CAPITULO 2.1

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Marta

Otra noche más.
Ya es una semana aqui y sigo sin poder dormir. Me cuesta cerrar los ojos y hacerme a la idea de que estoy sola, seguramente me pase porque es la primera vez que me siento desprotegida: he vivido toda mi vida con mis padres, en la academia no podía estar mejor acompañada, después vino ella, aun me duele cuando la pienso y nuestros recuerdos se hacen dueños de mi cabeza...y bueno, ahora estoy en esta habitación, sola.

Así que, como llevo haciendo desde que nos mudamos aquí, salgo de mi cuarto dispuesta a colarme en la habitación de mi amiga, y la veo en el sofá con una tarrina de helado e intentando no llorar con una película de amor a las tres de la madrugada. Genial, no sé quién esta peor de las dos.

-Alba?- llamo su atención y se gira rápidamente para mirarme.

-Joder Marta, que susto- dice secándose las lagrimas de la cara- qué haces despierta todavía amor?- se levanta y me agarra de las manos esperando una respuesta, pero las dos sabemos que no es necesario que se lo explique una vez más.

Hace ya una semana que decidimos mudarnos a Madrid las dos. Después de lo de Maria me vi obligada a volver a Málaga, pero aproveché que Alba también buscaba piso para venirme con ella. Mi plan desde el principio era mudarme con Marilia, pero ni ella estaba preparada para dejar Galdar ni yo estaba preparada para lo que me pasó con Maria, todo ha sido demasiado rápido y necesito como mucho un mes para acoplarme a mi nuevo hogar y como mínimo poder dormir otra vez.

-Venga, vamos a la cama- dice por fin dandome un beso en la mejilla. El primer día me dio un poco de vergüenza preguntarle si podía dormir con ella, me sentía bastante ridícula, pero Alba es tan comprensiva que  lo hace todo mas fácil. De hecho ya no tengo ni que hablar, ella me entiende igual.
Ya en su cama, nos arropa a las dos y me abraza hasta que caigo rendida.

Llevo días con las ojeras plantadas en la cara, y por si fuera poco mañana nos reunimos los dieciséis en Madrid para empezar a preparar y ensayar el concierto, sinceramente no sé si tengo el mejor humor para esto.

Hace tiempo que Manu preparó el repertorio de canciones para el concierto, cuando María y yo aun nos sentíamos las personas mas especiales del mundo por tener a la otra al lado, y con mucha ilusión ambas decidimos que queríamos cantar "Ella", decisión de la que ahora nos arrepentimos. Sobretodo porque llevamos sin vernos ni hablarnos desde que me fui de casa, o mejor dicho, desde que me echó de casa. Con lo que cantar con ella nuestra canción no es de mis planes favoritos ahora mismo.

Aun así estoy segura de que voy a volver a verla antes de los ensayos. Alba me convenció para hacer una cena en nuestro nuevo piso los dieciséis juntos para que lo vieran y estar un rato en casa. Aunque María es capaz de no presentarse, y me haría un gran favor.
Después de echarme de casa intentó ponerse en contacto conmigo un par de veces, pero después de eso nada.

Pasamos de tenerlo todo a no tener nada en cuestión de segundos. De ser íntimas a desconocidas de un día para otro. Y duele, claro que duele.

María

-Afri por favor, no te estoy pidiendo tanto- suplico al teléfono, se ha convertido en mi rutina diaria. La llamo prácticamente todos los días intentando convencerla de que hable con Marta o vaya a verla para decirme algo de ella, lo que sea.
Hace un mes que no sé nada de ella, y más de una vez he estado tentada de llamarla, pero mi orgullo no me lo permite aunque me arrepienta a todas horas de haberla dicho lo que la dije...llamarla sería darle la razón y no la tiene, eso es así, me jode, pero esta vez tengo razón yo.

-Y por qué no vas tú y ya está Mari? Este marrón no es mío- responde indignada mi amiga.

-No puedo, ya lo sabes- le recuerdo.

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora