CAPITULO 57

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Marta

Me despierto en mitad de la noche, exactamente en la misma posición en la que recuerdo que ya me pesaban los párpados viendo la película.
Miro hacia a María, que duerme debajo mío sentada y solo le falta roncar, que mona.
Le acaricio la suave piel de la cara para despertarla y abre un ojo.

-María, vamos a la cama bebé- asiente totalmente adormilada y se levanta con dificultad del sofá.

Arrastra los pies hasta el baño y cierra la puerta. Yo me quedo de pie frente a las puertas de las habitaciones.
Estoy realmente confusa sobre qué debería hacer. Es obvio que quiero dormir con ella, pero si me dijo que dejara mis cosas en el cuarto de invitados quizás quiera que duerma ahí, y lo entiendo, puede resultarle violento que durmamos juntas en la que, hasta hace poco, era su cama y la de su novio.

-Que haces?- pregunta al verme esperando frente las habitaciones.
-Yo...yo donde duermo?- pregunto y me mira frunciendo ligeramente el ceño.
Se frota los ojos y se acerca a mi
-Bueno, solo hay dos opciones-dice- puedes meterte en esta fría y solitaria habitación de invitados con la única compañía de tu maleta, o puedes venirte a mi cuarto, donde te espera una diosa rubia en la cama dispuesta a darte calorcito toda la noche- me da un pico y se mete en su cuarto con una sonrisita en la cara.

Lo he pillado.

Sin remedio, me meto con ella en la cama y le dejo un beso en la nuca antes de abrazarla y dormirme pegada a ella.

Ojalá me pudiese quedar siempre aquí.


Maria

-Entonces, de repente al árbol de navidad empiezan a crecerle brazos y piernas en forma de ramas, en plan 'Un monstruo viene a verme' y comienza a correr detrás mío pechá de rápido.
Yo cojo y me escondo en la habitación de mi padre, y él me mira to' rayao' pensando que se me ha ido la olla por completo.
Total, te lo resumo: cuando salimos de la habitación el árbol está en el sitio de siempre y me tienen que dar una pastilla tranquilizante y meterme en la cama- cuando termina de contarme la locura de sueño que ha tenido casi se me cae la tostada al suelo de la risa.

Como se puede tener tanta imaginación de manera inconsciente?

-Estas como una puta cabra- consigo decir cuando me recompongo en la silla.
Me pega una hostia en el brazo y nos reímos.

Cuanto echaba de menos levantarme de mala hostia por las mañanas y alegrarme el día con los sueños de Marta, eran mi desayuno diario.


Nos pasamos toda la mañana decorando la casa. Me daba mazo de pereza poner las cosas de navidad este año, pero en cuanto le he dicho a Marta que no lo iba a hacer casi me tira por el balcón, así que al final he tenido que bajar al trastero a cogerlo todo.

Como todos los años, pongo el árbol de navidad junto al piano en el salón y nos hacemos una foto, que se convierte en mi foto favorita al instante.
Marta sale tan contenta junto al árbol como un niño a punto de abrir los regalos de los reyes.

-Me encanta esta- dice señalando una en la que nos besamos.
-Parecemos un matrimonio en sus primeras navidades juntas- digo de coña provocando sus carcajadas.
-Es verdad, nos falta el perro.

Terminamos con lo que estábamos haciendo y abro unas cervezas para "recuperar fuerzas".

-Que quieres que comamos?- pregunto y se encoge de hombros.
No me apetece mucho cocinar, pero esta noche viene Afri a ver la gala y vamos a pedir unas pizzas, así que el recurso fácil de la pizza no podemos usarlo ahora.
-Me apetece pasta- dice finalmente y sonrío al coincidir.
-Ven- le cojo de la mano, y ya en la cocina, le saco todas las mierdas necesarias para hacer unos simples macarrones- ve haciéndolos, voy a bajar un segundo a por pan y tomate, que sino no me los puedo comer- digo y se ríe, pero lo digo totalmente en serio, la pasta sin tomate no es lo mismo.

Antes de que pueda salir de allí, me coge del brazo y me besa.
Ya la hemos jodido. Mira que le gusta hacerme esto...

Como suele pasarme siempre con ella, la cosa se pone caliente muy rápido, y los labios me arden al igual que el cuerpo entero.
Me empuja suavemente contra la encimera sin interrumpir el beso y abro la boca en busca de su lengua.

-No te ibas?- dice con una sonrisa separándose bruscamente de mis labios.
-Si- digo e intento recuperar el aliento- pero luego no te me escapas- añado antes de salir de ahí cuanto antes.


Bajo por las escaleras y todo de lo viva que me siento. Tan solo son dos pisos de mierda, pero teniendo ascensor nunca le he dado uso a las escaleras, lo veo innecesario.
Cruzo al super de enfrente y compro el pan, el tomate y una tarrina de helado de chocolate que se me antoja de repente. Eso me pasa por hacer ejercicio.

Me obliga a volver a casa más rápido para que no se derrita, pero aún así ya ha sido suficiente el tiempo que he estado fuera para joderlo todo.
Si lo hubiese sabido no me habría ido, joder.

Según entro en casa se me para el corazón en un puto segundo. La bolsa de la compra se me cae al suelo al ver la imagen de Pablo sentado en la mesa de la cocina comiéndose los macarrones.

-Hola rubia- dice con toda la tranquilidad del mundo.
Mi mirada busca a Marta por la casa, pero no la veo, y soy incapaz de mover los pies. Las manos si que las voy a mover, pero para repartir hostias.

-Que coño haces aquí Pablo?- digo apretando fuerte los puños a mis costados, intentando contener la rabia.
-También es mi casa,no?
-No. Dejaste de pagar el alquiler, te fuiste. Ya no vives aquí, que cojones estás haciendo aquí?- repito alzando más el tono de voz y me acerco hasta la mesa. Entonces saca una revista de su mochila y la deja encima.

-Venía para que me explicarais esto, aunque Marta ha sido lista y se ha pirado como le he dicho- dice, e ignoro la revista cuando saca el nombre de Marta, me hierve la sangre.

Nota:

Feliz año a todooooos!❤

Espero que os este gustando, y si tenéis ideas y eso me lo podeis decir😂

Dejar estrellita y coment si queréis que siga porfiiis

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora