María
-María, haz el favor de entrar ya, vamos a llegar tarde- me riñe. O al menos lo intenta, siendo tan adorable como lo es conmigo, no tiene suficiente mala hostia como para enfadarse.
-Yo solo te digo- insisto- que si nos duchamos juntas tardamos menos. Llegamos tarde, tú misma lo has dicho, no?- mi estrategia no resulta ser tan buena como lo parecía en mi cabeza.
-No. Si nos metemos juntas en esa ducha no vamos a salir, y cogemos el ave en una hora. Así que entra ahí o te meto yo- gruñe señalando el cuarto de baño.
Me nace una sonrisa juguetona, que le contagio enseguida, y me acerco a ella hasta tenerla de frente para rodear su cintura con mis brazos.
-Pues méteme tú- le digo casi en un susurro.
Soy consciente de que nos estoy retrasando, y que lo más probable es que tengamos que correr para coger el ave, pero es que sencillamente no quiero irme. Y no me importaría perder el billete si eso supone quedarnos un par de días más aquí.
-Solo sabes pensar en una cosa, eh- me regaña intercalando sus palabras con besos.
Pego un pequeño brinco cuando cuela sus frías manos bajo mi camiseta para quitármela. Marta suelta una pequeña risita y yo frunzo el ceño.-Eso no es cierto- protesto. Follamos genial, eso sin duda, pero nunca se me olvida que por encima de todo, la quiero más que a nadie.
-Ya, ya...- desciende por mi cuerpo para quitarme los pantalones, haciendo de las suyas con sus uñas a lo largo de mis piernas- ya puedes meterte tu sola o también necesitas que te abra el agua?- pregunta volviendo a ponerse a mi altura. Nuestra distancia es tan estrecha que con cada palabra que dice sus labios están a punto de rozar los míos.
-No has terminado aún- digo señalando mi cuerpo, que aún continúa con la ropa interior puesta.
Los escalofríos por mi cuerpo son irremediables cuando desliza sus manos por mi estomago y las lleva hasta mi espalda, donde la acaricia de forma pausada hasta agarrar el broche de mi sujetador.
Me muerdo el labio inferior al verla contener la respiración mientras se deshace de mi prenda.
La mía se descontrola cuando sus caricias bajan hasta mis caderas y empuja mis bragas hasta el suelo.
Intenta evitar mirar mi cuerpo descubierto para no caer en lo de siempre, pero su debate interno me mata de la impaciencia.-Mirame- digo subiendo su barbilla- y dime en qué estás pensando tú ahora?- le susurro antes de besar su marcada mandíbula. Cierra los ojos cuando mis besos recorren su cuello y se sujeta en mis caderas desnudas.
-Eres horrible- dice por fin. Sonrío contra su cuello y ella tira de mi cuerpo hasta llevarnos al baño.
-
Desgraciadamente, y a pesar de nuestro entretenimiento en el baño, el tiempo nos va bien e incluso pasamos por casa de Marta para despedirnos de su familia.
-Volved cuando querais- me dice, o más bien me ordena, la Charo- tú ya eres de la familia, pásate por aquí cuando quieras, vale? Y cuidaros muchísimo por favor- rompo el abrazo para regalarle la sonrisa más sincera que me nace y veo como derrocha el amor que le tiene a su hija con una sola mirada.
Ojalá yo sea capaz algún día de transmitirle a Marta todo lo que siento por ella solo mirándola así.-Yo te la cuido, te lo prometo- suspiro y le doy un último abrazo antes de que Marta aparezca para despedirse también.
-Y tú enana, me debes otro pique a la play, vale?- abro los brazos y Lola salta enseguida para engancharse como un koala a mi cuerpo.
Conozco a Marta, y sabía que ella no me mentiría al decirme que su familia me caería genial, pero jamás llegué a imaginarme que yo pudiera caerles bien a ellos, si soy un puto cuadro. Y si yo misma soy la que pienso que no soy suficiente para ella, su familia debería tenerlo más que claro. Pero, discorde con todos los pensamientos que me atormentan, me trataron bien desde el primer momento y me cuidaron increíble.
-Amo a tu familia- le hago saber al subir de nuevo al taxi, y Marta engrandece su sonrisa haciendo que no quiera verla desaparecer nunca.
Marta
Por los pelos.
Hemos llegado sin aliento a la estación y hemos sido las últimas en la cola de entrada al ave, pero por suerte aquí estamos. O no, desearía haberme quedado toda la vida con ella en esa ducha, en esa casa, en ese pueblo... Era todo perfecto, menos pensar constantemente cuanto tiempo nos quedaba para estar juntas y así disfrutarlo todavía más.Hecho la vista a un lado y la veo mirando por la ventana con la cabeza apoyada en esta.
Me da por pensar cuantas veces me gustaría verla así conmigo, recorriendo todos los sitios que podamos y viajando hasta que no nos queden lugares para querernos.En ese momento ella gira la cabeza y sonríe al verme mirándola.
-En qué piensas?- pregunto cuando resopla.
-En nada- niega con la cabeza y me obliga a alzar mi ceja acusadora- que me lo he pasado de puta madre, y es una mierda volver- rectifica. En eso estoy de acuerdo con ella, no podría estarlo más, pero para motivarme me pongo a pensar en todo lo bueno que viene detrás de esto. La gira, el disco...
-Bueno...- pongo la mano sobre su muslo y le dibujo caricias- ahora da un poco igual donde estemos- fuerza media sonrisa sin ganas y me mira para que continue- ya no te me escapas- esa sonrisa desaparece en cuestión de segundos y noto como su cuerpo se tensa.
Qué he dicho?-Pasa algo?- pregunto retirando mi mano de su pierna, sin embargo ella niega con la cabeza y me devuelve el aire que me estaba empezando a faltar.
-Nada malo- me asegura- pero te tengo que contar algo icreíble- dice.
Mi mente comienza a trabajar a una velocidad que no sabía que alcanzaría, y me acuerdo de la tarde de ayer, cuando la llamaron y se cerró a contarme lo que pasaba. Imagino que será eso.
-Vale- respondo ansiosa para que comience a hablar.
-Antes que nada, quiero que sepas que no hay nada cerrado, simplemente me lo han propuesto- empieza.
-María por dios, me estás asustando, dilo ya- insisto, y ella ríe antes de cogerme las manos y contármelo todo.
Me llevo las manos a la cabeza y me lanzo a sus labios en cuanto termina, esos labios suaves que siempre están preparados para mis besos. Sin embargo ese beso dolía y yo no me estaba dando cuenta. Pues claro, ella no había terminado.
Todo tiene su parte buena y su parte mala. Y siendo egoísta, no sé cual pesa más en esto. Pero sí sé que haría lo que fuera porque ella sea feliz, y eso sin duda era un sueño.
Nota:
Heeey!! Os dejo el capitulo de hoy y de paso os cuento que solamente quedan dos🙃Si después de esta vais a querer que empiece otra historia, decirme porfi, de ser así, si queréis que sea Martia.
Mil gracias por leer❤
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MARTÍA *She used to be mine*
FanficMarta, 18 años, entró para vivir su sueño en Operación Triunfo y la conoció a ella. María, madrileña, una mujer con las cosas claras en la vida. Quizas son polos opuestos, pero se iba a atraer como nunca antes las había pasado.