CAPITULO 51

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Marta

No puedo evitar que se me pongan los pelos de punta al leerlo en la pequeña pantalla de mi móvil: <kiki>.

Tengo una mezcla de sensaciones recorriendome el cuerpo que no soy capaz de descifrar con claridad.
Es miedo, a la vez intriga, ganas de volver a escuchar su voz...aunque sé que lo que me va a venir no puede ser bueno, más bien todo lo contrario.

-Lo tengo que coger- digo finalmente mirando a María, que se levanta semidesnuda de la cama y camina hacia el baño.
-Pues suerte. Me voy a dar una ducha...- cierra la puerta y se la escucha gritar desde el interior- ...de agua fría!

Ignoro los comentarios de la rubia con una risita y respiro hondo antes de descolgar el teléfono.

-Si?
-Marta?- contesta al otro lado.
Dios, es como si hubieran pasado siglos sin escucharle.
Su voz no muestra ningún atisbo de ilusión por escuchar la mía, pero tampoco ha sonado enfadado.

-Paco, que sorpresa- por que digo eso?
-En realidad esperaba que me llamaras tú, pero visto que no...
-Lo iba a hacer- le interrumpo- mañana, es que era muy tarde ya.
-Estabas durmiendo?- pregunta.
-No, que va, estaba...- intento inventarme algo rápidamente para no parecer sospechosa de cualquier cosa, pero en mi cabeza solo están las imágenes de mi rubia aferrada al cabecero de la cama conmigo entre sus piernas. Joder, Marta...

-Y...qué tal? Cuando vuelves?- pregunta finalmente al ver que no tengo intenciones de terminar la frase.
-Mañana a las dos sale el avión a Madrid y a las seis de ahí a Málaga.

Se queda callado y yo también.
Los dos sabemos que alguien tiene que sacar el tema, pero no creo que sea el modo ni el momento adecuados.

-Paco...- comienzo y le escucho suspirar al otro lado de la línea- sé que tenemos una conversación pendiente y que...bueno, te debo una explicación...
-Solo una cosa- me interrumpe, pero yo sigo por donde iba.
-Mañana cuando me instale me gustaría quedar contigo y hablar y...
-Marta!- me frena.

No quiero que hable. Me puede romper con cualquier cosa que diga. Aunque probablemente me lo merezca, eso debería decidirlo el.

-Que tienes con ella?- pregunta simplemente y calla esperando mi respuesta
-Que?- respondo nerviosa.
-Con María, que tienes con María?
-Yo...no...-tartamudeo sin saber bien lo que decir. Y es que ciertamente, que tengo con María? No lo sabemos ni nosotras. Nunca nos hemos parado a hablar de ello, y quizás vaya siendo un buen momento.

Oigo como el agua de la ducha deja de correr y me llevo la mano a la cabeza.

-No lo sé- digo después de tenerle un buen rato en vilo. Hace un ruido de desesperación y continúa.
-Pero...sientes...sientes cosas por ella?- tartamudea.

Comienza a hacerse un nudo enorme en la garganta que no me permite hablar.
Lagrimas de rabia, dolor, y culpa se me acumulan en los ojos y parpadeo rápido para quitarmelas de encima.
Lo último que quería siempre es hacerle daño, aunque ya no sienta lo mismo por el y no vaya a ser lo mismo nunca, le voy a querer siempre y me encantaría que lo sepa y lo entienda.

-Lo siento, muchísimo- digo entre sollozos- no quería...- mi propio llanto me corta mientras hablo, y por un rato no escucho nada que me indique que sigue escuchandome.

-Nos vemos mañana- dice tras una pausa y finaliza la llamada.

María sale en ese momento del baño como si tuviera el tiempo calculado para no interrumpir y me mira mientras se hace uno de sus moños altos en la cabeza.

Frunce el ceño y se acerca a mi con los brazos abiertos y una toalla enrollada al cuerpo.

-Lo siento bebé- me dice al oído en un intento de consolarme- quieres hablarlo?- me coge la cara entre las manos y niego.

Como ha podido cambiar tanto mi vida en unos meses?
De ser una simple estudiante que termina bachillerato, con su vida, su novio, su coro...a entrar en un concurso musical, hacerme conocida, encoñarme de una tía con tatuajes y perder el sentido común...

Me pongo mi camiseta sucia a modo de piajama y nos tumabamos en la cama de nuevo.

Me mira fijamente mientras me acaricia las mejillas y cierro los ojos antes sus caricias.
Consigue hacerme olvidar todo en cuanto me toca, y me encanta.
La estrecho entre mis brazos y entierra la cabeza en mi pecho.

María

Hacía tiempo que no dormía así de cómoda. Y eso que anoche fue un mix de emociones de cojones.
Empezamos disfrutando, y mucho, hasta que decidió cogerle el teléfono a su ex y dejarme a medias...
Es coña, no puedo culparla. De echo me siento un poco culpable yo, soy parte de esta mierda que está sufriendo y no pienso dejarla sola en ningún momento.

Le doy un beso en la frente y abre un poco un ojo, pero lo cierra enseguida y sonríe.
Le doy un pico y hace un ruidito que se asemeja a un medio gemido.

-Buenos días- digo y me apoyo en un codo para verla mejor-son las diez- le aviso.

Nuestro avión sale a las dos, y sé que se agobia mazo con las horas, básicamente porque siempre llega tarde.

-Mmm...- se queja y me abraza el cuerpo atrayéndome a ella hasta que me tiene encina.

Sonrío y le doy besos por todo el cuello, pero sigue sin abrir los ojos.

Como última opción, cuelo las manos bajo su camiseta y le acaricio la tripa.
Le aparece media sonrisa en la cara, pero rápidamente cambia a una expresión de espanto cuando comienzo a hacerle cosquillas sin ninguna piedad.

-Noo! María, por favor!- grita retorciendose debajo mío pero no freno mi ataque.

Tiene una risa preciosa, y haría esto constantemente por escucharla una y otra vez, pero acabaríamos mal.

Me coge de las caderas y me da la vuelta para ponerse encima ella, pero yo nos hago girar de nuevo y terminamos cayendo de la cama y descojonadas en el suelo.

-Te has despertado!- la pico y me da un codazo.

Se levanta y me ofrece una mano para ayudarme.
Según me eleva y me pongo a su altura, sus labios impactan contra los míos sin que me de ni cuenta.

Que hago con esta persona?

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora