CAPITULO 2.3

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Maria

Quien lo diría, estoy asustada. No lo digo porque no me asuste con facilidad, todo el mundo se asusta, sino porque nunca llegaría a pensar que sería por esto.
Y es que es así, lo admito: tengo un miedo terrible a perderla. Tengo miedo de que el tiempo que me ha pedido le sirva para darse cuenta de que quizás esté mejor sin mi, o de que se olvide por completo de lo que tuvimos y ya no quiera recuperarlo. Tengo miedo de que nunca vuelva a ser lo mismo.

Y creo que ella también tiene ese miedo, aunque se haya arriesgado a hacerlo para parar de hacernos daño, se ve cuanto le ha costado dar ese paso. Solo me hace falta mirarla beber copa tras copa con Natalia, en un intento de olvidar todos los pensamientos que atacaban su cabeza, la cual ahora es dueña del alcohol.
Yo también he bebido, ni si quiera la mitad que ella pero lo suficiente como para no poder coger el coche de vuelta a casa, suerte que he venido en el de Damion.

-Vamos a bailar!!!- oigo gritar a Marta desde el otro extremo del salón mientras Natalia, también bastante afectada por el alcohol, la arrastra para subirse las dos de pie sobre el sofá que tengo al lado. 
Marta me mira de reojo constantemente, al principio de la noche con cierto rencor, pero ahora reconozco su mirada provocativa a metros de distancia, es inconfundible para mi.

-Marii, ven a bailar con nosotras- me pide Natalia alargando los brazos, a lo que yo niego rotundamente con la cabeza- venga, no seas aburrida- insiste, y veo como Marta clava sus ojos en mí mientras le susurra arrastrando las palabras,

-Déjalo, podemos divertirnos nosotras- a continuación se bebe de un sorbo el chupito que tiene en la mano y me guiña un ojo.

Joder, esto solo puede acabar mal. Reconozco una borrachera cuando la veo, y la que Marta lleva encima es de las de "hago la primera gilipollez que se me pase por la cabeza y mañana me arrepiento todo el puto dia"

Y así confirmo mis sospechas cuando Julia me da un codazo para que me gire y la vea haciéndose un selfie mientras besa a Natalia y ambas se descojonan.

Supongo que me dolería mucho mas si fuese cualquier otra situación y con cualquier otra persona, y si no supiera que Natalia se muere por los huesos de Alba tendría unas palabras con ella. Pero, para mi sorpresa, no siento ni enfado ni celos, lejos de todo eso, siento una envidia terrible. Ya me gustaría ser yo la que besara los labios de Marta infinitas veces más de lo que ya lo he hecho.

-No se lo tengas en cuenta, van pedísimo- intenta consolarme Julia cuando ve que me quedo muda ante la escena.

-Ya- respondo simplemente y consigo dejar de mirarlas cuando termina la canción y dejan de bailar sobre el sofá- ahora vuelvo, voy al baño- le informo, pero ella me agarra la mano antes de que pueda salir de ahí.

-Estás bien rubia?- asiento y me da un beso en la sien antes de caminar hasta el baño esquivando peña.

La verdad es que estoy bastante mareada pero no sé si es por el alcohol o por lo jodida que me tiene la situación. Quiero odiarla por lo mal que me lo está haciendo pasar toda la maldita noche, pero en el caso de odiarla solo podría hacerlo por lo jodidamente enganchada que me tiene a ella. Ojalá encerrarla en una habitación conmigo y regalarle todo el amor que durante estas semanas no le he podido dar, ojalá.

En ese momento la puerta del baño se abre e interrumpe quien precisamente también interrumpía mis pensamientos.
Marta entra trastabillando con otra copa en la mano y sonríe al verme.

-Te estaba buscando- dice de manera difícil de entender. Choca su espalda contra la puerta y se deja caer hasta que queda sentada.

Resoplo y me doy media vuelta para lavarme la cara y despejarme, una de las dos debería pensar con claridad y creo que esta vez no va a ser Marta.
La miro a través del espejo y sonríe de nuevo.

-Has pensado en dejar de beber en algún momento?- le pregunto, y ella, dispuesta a llevarme la contraria toda la noche, se encoge de hombros y le da otro trago a su copa.

-Te echo de menos María- dice seguidamente arrastrando las palabras. No sé si no creer nada de lo que dice por lo borracha que va, o creérmelo por eso mismo. Es obvio que estando sobria no lo habría dicho ni de coña, pero aun así ha sido como música para mis oídos.

-Marta, estás borracha- repito- no hagas nada de lo que te vayas a arrepentir mañana, vale?- le digo refiriéndome al beso que se ha dado con Nat, para que sepa que lo he visto. Sin embargo ella parece no escuchar ni una de mis palabras, se levanta del suelo con dificultad y veo a través del espejo como se acerca a mí hasta quedarse a mi espalda.

-Tu no me echas de menos?- dice poniendo un pequeño puchero, dejando ya de lado las sonoras carcajadas. Joder, claro que la echo de menos, y lo sabe, aun estando borracha lo sabe.
Suspiro hondo cuando pega su cuerpo a mi espalda y comienza a recorrer con sus dedos los costados de mis brazos- ni si quiera mis caricias...- me susurra al oído provocando que se me erice hasta el último puto pelo del cuerpo.

Es la primera vez en mucho tiempo que la siento, que me toca, y aunque quisiera no podría pararla, no sería capaz.

Me aparta el pelo poniéndolo a un lado en mi hombro y continúa su asalto,

-Ni si quiera mis labios...- dice haciéndolos rozar por todo mi cuello.
Las piernas me tiemblan ante su simple tacto y cierro los ojos para disfrutar de la sensación de su piel contra la mía una vez más. Hecho la cabeza hacia atrás para apoyarla en su hombro, totalmente derrotada por sus caricias.

No me gustaría que mañana me odie más incluso de lo que lo hace hoy por no frenarla cuando está así, pero toda mi pretensión de parar esto se esfuma cuando Marta comienza a descender su mano por mi abdomen y la deja en mi vientre. No creo que sea capaz de soportar esto.

Con la otra mano me agarra de la barbilla y me obliga a mirarla a través del espejo. Yo abro los ojos para ver como se humedece el labio inferior y me trago los deseos que tengo por ser yo la que lama sus labios, los cuales me queman sobre la piel del cuello por el frío de la copa.

-Marta- se me escapa su nombre en un gemido- si tú no paras...yo no voy a ser capaz de hacerlo- le suplico con la respiración entrecortada.

Con mis palabras consigo que levante la cabeza de mi cuello y me dedique una sonrisa pícara, que rompe rápidamente para morderse el labio inferior, avivando aún más las llamas en mi cuerpo.

-Dime que no has echado de menos que te toque así...- susurra bajando la mano hasta entre mis piernas, donde estoy segura que la humedad va a traspasar mis pantalones.

En ese momento, antes de que ella comience con los movimientos que harían enloquecer mis cinco sentidos, se oyen unos fuertes golpes en la puerta y alguien grita,

-Maria! Estás ahí?

Ambas nos separamos sobresaltadas y Marta empieza a descojonarse sin sentido mientras recupero mi respiración habitual. Jo-der.

Abro la puerta para encontrar a Alba, que mira confusa como Marta se ríe por el suelo y luego me mira a mí y frunce el ceño.

-Creo...debería meterse en la cama- le digo.

-Vale- asiente llevándose una mano a la cabeza- y tenemos otro problema- añade. Uno más, total, ya sobran.



Nota;

Hey!Os dejo el capítulo de hoy, espero que os guste. Dejar estrellita y coment si queréis que siga.

Por cierto, no sé si alguien quiere, pero he pensado en hacer un capitulo extra de otro shipp en plan Albalia o si quereis cualquier otro. Decirme que os pareceee...❤

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora