No se lo podía creer, llevaba cuatro días intentando hablar con Steve y cuando al fin lo conseguía, lo hizo con él detrás de unos barrotes y el mismo día de su juicio militar.
Prácticamente no le habían dado tiempo para nada.
- ¿Que hiciste? — susurró, no queriendo creer lo que veían sus ojos.
- Lo que tenía que hacer, cometí un crimen y tengo que pagar por ello. —Steve intentó tocarlo, pero estaba muy lejos para hacerlo. Le dolía tanta distancia.
- Te acusan de traición a la patria, y por si eso no fuera lo suficientemente malo, te acusan de asesinato premeditado a tu Omega, ¿acaso olvidaste cuál es la pena por ese crimen? Nosotros mismos promulgación esa ley, maldición, Steve.
- No lo he olvidado, siempre he dicho que todo crimen junto a su perpetrador deben ser ajusticiados, yo maté a mi esposo y merezco un castigo.
- ¿De que mierda hablas? —perdió los nervios y se acercó a él, tomándolo del cuello de la camiseta que llevaba puesta , acercándolo lo suficiente a su rostro — estoy aquí, estoy vivo maldita sea. ¿Por que lo hiciste? ¿el hielo terminó de estropear tu cerebro o qué?.
Steve le regaló una diminuta sonrisa.
- Eso explicaría muchas cosas, pero, era lo único que podía hacer, aunque debo decir que debí hacerlo hace mucho tiempo, tu mereces justicia.
- Steve, tu sentido de la oportunidad es un asco, mi amor, mírame —tomó sus manos y las colocó en su rostro — siénteme, estoy vivo.
- Pero te maté de otras formas mucho más dolorosas, maté tus sueños, tus esperanzas, tu amor, te maté en vida y no hay peor muerte que esa.
- Y entonces, tus nuevas promesa, ¿no importan?. Prometiste estar con nosotros.
- Y no pienso romperlas, parte de ellas es pagar por mis crímenes.
Se le estaban agotando los argumentos con ese hombre, lo único que se le venía a la mente para parar todo esto era regresar al difunto Stark de entre los muertos.
- No se por qué tanto drama, al fin conseguirás lo que querías, destruir a Steve— una voz cargada de veneno lo sacó de sus cavilaciones.
- James —Advirtió Steve.
- ¿Que haces tu aquí? —miró a un rincón oscuro de la celda.
- Pagando por mis pecados, al igual que Steve.
- Eres la reina de Wakanda, ¿se volvieron locos? ¿que pasa con tu inmunidad?
James lo miró con mucho dolor antes de responder.
- Caí de la gracia de mi rey—Fue la única explicación que dio, al ver su expresión torturada, sintió pena— Bueno, ya debes estar feliz, pagaré por mis crímenes y finalmente te desharás de Steve, mataras dos pájaros de un tiro.
Adios pena.
- Es una pena que hayas caído de la gracia de T'chala, pero eso te pasó por andar de zorra con marido ajeno en vez de cuidar al propio.
- Richard —advirtió el rubio. El mencionado lo miró y se centró en él, no tenía tiempo para pullas verbales con James.
- Haré todo lo imposible para sacarlos de aquí.
- Richard, no...
- Silencio, no puedo dejar al padre de mis hijos y mi futuro esposo aquí.— le guiñó un ojo y le dio un apasionado beso a través de las rejas antes de marcharse.
Solo esperaba que funcionara, de lo contrario, no sabría lo que haría.
[...]
Las cosas no estaban saliendo para nada bien. Había intentado hablar con T'chala para que lo ayudara a sacar a sus respectivos esposos de este embrollo pero, se negó a contestar.
En su lugar, un lloroso Howard no dejaba de pedirle perdón y culparse por lo que estaba pasando, se encontraba en la encrucijada más grande de su vida y no sabía que hacer. Lo único que le quedó a Richard fue enviar a Peter con él para calmarlo, prometiendo que sacaría a Steve y James de ésta. Cosa que realmente no creía poder lograr a estas alturas y menos sólo.
Había contratado al mejor abogado militar para sacarlos, pero veía que con cada argumento bien plantado en contra de los acusados, la defensa iba perdiendo peso y credibilidad.
Hasta que el Tribunal pidió lo que temía.
- Pido la pena capital para los crímenes cometidos por los soldados. —exclamó con vehemencia el capitán del ejército encargado de la parte acusatoria.
En ese momento Richard perdió los papeles y le importó un carajo que el abogado intentara detenerlo.
- No pueden pedir la pena capital para ellos. — se puso de pie.
- Ésa es la pena que se le aplica a los traidores a la patria, el coronel Rogers y el coronel Barnes atacaron al Vengador Stark con premeditación, alevosía y ventaja.
- ¡Fue una pelea entre miembros activos de una organización bélica! Por Dios, somos hombres, como querían que solucionáramos nuestros problemas, ¿sentándonos a tejer botitas y tomando el té?
- El señor Stark era esposo de uno de los acusados, según la ley de protección de género y especie, está penado el agredir de cualquier forma a omegas y mujeres de cualquier especie. El coronel Rogers cometió un delito.
- A la mierda el género, fue una pelea, él no me agredió con alevosía, yo reaccioné y también lo ataqué, ¿me está diciendo que eso no vale? Que, por el hecho de parir a los hijos ¿mi hombría no vale?
- Los omegas son demasiado preciados para nuestra sociedad, si bien es cierto, en la antigüedad no tenían ni voz ni voto, pero, en las últimas décadas hemos tomado las riendas del asunto para cambiar aquello y protegerlos. El coronel Rogers asesinó al señor Stark y por eso, merece la pena de muerte.
- ¡Pero si estoy vivo, estoy aquí, de pie frente a usted, él no merece esa pena! —Tony se estaba desesperando, a punto de caer en un ataque de pánico.
- Hasta donde sé, usted es Richard Parker, científico biomecánico y genetista, director actual de S.H.I.E.L.D, ¿Quien me asegura que usted no está mintiendo para proteger al acusado? Tengo entendido que mantienen una relación sentimental y es muy probable que su juicio haya sido nublado por el afecto.
- Me haré las pruebas necesarias, todas arrojaran que yo soy Tony Stark, tengo testigos...
- Lo siento, este tribunal ya tomó su decisión, éste no es un juicio común, es una corte marcial, el acusado confesó y aceptó los cargos impuestos, no hay más por objetar. La ejecución se llevará a cabo el día veintiuno a las cero ochocientas. — el juez hizo sonar su martillo dos veces — se levanta la sesión.
Richard miró a Steve con los ojos desorbitados, pudo ver en su expresión el terror de separarse nuevamente de él, pero también la resignación de un hombre que debía pagar por sus crímenes.
- No— susurro mientras llevaba sus manos a su cabello, comenzando a tirar de ellos —No puede ser.
Comenzó a hiperventilar y a gritar mientras gruesas lágrimas surcaban su rostro. De pronto, todo se volvió negro, mientras caía inconsciente, lo último que escuchó fue a su amor llamándolo por su nombre quizá, por última vez.
- TONY.
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Monumento a tu Amor
Fanfiction" Tony Stark ha muerto" Ese era el título que abarrotaban las primeras planas en los periódicos, revistas, en las redes sociales, noticias de televisión y de radio de todo el mundo. ¿Lo peor de todo?, es que no estaba tan lejos de ser verdad. ¿Qui...