Monumento a tu Amor

XIX.

El tiempo pasa inexorablemente sin importarle si los pobres mortales están listos o no para ello.
Todos y cada uno de esos días que se transformaron en meses, fueron dolorosos, pero no les quedaba otra más que seguir adelante.
Su vida fue un completo caos sin Mary, pero supieron sobrellevarlo con la ayuda de su manada, incluyendo a Wade, quien no le quedó de otra más que confesar que había marcado a Peter como suyo y sin necesidad de que se lo exigieran, se comprometió a hacerse responsable de sus actos.
En un principio, a Richard no le gustó ni un poco lo que había sucedido entre su niño y el ex mercenario, aún era muy joven y su cuerpo no estaba preparado para todo lo que conllevaba tener una pareja, pero, su hijo, demasiado sabio para su edad, tenía razón. Un día estamos aquí y al otro, no sabemos. Por lo que simplemente lo dejaría ser feliz, pero eso sí, mantendría los ojos bien abiertos por si las dudas.
Los días seguían pasando y fue así que llegó el cumpleaños de Peter. Por obvias razones él no quería celebrarlo, no quería hacer absolutamente nada, echaba de menos demasiado a su mamá, al igual que Richard.
- Deberías hacerle una reunión con sus amigos, así se distrae y tú también.
- No lo sé, ambos estamos pasando por mucho últimamente y no quiero abrumarlo con una fiesta.
- No tiene que ser una mega fiesta al estilo del difunto Stark, Parker —Loki rodó los ojos fastidiado— trae a sus primos, a sus amigos más cercanos e incluso a esa desgracia que tiene como novio. Hagamos una pijamada.
- ¿Tú crees?
- Si, de hecho, ya está todo listo, mi princesa se encargará de informar a los involucrados, mi pequeño cumple dieciséis años y, por lo menos, lo honraremos de esa forma, Mary lo hubiera aprobado.
- Esta bien —suspiró el cansado Omega — tienes razón. Mary llevaba tiempo preparando algo especial para él en su cumpleaños.
El corazón de Richard sangró, su Mary amaba a Peter por sobre todas las cosas y siempre procuró lo mejor para él. Festejando a Peter, sería una forma de honrarla a ella también.
- Entonces está hecho—el embustero se levantó de su asiento— será mejor que me vaya antes que Thor piense que me escapé con su hijo.
Richard miró su prominente vientre con una ceja enarcada.
- ¿Se puede saber hasta cuando vas a seguir pariéndole hijos al Beach Boy? No quiero ser ave me mal agüero, pero, ¿no les traerá problemas con la sucesión del trono?
- Pues, no lo sé, Thor y yo siempre fuimos nosotros dos y siempre quisimos tener más hermanos con los cuales jugar, o al menos yo, ya que él encontró a sus amigos y siempre me dejaba solo, quizá sea por eso que le permito embarazarme, quiero que mis niños sean un grupo unido y en cuanto al trono, nadie lo obtendrá a menos que demuestre ser digno.
- ¿Y ese no fue el motivo primordial por el cuál ustedes comenzaron a pelear desde un inicio? Recuerdo que sus desacuerdos matrimoniales llegaron hasta aquí.
- No, nosotros, incluso antes de enterarme que no éramos hermanos de sangre, siempre fuimos muy unidos, por siglos mantuvimos una relación marital, hasta que él cometió un error, provocando que supiera la verdad de mi origen y que a él lo desterraran, entonces, hice hasta lo imposible para traerlo de vuelta, cuando vine a decirle que no se desespere, que pronto lo traería a casa, lo encontré retozando con una midgardiana, así que, hice lo que tenía que hacer para defender mi honor, lo demás, ya lo sabes, Thor es un idiota y en cuanto a lo del trono, yo soy más listo que Odín —le guiñó un ojo — Nos vemos.
Loki desapareció en un destello dorado y verde.
Richard se quedó pasmado ante el pequeño, pero muy informativo relato sobre el inicio de la relación de los reyes de Asgard. Si antes sentía afinidad con el Dios de las travesuras y el engaño, ahora lo entendía a la perfección, nada como una traición del ser amado como para sacar lo peor de ti mismo.
Con un suspiro, se levantó y se dirigió a su habitación, eran pasadas la media noche y su bebé ya estaba dormido, se metió a su cama y en cuanto sintió su presencia se acurrucó contra él, como cuando era más pequeño.
- Feliz cumpleaños, cariño.
- Gracias, papi.
Tras besar su coronilla, se sumergió en un sueño intranquilo.
[...]
Peter no quería ser un aguafiestas y mucho menos parecer amargado, pero, realmente le fastidiaba que le dijeran feliz cumpleaños. Había perdido a su madre de una forma intempestiva e injusta y lo único que quería era venganza. No que lo felicitaran por cumplir un año más de vida.
Menos si su madre no estaba con él y su papá.
Precisamente para evitar ser grosero con sus con sus compañeros de equipo, se encontraba escondido en el salón Ironman contemplando el monumento en honor a aquel gran hombre, entonces recordó su historia. Él también había quedado huérfano siendo un poco más grande que él. Sus padres habían muerto en un accidente y tuvo que cargar con el peso mediático que conllevaba manejar una multimillonaria empresa y con el hecho de que estaba completamente solo en el mundo.
Su socio, a quien consideraba como un padre lo traicionó y secuestró, naciendo a raíz de aquello su álter ego, el Hombre de Hierro. Luego de aquello le fue muy difícil volver a confiar en las personas, por lo que se la pasaba solo. Le pasaron muchas cosas más en su corta vida, las cuales logró superar gracias a su carácter fuerte. Peter se sentía muy orgulloso y muy agradecido a la vida por Tony Stark, ya que, sin él, simplemente no existiría. Se alegraba de tener a su padre en su vida, no cría ser capaz de soportar por todo lo que pasó en el pasado y si no encontraba una forma de protegerlo, seguiría pasando.
Lo presenciado la otra noche fue demasiado fuerte como para permitir que vuelva a suceder.
- Sabía que te encontraría aquí.
Peter sonrió, aparte de su papá y Wade, solo había una persona que lograba traerle la paz que necesitaba su joven y dolorida alma.
- Hola.
El coronel Rogers se acercó a él y se sentó a su lado, levantó una de sus grandes manos y acarició su cabello haciéndolo sentir mejor.
- ¿Puedo decirte feliz cumpleaños?
- Usted puede.
- Pues, feliz cumpleaños—lo abrazó, ambos corazones se calentaban cuando estaban juntos y sus almas se llenaban de paz — sé que todo esto es duro para ti, ¿cómo te encuentras?
El muchacho soltó un suspiro adolorido.
- Mi papá parece perdido sin mamá, pero, cuando me ve, su mirada recupera un poco de su brillo. Y eso me alegra ¿sabe?, extraño mucho a mi mamá, quisiera que ella estuviera aquí para hacer que papá vuelva a sonreír.
Su voz se quebró, por lo que Steve afianzó un poco más el brazo que tenía alrededor de sus hombros en señal de apoyo. Necesitaba consolarlo de alguna manera.
- Te entiendo, yo perdí a mi madre muy joven y a pesar de que ha pasado mucho tiempo, siempre la llevó aquí — señaló su pecho, justo sobre su corazón — y también la echo de menos todos los días, recuerdo que siempre al llegar a casa después de un día duro de trabajo, siempre me regalaba la más hermosa de las sonrisas y jugaba conmigo, no importaba cuan cansada se encontrara, ella siempre tenía tiempo para mí.
- Eso es hermoso, mi mamá hacia exactamente lo mismo, siempre cocinaba mi plato favorito, aunque sabían horribles y papá siempre los rehacía, ella siempre hacia su mejor esfuerzo para hacernos feliz a papá y a mí.
- Eso precisamente hacen todas las madres, velar por sus familias, ¿sabes? Tu fecha de cumpleaños resulta muy importante para mí.
- ¿Por?
- Pues, resulta que naciste el mismo día que mi madre, curioso, ¿verdad?
Peter le mostró la sonrisa más bonita del mundo, en ese momento le recordó tanto a Tony que, dolió.
- ¿En serio?
- Si, es en serio, nunca había conocido a nadie con la misma fecha de nacimiento que mi madre, me alegra mucho que seas tú.
- Gracias, coronel — sin pensar en lo que hacía realmente lo abrazó, ambos se quedaron así por un largo rato. Hasta que una tos incómoda rompió su burbuja.
- Pet, debemos irnos. — Wade se acercó y lo tomó de la mano poniéndolo de pie, interponiendo su cuerpo entre él y Steve.
No estaba celoso, pero era peligroso que esos dos estuvieran tanto tiempo juntos, podrían descubrir la verdad y la suegrita estaría en problemas.
- Si, por cierto, ¿por qué no viene a mi casa?, será noche de nachos.
- ¿Yo? — Steve se sorprendió y alegró mucho.
- Pet, no creo que...
- Si, vamos, me hará muy feliz tenerlo en mi casa, ¿Que dice?
Se lo pensó por un momento, no quería incomodar a Tony, no, a Richard con su presencia y menos después de sus desastrosos encuentros, pero quizá ésta sería su única oportunidad de acercarse a él en un ambiente que sea cómodo para él.
- Estaré encantado, gracias.
- Decidido — rodeó el cuerpo de Wade y se acercó a Steve para abrazarlo por la cintura— muchas gracias, a papá le encantará verlo.
Peter se llevó a Steve de la mano hasta la salida mientras conversaban animadamente bajo la atenta mirada de Wade.

“Uy si, le va a encartar ver a Rogers en su casa”
"Esto no me lo esperaba"
"A la suegrita le dará un infarto"
"Nosotros se lo advertimos "

- Definitivamente, esto será un desastre, o quizá no.