XXIX.

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Steve se sentía exhausto por primera vez en mucho, muchísimo tiempo, podía ver como su alma se escapaba de su boca tras su último encuentro con su Omega. No recordaba que sus celos fueran así de intensos ni de cómo hacia él para terminar fresco como una lechuga.
Al parecer, el centenar de años que llevaba encima ya le estaba pasando factura. Suspiro hondo y sintió una nueva oleada de hormonas proveniente de su genio, sintió como una mano bajaba por su pecho hasta tomar su miembro, que, por suerte, se había puesto erecto. Sin duda su soldadito no lo abandonaría en este momento crucial.
- Steve.... - ronroneo su gatito.
- Móntame, bebé, ya no doy más, haz de mi lo que quieras, mi amor.
No lo pensó dos veces y se montó en Steve de forma elegante, mientras se empalaba él solito con fuerza, arrancando un gemido moribundo en ambos. El genio lo montó rápido y duro mientras se apoyaba en su pecho para darse impulso, podía escuchar con claridad los gemidos de placer y gozo, así como el chapoteo de la carne chocando entre sí bañada con los fluidos de ambos de las últimas cinco horas.
- Steve... ¡Steve!
Gimió una última vez mientras se derramaba sobre el pecho su alfa, mientras éste, con un gemido agónico lo llenaba nuevamente, quedando anudados, su gatito se derrumbó en el momento preciso en que la última hormona del celo abandonó su cuerpo.
- ¿Sabes?... No fue... Tan malo... Después de...todo. —Comentó como si nada, como si no hubieran tenido una sexmaratón de tres días con sus noches.
Por suerte, un alma caritativa les traía bandejas con comida, ya que cada vez que Steve intentaba salir, Tony se le lanzaba encima y se lo impedía.
- Cariño...No lo... Recuerdo...tus... Anteriores... Celos... Eran... ¿Así? - Apenas y susurro Steve.
Tony lo miró tratando de descifrar lo que decía.
- Ah, ¿si mis celos siempre han sido así? — Steve pestañeo un par de veces en afirmación— no, de hecho, éste es mi primer celo después de dieciséis años.
Steve abrió los ojos de sobremanera.
- Por...
Tony suspiró, no quería hablar de esto, pero, que más daba.
- Después del nacimiento de Peter, mi matriz quedó destrozada, inservible, ya no veía ningún sentido pasar por esto, por lo que decidí cortarlos con los supresores.
Como pudo Steve levantó sus brazos y lo abrazó. Quería morirse, le había causado un daño irreparable a su Omega.
- Lo siento, en verdad lo siento mi amor...—Se atragantó con las lágrimas —yo no sabía qué hacer, no sabía que hacer amor, por favor mi amor....
- Shhh, está bien —besó su pecho— Está bien Steve, ya paso, solo nos toca vivir con lo sucedido y seguir con nuestras vidas. Lamentablemente el pasado no se puede borrar aunque queramos.
- Yo no te merezco...no debí haberte tratado como lo hice... Yo ni siquiera tengo el derecho de tenerte nuevamente así, yo... Debo alejarme de ti... Yo... ¡Ugh!
Tony había apretado su entrada al punto de causarle dolor al rubio, quien no dejaba de disculparse y llorar.
- ¿En serio pretendes dejarme después de esto? —los señalo a ambos aún unidos— en serio Steve, tu sentido de la oportunidad es una mierda.
- Lo siento, te he hecho demasiado daño mi amor, algunos de ellos irreparables, yo simplemente no quiero causarte más dolor.
- Pues, solo promete que no lo harás más y ya, pero esta vez cumple con lo que prometes, ya no habrá más oportunidades, Steven.
- ¿Como puedes seguir amándome después de todo lo que te hice? No te merezco. — acarició su bello rostro.
- Eso por descontado, pero, ¿quién dice que te amo?, el que te amaba era Tony Stark, yo soy Richard Parker y para mí, solo eres una buena, espectacular y maravillosa sexmaratón.
Steve soltó una carcajada al ver la expresión pícara con la que Richard lo miraba.
- Solo eso, ¿eh?, pues tendré que cambiar su opinión, director Parker, ¿me aceptaría una cita?
- mmm, déjeme ver que tengo en mi agenda y le aviso, coronel Rogers, ¿le parece?
- Me parece bien, gracias bebé, te amo.
Steve lo beso tiernamente mientras intentaba fundirlo con su piel..

[…]

Aprovechando que Steve había salido en busca de alimento y ropa para ambos, Richard Parker decidió tomar un más que merecedor y relajante baño mientras meditada los acontecimientos de los últimos tres días.
Aunque la verdad, no había mucho que meditar. Si, se sentía un poco culpable por haberse acostado con él debido a su esposa, pero a la vez sentía que era lo correcto. Ambos sentimientos contradictorios, pero aceptables.
¿Si se arrepentía por haberse dejado reclamar nuevamente por él?, definitivamente no, otra vez sentía que era lo correcto. Sin duda lo llamarían masoquista, pero la verdad era que nunca dejó de amarlo, antes de saber que era su destinado estuvo enamorado de Steve toda su perra vida y cuando se conocieron, fue como un sueño hecho realidad.
Fue él quien dio todos y cada uno de los pasos en su relación, pero, ahora le tocaba a Steve conquistarlo. Solo esperaba no equivocarse esta vez, porque estaba seguro de que, en esta ocasión, no saldría vivo.
Mientras se secaba el cuerpo, escucho la puerta abrirse para luego cerrarse, el coronel había regresado, por lo que se puso rápidamente una de sus camisetas —que por cierto le quedaba enorme— y salió a su encuentro.
- Eso fue rápido —se detuvo en seco— ¿qué haces aquí?
Debido a que la habitación estaba saturada con el aroma de su alfa y del sexo, fue que no se dio cuenta del aroma de aquel Omega con tendencias alfas.
- Necesito hablar contigo— respondió el Coronel Barnes serio.
- No creo que sea el momento adecuado....
- Al contrario, es el momento preciso—interrumpió el soldado—en primer lugar, quiero pedirte perdón por lo sucedido con tus padres, si hubiera estado en mis manos créeme que me hubiera matado antes de tocarlos, ya que ambos eran amigos míos.
- Disculpas aceptadas, revisé tu expediente, por lo que me quedó más que claro que tú también fuiste una víctima en todo esto.
- Gracias, no esperaba más del hijo de Howard y María— carraspeo el soldado— en segundo lugar, quiero exigirte que te alejes de Steve.
- ¿Perdón? —Soltó incrédulo.
- A pesar de saber quién eres, es más que fijo que en realidad ya no eres el hombre del que Steve se enamoró y no quiero que salga lastimado por tu culpa.
- ¿Mi culpa?—seguía sin poder creer lo que escuchaba.
- Steve sufrió demasiado con tu supuesta muerte y me llevó muchos años sacarlo de aquella depresión en la que estaba como para que vengas tú y lo arruines todo.
- Ya, ¿Y yo no sufrí acaso cuando se fue contigo? ¿Crees que yo no he sufrido durante todos estos años?
- Tú te casaste y fuiste reclamado por otra alfa, tienes un hijo y eres uno de los hombres más exitosos y populares de la última década, discúlpame si no noto tu sufrimiento.
Ese discursito ya lo estaba enfadando y mucho.
- ¿Y cuál es el puto problema?  Steve también se casó e hizo su vida y por lo de mi hijo, no te rasgues las vestiduras que también es suyo.
James lo miró incrédulo.
- Así es idiota, Peter es hijo de Steve y te voy a decir esto desde ahora— Richard plantó los pies y cuadró los hombros—esta vez, no voy a permitir que te interpongas entre nosotros, así que, ve olvidando tus delirios de amigo con derechos.
- No me tienes Parker, yo no voy a permitir que lastimes a Steve, él se merece ser feliz, pero contigo dudo mucho que lo pueda ser.
- ¿Y contigo sí? —Richard lo miro con una ceja alzada.
- No entiendo a qué te refieres—el soldado entrecerró los ojos.
- Ahora no te vengas a hacer el que la Virgen te habla— Puntualizó el genio—sé que eres la pareja destinada de T'chala y que le pariste dos hijos, pero también sé que siempre estuviste enamorado de Steve.
- Eso es una mentira—Buck apretó la mandíbula—Yo solo quiero que no le hagas daño, tú lo vas a lastimar, lo quieres destruir, te quieres vengar de él...
- Y si así fuera, ¡¿qué?! — gritó ya cansado de esa plática sin sentido—sí, me quiero vengar de él, lo voy a enamorar hasta el punto de que ya no pueda vivir sin mí, lo voy a convertir en mi monigote y una vez que haya logrado mi cometido lo voy a reducir a nada,  porque eso se merece un traidor como él, sufrir intensamente por el resto de su perra vida y tú, mi amigo, no vas a interferir, de lo contrario, lo pagarás con sangre.
- Escúchame bien Stark, antes, te mato con mis propias manos.
- Eso quiero verlo— abrió los brazos— aquí te espero, perra.
Barnes se abalanzó sobre Richard directo a por su cabeza, hasta que fue detenido en seco por un fornido brazo.
- Tócalo, y tú y yo cruzaremos más que palabras.
Steve susurro más que enojado.
- Escuchaste lo que dijo, él quiere vengarse de ti y embaucarte con un hijo que no es tuyo....
- Eso a ti no te incumbe— Steve giró a su amigo para encararlo—ni tu ni nadie tiene derecho a interferir entre nosotros.
- Te volviste loco, ¿cómo es posible que seas tan ciego?
- Te equivocas, ahora estoy más lúcido que nunca— El rubio lo miró con dureza—tu y yo definitivamente debemos hablar de muchas cosas, pero ahora no, debo atender a Mi Omega, vete.
Buck lo miró sorprendido y herido, sin decir nada salió de la habitación dando un portazo. Steve observó detenidamente a su Omega, intentando evaluar si tenía algún daño.
- ¿Estas bien?
- Tan bien como podría estarlo después de este numerito—Dijo Richard en tono ácido, esperando la reacción del alfa ante sus palabras.
Steve lo miró por un par de segundos más, hasta que se acercó a él y lo estrechó contra su cuerpo en un fuerte abrazo.
- Lo siento, mi amor.
Richard se sorprendió, pero le devolvió el abrazo.
- ¿Por qué te disculpas?, creí que armarías un escándalo después de lo que dije.
- Para serte sincero, me dolió mucho, pero sé que no lo decías de verdad, pero si ese fuera el caso, no me quejaría, estás en tu derecho de vengarte y yo estaría más que dispuesto a morir por tu mano de ser necesario.—el rubio lo estrechó aún más contra su cuerpo.
- Y a mí me dicen melodramático— se quejó el genio— pero tienes razón en algo, no lo dije en serio.
- Por supuesto que no, pudiste haber cambiado con el pasar de los años, pero jamás serias alguien quien se entregará como tú lo hiciste por mera venganza. Tu nunca serias un ser mezquino y sin corazón.
- Me tienes mucha fé.
- No, simplemente puedo ver en tu corazón y por supuesto, olerlo.
Para este punto ambos soltaron una carcajada, liberando así toda la tensión.
- Bendita biología o, bendito suero del súper soldado, para el caso.
- En cualquiera de los casos, eso me permitió ser tu destinado y aunque no lo fueras, hubiera luchado con todo lo que tengo por ti, solo por ti.
- Eso me suena a amenaza— rio el genio.
Steve se encogió de hombros, tenía más que claro que si debía sacar su lado oscuro para proteger a su Omega, lo haría más que encantado.
- La comida se enfriará director Parker y no creo que eso sea de su agrado.
- Y no lo es Coronel Rogers, definitivamente no lo es.
Aun abrazados, Steve le dio un profundo beso que Richard correspondió más que encantado.  No sabía lo que les deparaba el destino próximo, pero esta vez, esperaba afrontarlo juntos.

Monumento a tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora