Monumento a tu Amor

IV.

Richard Parker se encontraba en su despacho revisando unas notas para su reunión en las Industrias Stark, cuando recibió un mensaje de su esposa.

Peter conoció a Rogers, todo bien, no te preocupes, te amo.

- ¡Maldita sea! - Gritó el Omega mientras lanzaba el teléfono móvil a la pared.

Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se recrimino a sí mismo. Era una muy mala costumbre que había adquirido, pero era eso, o ahogarse en alcohol.

- Viernes, comunícame con Fury, por favor.

- A la orden, señor

Richard esperó unos minutos hasta que en la pantalla apareció la cara del director de S.H.I.E.L.D.

- Gusto en saludarte, Parker.

- Ahórrate los saludos, - cortó todo intento de cortesía- lo prometiste Fury, prometiste mantener a mi hijo alejado de Rogers y en el primer día que lo dejo a tu cargo, resulta que ya se conocieron.

- Parker, solo pasó ¿de acuerdo?, estábamos dando un recorrido por la base cuando a tu hijo se le ocurrió entrar a la sala IronMan y....

- Espera...!¿Qué?! - volvió a interrumpir el genio.

- Que estábamos dando un....

- No, lo de la sala IronMan

- Oh, en el Museo hay una sala dedicada al Hombre de Hierro y, por su puesto, a su creador Anthony Stark.

-!¿Y por qué carajos existe una sala así?! ¡¿Se volvieron locos?! - Richard comenzó a temblar de miedo e ira.

- Tranquilízate Parker, ahí no hay nada que no sea de dominio público, ¿quieres que siga con mi relato o no?

Richard se mordió la lengua y asintió.

- Decía, que tu cachorro entró a la sala IronMan que supuestamente estaba vacía, hoy es el día libre de Rogers, por lo que no debería estar en la base, pero olvide que fecha es y al verlo ahí, lo recordé.

- ¿Y qué día es hoy?

- El aniversario de la muerte de Stark.

Richard cerró los ojos, había olvidado esa fecha por obvias razones.

- ¿Que más pasó?

- Pues, que cuando me percaté de Rogers, era demasiado tarde y el llamado de la sangre hizo aparición.

- Mierda, ¿qué quieres decir con eso Fury?

- Steve lo llamó Tony y luego lo abrazó, tu muchacho sin saber absolutamente nada, correspondió al abrazo hasta que los separe, luego llegó Mary y se lo llevó.

- Esto no me puede estar pasando a mí.

Richard cayó desplomado en su silla

- Sabias que esto tarde o temprano pasaría, ese tipo de cosas no pueden permanecer ocultas por mucho tiempo, creo que es tiempo de que digas la verdad y con eso, que IronMan regrese.

Richard bufó a punto de volverse un completo histérico.

- Eso no va a pasar y IronMan no va a volver Fury, él está muerto, soy yo, Richard Parker quien pone a su disposición sus recursos, controlo las misiones vía remota, !¿qué más quieres de mí?!, mi esposa trabaja para ti, lograste engatusar a mi hijo para que sea parte de los nuevos vengadores y para mí, eso es suficiente.

- Yo te necesito aquí Parker, necesito que seas el nuevo director y no por mí, sino por tu cachorro, ¿quién más para guiarlo que tú?

- Adulándome, no vas a conseguir nada y mucho menos si sumas a mi hijo a la ecuación.

- Está bien, por lo menos piénsalo.

- ¿Señor Parker? La señora Parker y el joven Peter han llegado. - interrumpió Viernes.

- Gracias preciosa, tengo que irme.

- Al menos piénsalo, si aceptas, podrás estar cerca de tu hijo.

- No te prometo nada, sabes que esto es prácticamente imposible.

Y con eso cortó la comunicación justo a tiempo porque, su hijo subía estrepitosamente las escaleras a su despacho.

- ¿Papá?, ¡Papá! - comenzó a gritar Peter desesperado y hasta con lágrimas en los ojos.

- Hola bebé, que suce-de...

En cuanto Peter lo vio se colgó de su cuello, abrazándolo con brazos y piernas, como cuando era más pequeño.

- ¡Papá!, Siempre supe que eras asombroso y siempre te vi como mi héroe, pero, hasta ahora supe que es realmente cierto, !tu eres uno de los fundadores de los Vengadores!.

El peli plateado no sabía cómo sentirse, su corazón tenía una mezcla de alegría, porque su hijo lo admiraba de verdad y lo veía como un héroe y de tristeza, porque su hijo estaba cada vez más cerca de saber la verdad sobre su origen.

- No es para tanto, bebé- Richard le dio un fuerte abrazo y lo bajo al suelo.

- !¿Cómo que no es para tanto papá?! Hay una sala especialmente dedicada a IronMan y a su creador Anthony Stark, busqué su biografía y era asombroso, !eres asombroso papá!

- Cálmate, parece que tuvieras sobredosis de azúcar niño, ¿cuántos chocolates te dio mamá esta vez?

- Nada pa, bueno, quizá dos, el punto es que, casi nunca se está cerca de una celebridad como tú y menos ser su hijo, o como el tío Bruce y la tía Natasha, o los tíos Loki y Thor, son dioses papá, ¡dioses! !o al capitán América, papá, hoy lo conocí!, tú lo conociste ¿verdad?

Richard se tensó, pero mantuvo su sonrisa.

- Si bebé, nos conocimos en algún momento, pero recuerda que, jamás debes decir nada sobre el estar relacionado con Tony Stark, ¿de acuerdo?

- Lo sé papá y después de haber visto tu armadura, me queda claro que debemos seguir ocultos.

Richard se alarmó

- ¿De qué armadura hablas?

- De la Mark cuarenta y seis.

El mayor inspiró bruscamente y Peter lo abrazó inmediatamente, temiendo que entrara en sus crisis de pánico que a veces le daba, después de ver los acontecimientos suscitados en Nueva York tras la invasión Chitauri y, después de ver aquella armadura, entendía de donde provenía el origen de sus traumas.

- Tranquilo papi, yo estoy aquí, yo te voy a proteger.

- Es-estoy bien bebé, estoy bien, no te preocupes.

- Oigan, ¿y yo? - Mary llegó

- ¡Si, abrasemos a papá!

Richard sonrió cuando Mary se acercó por detrás y los abrazo a ambos, susurrándole que todo iba a estar bien.

- Me contaras tus hazañas, ¿verdad que si papá?

- Si bebé, por supuesto que sí.