Capítulo XI

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Fandral resultó herido, uno de los jotuns le atravesó el pecho con una espada de hielo

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Fandral resultó herido, uno de los jotuns le atravesó el pecho con una espada de hielo. Loki lanzó una de sus dagas al jotun y lo mató. Su desventaja era enorme, pero no había nada que detuviera al dios del trueno, quien seguía luchando con ímpetu.

—¡Thor! —gritó Sif lo más fuerte que pudo, pero éste la ignoró.

—¡Tenemos que irnos ya! —Esta vez fue Loki quien lo llamó, mientras Volstagg y Hogun ayudaban a Fandral a ponerse de pie.

—¡Entonces váyanse! —Gruñó Thor y siguió golpeando jotuns con su martillo.

—¡Deja de pelear o nos iremos sin ti! —Le advirtió Sigyn. El rubio también la ignoró.

Entonces, Laufey hizo despertar a una enorme criatura de hielo

—¡Salgamos de aquí! —Clamó la diosa cuando observó a la bestia acercarse a ellos. Se dio la vuelta y comenzó a correr, Volstagg cargó a Fandral en su espalda lo más rápido que pudo y corrió tras los otros cuatro—. Vamos, Loki —le dijo jalándolo del brazo.

—Pero Thor... —dijo mirando hacia donde estaba su hermano.

—No hay tiempo, él tomó su decisión.

Thor alzó su martillo para obtener un rayo y lo chocó contra el suelo derribando a todos los jotuns. El hielo se fue destruyendo y esto hizo que el monstruo cayera justo antes de atacar a los demás, pero la criatura siguió corriendo por debajo del suelo. Los guerreros llegaron al borde de un acantilado donde Heimdall les abriría el portal. Antes de que eso fuese posible, el monstruo de hielo apareció frente a ellos. Instintivamente, Loki se puso frente a Sigyn sin dejar de ver al monstruo. Thor gruñó al ver a la criatura y se elevó por los aires, voló hasta la bestia y la atravesó poniéndole fin a su vida. Sigyn se giró y vio cientos de gigantes de hielo detrás de ellos, Laufey los encabezaba.

—Tenemos compañía —señaló. Todos voltearon y se quedaron helados.

Los jotuns se acercaron para atacarlos, pero en eses momento, una luz multicolor cayó desde arriba, el Bifröst había enviado a alguien montado sobre un caballo, era Odín.

—¡Padre! —Gritó Thor con emoción—. ¡Acabemos con ellos juntos!

—¡Silencio! —ordenó el rey. Laufey sonrió de lado y se acercó a él.

—Padre de Todo —comenzó a decir—, te ves realmente agotado.

—Laufey, acaba con esto de una vez.

—Tu muchacho se lo buscó.

—Eso es verdad —asintió—. Como dices, fueron los actos de un muchacho, trátalos como tal. Podemos acabar con esto sin que se derrame más sangre.

—La diplomacia ya ha quedado atrás, Padre de Todo —aseguró—. Conseguirá lo que vino a buscar: guerra y muerte.

—Que así sea —concluyó Odín.

La Fidelidad al Engaño (Loki y Sigyn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora