XI.

3.1K 283 112
                                    

Mary se encontraba caminando por los pasillos de S.H.I.E.L.D. Con aparente malestar y con un genio de los mil demonios, desde hace unos días, su marido, su omega se encontraba muy depresivo y la miraba como si la hubiera traicionado, más no lo decía absolutamente nada. En definitiva, no creía que la haya traicionado en cualquier contexto en el que se pueda emplear dicha palabra. Pero, de que algo pasaba, pasaba, y ella lo sabría.

No había llegado a ser jefa de una de las divisiones más importantes de la organización gracias a su cara bonita. Por lo que se dirigió a ver a una de las dos personas que podrían decirle algo, llego a una puerta cerrada y entro sin avisar.

- Quiero que me digas exactamente qué le sucedió a mi marido.

- Hola Mary, que gusto verte, ¿Cómo estas hoy?

- Ahórrate todo este numerito, Nat y habla – se apoyó en el escritorio, proyectando su aura amenazante.

La ex espía rusa suspiró, sabía que tarde o temprano su amiga y esposa de Richard vendría a sonsacarle la verdad.

- ¿Qué quieres que te diga?, si Richard no te ha dicho nada, es porque sus razones debe tener.

- Sus razones mis calzones, sabes perfectamente que ese hombre cuando decide callarse las cosas, no hay poder humano que lo haga desistir de lo contrario, lleva casi una semana así, exactamente desde que fue a aquella gala, así que, habla, si lo quieres y quieres su bienestar, habla, no quiero ver que nuevamente se suma en la oscuridad de antaño.

Natasha cerró los ojos, no, ella definitivamente no quería que le pasara eso su amigo.

- Se encontró con Steve en aquella gala y tuvieron un fuerte enfrentamiento, Richard quedó muy afectado.

- Lo sabía – golpeo la meza con las palmas de sus manos – sabía que ese alfa lo llevaría nuevamente por el camino de la oscuridad, si se comporta así sabiendo que Tony está muerto, no quiero ni imaginar que hará cuando sepa que no es tan cierto el hecho de que su cuerpo descansa en el cementerio.  – Tomó una silla y se sentó.

- Mary, debes saber que Steve sufre mucho por la muerte de Tony, más aun sabiéndose culpable, no lo puedes condenar así solo por el hecho de seguir amándolo.

- ¿Amor?, ¿en serio crees que en verdad lo amo?, Nat, el que ama lo entrega todo sin pensarlo, sin esperar nada a cambio, busca el bienestar de aquella persona, procura convertirse en su sosten, en alguien en quien confiar, no en su ruina, si bien es cierta aquello que dicen, quien ama a veces hace sufrir, pero Steve se pasó con eso.

- Yo no lo justifico, pero, en serio, me duele verlo así, estoy segura que captó el parecido de Richard con Tony y sé que su enfrentamiento lo tiene bastante mal, yo no quiero que sufra más, ni Richard.

- ¿Y qué quieres?, ¿Quieres decirla la verdad? ¿Quieres hacer que Tony regrese de entre los muertos para lanzarse a los brazos de Steve como si nada y arriesgarnos a perderlo otra vez? ¿Quieres acabar con su tranquilidad, la cual ya está pendiendo de un hilo?, ¿Quieres acabar con nuestra felicidad?, ¿con nuestro matrimonio?

- ¡No!, por dios que no, pero, Mary, ellos son parejas destinadas e independientemente de lo que pensemos sea lo correcto para ellos, ambos sufren estando separados el uno del otro, Richard se puso muy mal tras su encuentro, estuvieron cara a cara, no dejó de temblar y llorar por más sedantes que le administró Bruce y Steve, Steve no durmió en toda la noche, se la paso bebiendo a pesar de saber que no obtendría nada con ello, llorando y susurrando frente a la foto de Tony que lo sentía y que lo amaba. Yo solo quiero que su miseria acabe. –la espía se cubrió el rostro con las manos, sabía que estaba cometiendo un error, pero no quería que sus amigos siguieran sufriendo – o dime tú, ¿qué harías si tuvieras la oportunidad de estar con ella nuevamente?, de sentirla, de aspirar su aroma, de saberla con vida, ¿qué harías?

Monumento a tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora