Cuando Sigyn nació, su destino ya estaba decidido, la muerte de sus padres no fue un impedimento para que el acuerdo entre Odín y su padre, Bragi, se llevara a cabo. Sigyn se convertiría algún día en la reina de Asgard al casarse con Thor. Desde que...
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Sigyn tardó unos segundos en procesar lo que había sucedido, al parecer todo había sido un sueño. Seguía en Midgard, en su departamento que compartía con Steve y Nidavellir había sido sólo un pensamiento que tuvo antes de dormir. No iría allá, pensó una vez que se tranquilizó.
—Lamento haber entrado así pero escuché gritos y tenía que entrar —comentó Steve pasándose la mano por detrás de la cabeza. Steve era todo un caballero y aquella situación lo apenaba bastante.
—Lo siento, tuve un mal sueño, eso es todo. Pero gracias por preocuparte, en verdad —le dijo. Steve asintió aliviado y apretó los labios.
—Bueno, estaré afuera si me necesitas —dijo antes de salir. Sigyn suspiró y se dejó caer sobre su almohada.
—Todo fue un sueño —rió nerviosa y luego posó su vista en su mano izquierda, la tenía cerrada en un puño, estiró los dedos y en su palma se encontraba una piedra morada—. Tiene que ser una broma —siseó.
Sigyn se levantó de la cama y fue a tomar una ducha. Al salir volvió a observar la piedra que había arrojado lejos y ahora estaba junto a la ventana. La tomó y decidió que la colocaría junto al anillo que llevaba en el cuello. Salió de su habitación hacia la cocina, donde encontró a Steve preparando el desayuno.
—¿Los quieres con tocino? —Preguntó refiriéndose a los huevos. Ella hizo un mohín de desagrado y negó con la cabeza.
—¿Cómo pueden comer eso? —Cuestionó sacando dos tazas de la alacena.
—No es tan malo —respondió Steve riendo. Sigyn sonrió y negó con la cabeza mientras preparaba té. Unos minutos después se sentaron a desayunar—. ¿Ya estás mejor?
—Sí, lamento haberte despertado.
—No lo hiciste —aseguró—. Casi no duermo, ¿sabes?
—¿Por qué no? —Preguntó, pero no obtuvo respuesta porque en ese momento llamaron a la puerta. Steve se levantó y fue a abrir la puerta encontrándose con Nick Fury, jefe de S.H.I.E.L.D.
—Capitán.
—Señor Fury.
—Necesito hablar con su compañera de piso. —Steve miró a Sigyn y luego volvió su vista al espía.
—¿Acerca de qué? Ella no sabe...
—Tengo mis motivos, Capitán —dijo abriéndose paso hacia el interior del departamento. Sigyn estaba muy concentrada en su desayuno que apenas y notó que la estaban observando.
—¿Lizzie? —Steve la llamó y ella lo volteó a ver—. El señor Fury te busca.
—¿Y usted quién es?
—Eso es lo que yo vengo a preguntarle, así que hagámoslo fácil y dígame quién es en verdad.
—Elizabeth Darling —respondió ella tratando de sonar segura.
