Capítulo XXVIII

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Mientras tanto, Thor se había enterado de que Odín había encerrado a Jane en una habitación custodiada por guardias

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Mientras tanto, Thor se había enterado de que Odín había encerrado a Jane en una habitación custodiada por guardias. Todo esto con la finalidad de tener a salvo el Aether, el cual se había introducido en la chica luego de que ésta metiera la mano en la abertura de aquellas rocas.

—¿La vas a tener como tu prisionera? —Thor entró al Gran Salón donde se encontraba su padre junto con algunos guerreros en un Consejo de Guerra. Odín lo volteó a ver sin saber qué decir—. Déjenos solos —ordenó al ver que el rey no respondía.

—No quiero pelear contigo, hijo.

—Ni yo quiero hacerlo, pero voy a perseguir a Malekith.

—Tenemos el Aether, no hay necesidad de ir a buscarlo, él vendrá a nosotros.

—Sí y nos va a destruir por completo.

—Sobrestimas el poder de los Elfos Oscuros.

—No, no lo hago, sólo valoro la vida de nuestra gente. —Thor se acercó a su padre—. Me llevaré a Jane al Mundo Oscuro y alejaré el peligro de Asgard.

—¿Y luego qué harás?

—Cuando el Aether este fuera de Jane, estará vulnerable y en ese momento lo destruiré junto con Malekith.

—Y si fallas, te arriesgas a que esta arma caiga en las manos de nuestros enemigos —advirtió el rey girándose hacia su hijo y apoyando con firmeza su cetro sobre el piso.

—El riesgo sería mayor si no hacemos nada. Su nave podría estar ahora mismo sobre nosotros y no nos enteraríamos.

—Si es que llegara a venir, sus hombres caerán bajo nuestros soldados —le aseguró.

—¿Y cuántos de nuestros hombres caerán ante él?

—¡Los que sean necesarios! —Espetó Odín—. ¡Lucharemos hasta el último aliento asgardiano y la última gota de sangre asgardiana!

—Hablando así, ¿cuál es la diferencia entre tú y Malekith? —Odín soltó una carcajada.

—La diferencia, hijo mío, es que yo ganaré —dicho esto, el Padre de Todo se retiró.

Thor apretó la mandíbula y se fue hacia una especie de taberna donde se reunía con sus amigos después de una victoria o simplemente para beber. Mandó llamar a Heimdall, necesitaba hablar con él.

—No estuviste en el Consejo de Guerra —comentó Thor, el guardia negó con la cabeza.

—El Bifröst ha sido cerrado por órdenes de tu padre, nadie entra y nadie sale de Asgard —comentó sin mirar a Thor—. Nos enfrentamos a un enemigo que es invisible hasta para mí, ¿de qué sirve un guardián como ése?

—Malekith va a regresar, lo sabes. Así que necesitaré tu ayuda...

—No puedo desobedecer las órdenes de mi Rey, ni siquiera por ti.

La Fidelidad al Engaño (Loki y Sigyn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora