Capítulo X

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Odín envió al Destructor para que acabara con los gigantes de hielo que se habían colado a Asgard y se dirigió lo más rápido que pudo a la bóveda de armas, encontró los restos de los gigantes de hielo en el suelo al igual que los cuerpos de los so...

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Odín envió al Destructor para que acabara con los gigantes de hielo que se habían colado a Asgard y se dirigió lo más rápido que pudo a la bóveda de armas, encontró los restos de los gigantes de hielo en el suelo al igual que los cuerpos de los soldados asgardianos congelados. Los dos príncipes y Sigyn se encontraron con Odín, Thor tenía el ceño fruncido y miraba a todos lados, la diosa se acercó a uno de los guardias que seguía con vida y estaba herido, colocó su mano en la herida y ésta fue sanando poco a poco, Loki sólo observaba con atención lo que hacía la ojiazul.

—Los jotuns deben de pagar por lo que han hecho —dijo Thor molesto.

—Ya han pagado —dijo Odín—, con sus vidas. El Destructor hizo su trabajo, el Cofre está a salvo y por ende todo está bien.

—¿Que todo está bien? —Bufó incrédulo—. Entraron a la bóveda de armas, pudieron haberse robado una reliquia y si lo hubieran hecho...

—Pero no lo hicieron.

—Bueno, quisiera saber por qué entraron y cómo lo hicieron —cuestionó apretando la mandíbula.

—Tengo un tratado de paz con Laufey, su rey... —

—¡Lo acaban de quebrantar! —Espetó el rubio alzando la voz—. ¡Ellos saben que eres vulnerable!

—¿Qué es lo que tú harías?

—Marcharía hacia Jotunheim y les enseñaría una lección, quebrantarles su espíritu para que jamás intenten entrar a Asgard como hoy.

—Estás hablando y pensando simplemente como un guerrero.

—Pues es que esto fue un acto de guerra —debatió su hijo.

—El acto de muy pocos, condenado al fracaso como puedes ver. —Señaló los cuerpos sin vida de los gigantes de hielo.

—¡Mira lo que han hecho! —El dios del Trueno señaló a los asgardianos muertos.

—Buscaremos algún agujero entre los reinos y lo sellaremos.

—Como rey de Asgard...

—¡Pero no eres el rey! —Dijo Odín alzando la voz—. Todavía no —aclaró.

Thor apretó la mandíbula, el rey le dedicó una mirada firme y se retiró. El dios del Trueno resopló y salió de la bóveda junto con los otros dos dioses. Los tres se dirigieron al comedor donde el rubio descargó su furia volteando la larga mesa llena de comida.

—Thor, cálmate —pidió Sigyn acercándose a él—. No ganas nada realizando estos actos infantiles.

—¿No lo entiendes? Esos malditos entraron a Asgard como cualquiera y Padre no quiere hacer nada al respecto.

—Pero tiene razón, fueron unos pocos. No tiene sentido armar tanto alboroto por una minucia —dijo y se sentó en uno de los sillones dorados. Thor no le respondió y se sentó en una escalinata que daba hacia los balcones, Loki se sentó junto a él.

La Fidelidad al Engaño (Loki y Sigyn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora