Marta
Nunca me había sentido tan expuesta con nadie.
No es que me sienta a disgusto con mi cuerpo, pero obviamente es algo incómodo estar tan solo con unas bragas mientras te miran constantemente como ella me mira a mi...Le hago un gesto con el dedo para que se acerque a mi y se levanta de la silla.
Sonríe y se sienta a horcajadas sobre mi cuerpo tendido en la cama de este hotel que tanto me está dando.
Aquí empece una etapa y aquí la estoy acabando.
No puedo decir que salgo siendo la misma persona, porque esto te cambia la vida, pero sin duda es un cambio a mejor.Se me pone la carme de gallina cuando empieza a dibujar líneas con sus uñas de gel sobre mi tripa.
Le agarro el brazo para que se tumbe sobre mi y apoya los codos a ambos lados de mi cabeza.
-Te quiero muchísimo- le digo mientras me acaricia la cara sin apartar sus ojos de mi boca.
-Y yo a ti Marta- me da un pico y sonrío.Me encantan sus dos facetas conmigo.
Saco la lengua y le lamo los labios juguetona. Ella no tarda ni dos segundos en volver a buscarla en mi boca.
-Mmm...jodeer!- se queja y corta el beso- te lo digo muy en serio, me has jodido la espalda- se lleva la mano atrás y se retuerce.
Le cojo de las caderas y le doy la vuelta para que quede tumbada en la cama debajo mío.
-No ha podido ser para tanto- me defiendo.
-Joder, que no dice...no vuelvo a follar contigo en una silla nunca- abro la boca ofendida y se ríe.Al principio me costó acostumbrarme a su forma...poco fina de hablar, por así decirlo. Pero ahora me encanta, y lo sabe.
-Bueno, dejame recompensarte- sonrío como sé que le gusta y asiente.
-Si por favor-Arquea la espalda para indicarme que le quite la camiseta y lo hago.
Pego nuestros cuerpos y la beso de nuevo. Comienza siendo un simple contacto de sus labios contra los míos, suave, sencillo...pero en cuanto abre la boca y se encuentran nuestras lenguas, el beso arde, y nuestros cuerpos pegados también.
Bajo la mano de su cara hasta su pantalón y le desabrocho el botón.
Cada vez me va haciendo sentir mas segura con lo que hago. Me daba miedo pensar que puedo estar haciendo el ridículo o que lo puedo estar haciendo mal, pero ella me quita esas ideas de la cabeza.
Despega las caderas de la cama, impaciente, y corto el beso para poder respirar.
Me mira con la respiración agitada y su pecho subiendo y bajando a gran velocidad.Mueve la mano y me acaricia los labios con el pulgar.
-Quiero sentir estos labios...-Dice casi como una súplica.
Madre mía...
Intento tomar las riendas de la situación y le cojo las muñecas con una mano, subiendole los brazos por encima de la cabeza. Ella se agarra a la cabecera de la cama y me enrrosca el cuerpo con las piernas.
Creo que ya he vuelto a mojar las bragas.
Comienzo a trazar una línea de besos, desde su boca hasta su su pecho, donde arquea la espalda y me hace desabrocharle el sujetador.
Coge una de mis manos y se la pone sobre un pecho.
Pero yo tarto de recuperar mi control y vuelvo a subirle la mano al cabecero.-Pfff...como me gusta...-dice levantando las caderas para sentirme.
Sin soltarle los pechos, sigo besandole el cuerpo hasta llegar a la cintura de sus pantalones.
Cuelo la lengua por debajo y me preiona.
-Marta, por favor- me suplica.
Entonces le quito los pantalones y le doy un montón de besos por encima de las bragas.
La miro con los ojos cerrados, con una mano encima de la mía en su pecho y la otra agarrando fuerte la cabecera, juraría que...
Suena un teléfono móvil interrumpiendonos y abre los ojos.
-No lo cojas- me pide.
-Es mío?- joder, ya no me acuerdo ni de como me suena el móvil.
-A lo mejor es importante- digo y me incorporo.
-Son las cuatro de la mañana, es una puta broma- finje que se pone a llorar y le doy un suave beso en los labios antes de levantarme y coger el móvil.Y me llevo una sorpresa, es lo que menos me esperaba ahora mismo.
-Quien es?- me pregunta desde la cama.
La miro con los ojos muy abiertos y se sienta en la cama.-Es Paco-
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MARTÍA *She used to be mine*
Fiksi PenggemarMarta, 18 años, entró para vivir su sueño en Operación Triunfo y la conoció a ella. María, madrileña, una mujer con las cosas claras en la vida. Quizas son polos opuestos, pero se iba a atraer como nunca antes las había pasado.