Capítulo I

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Hace casi mil años, Asgard y Jotunheim se encontraban en una gran guerra

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Hace casi mil años, Asgard y Jotunheim se encontraban en una gran guerra. Asgardianos y gigantes de hielo luchaban porque estos últimos querían conquistar los Nueve Reinos. Para evitarlo, Odín, el Padre de Todo, peleó contra Laufey, el rey de los jotuns, en dicha batalla salió victorioso, así que los gigantes de hielo fueron derrotados y el rey asgardiano tomó su fuente de poder como castigo. Así pues, el Cofre de los Viejos Inviernos fue llevado a Asgard y sus enemigos quedaron desolados en su helado reino. Odín regresó a casa junto con su ejército, lo recibieron con gran gozo y decidieron que era momento de celebrar con un gran festín que duraría días. Mientras el pueblo comía y bebía hasta hartarse, Odín fue con su esposa, Frigga, quien se encontraba aliviada de que el rey hubiese vuelto sano y salvo. Sin embargo, el Padre de Todo tenía una preocupación, había tomado algo más que sólo el cofre del reino de hielo.

—Encontré a un bebé en Jotunheim, abandonado, parece que es el hijo de Laufey —dijo Odín a su esposa y mostró a una pequeña criatura que traía envuelta en una capa—. Es demasiado pequeño como para ser un gigante de hielo, ¿no lo crees?

—Lo es, es tan frágil —dijo Frigga tomándolo en sus brazos y lo observó. Aquel bebé no lucía como un gigante de hielo, su piel no era azulada, era casi del mismo color que la de ella, aunque algo más pálida y sus pequeños ojos eran de un brillante verde como las hojas de los árboles en primavera—. ¿Qué piensas hacer con él?

—Adoptarlo, no podía dejarlo ahí para morir, apenas es un bebé, él no tiene la culpa de lo que ha pasado.

—Entonces seremos sus padres —afirmó la reina posando sus preciosos ojos azul celeste en el rey. El Padre de Todo asintió—. ¿Cómo lo llamaremos?

—Eso lo puedes decidir tú. —Frigga adoptó una pose pensativa y miró al bebé pensando en qué nombre le quedaría bien.

—Loki —dijo sonriéndole al pequeño—. Bienvenido a la familia, Loki. —Odín esbozó media sonrisa y luego miró a su esposa.

—También tengo una mala noticia.

La sonrisa de la reina desapareció y observó a su esposo inquisitivamente.

—Es sobre Bragi. —El Padre de Todo apretó el ojo que no había sufrido daños, lo abrió lloroso y la miró—, Laufey lo mató.

Frigga abrió los ojos y se le llenaron de lágrimas, negó con la cabeza varias veces. Bragi era conocido en Midgard como el dios nórdico de la sabiduría, pero en Asgard todos sabían que era íntimo amigo de los reyes asgardianos, al igual que su esposa, Idunn, quien pronto daría a luz.

—¿Cómo pasó?

—Me salvó la vida, Laufey iba a matarme y él se interpuso, gracias a él estoy vivo y logramos vencer a los gigantes de hielo.

—Idunn va a quedar devastada —dijo Frigga abrazando al bebé.

—No sé cómo decírselo.

—Yo lo haré, no te angusties —aseguró calmándolo con la mirada—. Iré a ver a Thor y dejaré a Loki con él.

La Fidelidad al Engaño (Loki y Sigyn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora