CAPITULO 2.8

1.1K 69 7
                                    

Marta

Estuvimos abrazadas por lo menos quince minutos, hasta que el claxon del taxi que había pedido previamente nos interrumpe.
Ella no quería soltarme y yo necesitaba que no lo hiciera  aunque fuera tarde, aún la necesitaba.

Nos subimos en silencio y el trayecto es más de lo mismo. La música que lleva la radio del taxi es lo único que alegra lo que queda de noche, que no ha acabado ni tan mal como esperaba ni tan bien como me gustaría.

-Te propongo algo- dice María rompiendo ese silencio. Ojalá sea para mejorarlo...- mañana tenemos el ensayo, pero el concierto no es hasta el viernes- hace una pausa y yo asiento para que continúe- Tenemos una semana, no? Podríamos irnos unos días a cualquier sitio, en plan vacaciones para desconectar, para empezar de cero. Solo tú y yo, Marta- me coge de la mano e insiste- como si fuera nuestra primera cita. Nos olvidamos de toda la mierda, vale?- suelta con cierta esperanza en sus palabras.
Yo misma quiero tener esa esperanza, pero el miedo la supera, no quiero que sigan saliendo mal las cosas, no quiero que todo siga sin ir a mejor.

-No sé Mari...

-Venga Marta- me interrumpe- déjame demostrarte que merece la pena intentarlo. El último intento- me mira a los ojos y automáticamente me quedo encerrada en ellos.
Obviamente que me encantaría  quiero decirle que sí, quiero irme con ella y no volver hasta que todo se haya arreglado. Pero mi amenaza es que después todo siga como siempre.

-Ya estamos- anuncia el taxista al llegar al portal de la rubia. Esta le paga y luego me mira impaciente a escuchar mi decisión.
Deja de pensar, Marta

-Vale, sí- digo finalmente y le regalo una sonrisa que le ilumina los ojos- pero elijo yo el sitio- pongo condiciones sin deshacerme de su abrazo cuando se lanza sobre mi asiento- y no vale quejarse, eh-

Asiente antes de separarse de mí unos centímetros dejando nuestros rostros lo suficientemente cerca como para que mi mirada no me pierda en sus labios.

-Por favor...quédate a dormir- pide mirando también mi boca- ahora sí que no voy a soportar la idea de que estés sola- suspira contra mis labios y siento como la necesidad de borrar la distancia se hace dueña de mi cuerpo.
Subo la mirada a sus ojos y miro de reojo al taxista, que nos observa a cuadros a través del retrovisor. Empujo el pecho de la rubia para apartarla de mí y alejar la tentación de sus labios.

-No voy a estar sola- digo con un tono frío antes de darle al hombre la dirección de mi casa.

Ya allí, me vi obligada a contarle todo lo sucedido a Alba, y no pudo evitar alegrarse al saber que íbamos a hacer un intento más por seguir con esta locura.

Duermo con ella, como ya de costumbre, y aunque no es por mis pesadillas, no puedo evitar pasarme la noche en vela pensando en ese viaje tan a lo loco que íbamos a emprender.

Ojalá todo vuelva a ser como antes
Recuerdo cuando estábamos en la academia y cada visita que teníamos de un triunfito nos decía lo mismo: "aquí dentro solo os tenéis que preocupar por una canción, es lo único en lo que centarse" yo siempre pensaba que no era del todo cierto.
Bueno, en cierto modo por las mañanas solo había que pensar en trabajar esa canción, pero yo anhelaba las noches. Esas noches en las que por fin nos metíamos en la habitación y podíamos ser nosotras mismas, dejar de escondernos.
Por eso mi única preocupación a parte de sacar un tema adelante, era que la mañana no se hiciera demasiado larga para que por fin llegara ese momento para estar con ella. Era como mi segunda canción de la semana.

Aunque, sin estar en la academia me descubro a mi misma echándola de menos por las noches, así que sí, definitivamente sigue siendo mi canción.

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora