ojos de encima.
Las horas que he estado abajo he pensado, pero realmente no me a servido de una mierda, no he sacado nada en claro. Unicamente que casi nos besamos, las dos. Pensé que solamente yo tenia un sentimiento de atracción, pero supongo que no es así. Y no se si eso me gusta o me preocupa mas.

A las 6 y media, comienza el pase de micros. Me colocan una silla para que este cómoda y no de pie.

A corde con como llevo el día, la canción me sale horrible, aun que los profes entienden que estuviese desconcentrada y me dicen que trabaje. Así que me paso toda la tarde ensayando con Alba, y después de cenar, cuando ella ya estaba agotada, yo sigo ensayando y ensayando sola.
De echo, pierdo la noción del tiempo, y me sorprendo cuando las luces se apagan, son las once de la noche yaaa?

Me doy la vuelta y observo a Maria, que esta ensayando en la sala a oscuras también. Se da cuenta de que la miro desde el box, para la base de su canción y se acerca.
-Que tal mi lisiada favorita?- me sonríe abriendo la puerta.
-La rodilla, ahí va, lo que me duele pechá ahora es la espalda.- me retuerzo un poco en la silla y me levanto.
-La espalda?- pregunta mirandome fijamente y yo asiento.
-Ven, vamos al sofa- me acerca la muleta y me abre la puerta.

Cuando llegamos al sofá, a mi ritmo, me siento agotada, y María se remanga la camiseta del pijama y me mira.
-Que?
-Que te tumbes, que te voy a hacer un masaje- me dice y me levanta una ceja.
-María, de verdad que no hace falta, esto durmiendo se me pasa
-Marta, tumbate y callate ya.

Frunzo los labios, claramente sabiendo que no voy a poder convencerla de que lo deje, e intento mirar el lado positivo.
Me tumbo bocabajo y cierro los ojos, esperando el dichoso masaje.