Cuando Sigyn nació, su destino ya estaba decidido, la muerte de sus padres no fue un impedimento para que el acuerdo entre Odín y su padre, Bragi, se llevara a cabo. Sigyn se convertiría algún día en la reina de Asgard al casarse con Thor. Desde que...
Hola, gracias por leer, votar y comentar :3 espero les siga gustando. Si gustan leer con la canción, o escucharla luego, como quieran. Disfruten el capítulo.
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Loki miró a Sigyn, entreabrió la boca para decir algo pero la cerró de golpe, volvió su vista hacia el librero y respiró hondo.
—Regresaste —dijo tratando de fingir que no estaba interesado.
—No pareces feliz de que lo haya hecho.
—¿Y qué sucedió? Mi ma... Frigga, dijo que no los encontraban por ningún lado.
—Pues yo caí por un agujero hasta que di con el suelo. Al abrir los ojos estaba en mi habitación. No tengo id...
—Dime la verdad —exigió Loki volteándola a ver. Sigyn lo miró con fingida confusión—. Nunca has sido buena mintiendo, al menos no a mí.
—No es ninguna mentira —aseguró. Él sonrió de lado.
—No puede escucharnos nadie aquí —comentó mirando a su alrededor.
—¿De verdad? —Él asintió.
—Así que puedes decirme la verdad.
—De igual forma, no puedo hablar al respecto
—Podría ayudarte...
—Creo que tú necesitas más ayuda que yo, Loki —señaló—. Todavía planeo sacarte de aquí, pero primero tengo que terminar unos asuntos que tengo pendientes.
—Y no me dirás cuáles son.
—Bueno, tú tampoco me dijiste tus planes en Midgard —refutó frunciendo el ceño. Loki bufó—. Si tan sólo me hubieras dicho algo o si me hubieras buscado, yo pensé que estabas muerto y no tuviste ni un poco de consideración...
—Ya te dije que no podía actuar por voluntad propia, él se habría enterado.
—¿Hablas de Thanos? —Loki entornó los ojos hacia ella y ladeó la cabeza.
—¿Cómo...?
—No importa, olvídalo —dijo negando con la cabeza—. Sólo quiero que confíes en mí, ¿de acuerdo? Espero poder contártelo pronto.
—¿Y cómo quieres que confíe en ti luego de...?
—Creí que habías dicho que eso ya no importaba.
—Bueno, sí que me importa —contestó apartando la mirada y caminó hacia el otro extremo de la habitación.
—¿Y qué querías que hiciera? Tu codicia por el trono te estaba cegando.
