XVI.

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- Tengo miedo papá.

- ¿De qué? ¿temes que atente contra tu vida? ¿lo estas culpando?

- No papá, por supuesto que no, tengo miedo de que no me quiera ver.

- Haces bien en no culparlo cariño, Wade puede ser muchas cosas, pero nunca un traidor y estoy más que seguro que nunca quiso lastimarte. Se que se cortó las manos y los pies para no atacarte.

Peter asintió recordando aquella escena salida de El Juego del Miedo, ambos estaban en la zona de rehabilitación física de la base, habían encerrado a Wade en un cuarto con paredes, suelo y techo acolchado. Le habían dicho que hace cuatro días no quería comer ni beber y que se la pasaba sentado en un rincón.

Lo primero que vio cuando entró es que seguía con su mismo traje cubierto de sangre seca y que sus manos y pies ya habían crecido. A penas y lo miro cuando entró.

- Que no se acerqué, no quiero lastimarlo. —susurró.

- Por eso estoy aquí.

Richard entró y de inmediato Wade se puso en posición de ataque, el omega lo esquivó, espero lo justo y le dio una señora patada en los testículos, el ex mercenario calló de rodillas gritando se dolor, fue ahí que Richard aprovechó y bajó su cabeza para inyectarle algo directamente debajo del cráneo.

Peter tembló al ver el tamaño de la aguja.

Tras unos segundos, Richard sacó la aguja y tocó la cabeza de Wade para que lo mirara a los ojos.

- Dime cuando los escuches.

- ¿Escuchar qué?

" ¡A nosotros idiota! "
"¡Oh por las santas chimichangas! "
" Lo logramos, ¡volvimos! "
" ¡Bendita sean sus manitas suegra!”

- Sip, la misma cara de idiota, es él- se mofo Richard.

- ¡Suegrita! —Wade miro a Peter reflejando terror en sus ojos— Pet, Oh por Dios Peter, no te me acerques por favor, ¡no te me acerques!

Wade se fue gateando al rincón más alejado de la habitación.

- Peter — Lo llamó su papá.

Entonces, aprovechando que no había tomado sus supresores liberó sus feromonas, haciendo su olor más que potente. Poco a poco su alfa se fue calmando y volviendo en sí.

- Quédate con él y ayúdalo.

- Si, papá — sintió un piquete en su brazo— ¡Auch! ¿Qué hiciste?
Peter se frotó la zona adolorida.

- Me aseguro de no tener nietos tan pronto —Se encogió de hombros ante la mirada de desconcierto de Peter— y tú, si tocas a mi hijo, te contaré las bolas y me sentarme a ver como crecen para cortártelas una y otra vez con un cuchillo para mantequilla.

Y dándose media vuelta salió de allí dejándolos solos.

Peter se acercó aumentando sus feromonas.

- Peter, yo no quería...

- Esta bien, —Peter agarró su rostro —está bien, alguien te inyectó algún químico raro en tu cerebro que inhibió tu inmunidad natural, ¿sabes?  Me alegra que hayas luchado contra ello.

- No quería hacerte daño, mucho menos a los demás, Dios mate a esos agentes...

- No, no lo hiciste, dentro de tu manipulación te las arreglaste para no herirlos de gravedad, ellos se están recuperando en sus casas.
Peter sonrió y se acercó a besarlo, pero fue detenido.

- No, primero baño, estoy hecho un asco y no quiero tocarte así.

Aquello calentó su corazón adolorido, así que lo ayudó a levantarse y apoyándose en él fueron dando tumbos a los vestidores, con Wade gruñéndole a las alfas que olfateaban descaradamente a Peter.

Al llegar al baño entraron en uno de los cubículos con todo y ropa y Peter abrió la ducha. Mientras Wade levantaba la cabeza hacia el agua Peter iba bajando la cremallera de su traje ajustado y se lo bajó por los hombros.

Ahí se dio cuenta de que Wade no usaba nada de nada debajo del traje, tragó saliva al ver su miembro largo y ancho que, al estar erecto estaba pegado a su vientre llegando más allá de su ombligo.

- No hagas eso, niño malo— Wade supo que su niño se había excitado al verlo, y sonrió —tu papá amenazó con cortarme las bolas si te toco y a mí, me gustan estas bellezas — Tomo con su mano derecha sus pesados testículos — donde están.

Peter cogió la botella de jabón líquido y vertió un poco en su mano, dejando la botella a un lado las frotó hasta hacer espuma y tomó una de las manos de Wade, frotando los restos de sangre seca, repitió el procedimiento con la otra mano, hasta los brazos.

Se enjuagó y volvió a verter jabón, esta vez tocó su fornido pecho, deleitándose con la dureza de sus músculos, bajando hasta sus abdominales, acariciando de más los seis cuadritos perfectos. Se hecho más jabón y se arrodilló para lavar sus pies y tobillos, subió por sus musculosas piernas con reverencia, veía como el agua resbalaba por su cuerpo resaltando las cicatrices, Peter se moría por lamer el trayecto que seguía el agua.

Se echó más jabón y esta vez iba directo a tomar su miembro.

- ¿Sabes lo que sucederá si me tocas?

El muchacho asintió y sin esperar más, tomó el miembro de Wade apretándolo con fuerza, ayudándose del jabón para resbalar por toda la longitud, retrayendo el prepucio para observar con detenimiento la cabeza en forma de un gran champiñón.

No sabía muy bien lo que hacía, pero, guiado por el movimiento de caderas de su alfa, comenzó a subir y bajar, y por como gemía Wade, al parecer, no lo estaba haciendo tan mal, fue aumentando gradualmente la velocidad hasta que pudo divisar el famoso nudo de los alfas, engrosándose en la base del pene.

Cuando llegó a un punto imposible de hinchazón, su miembro fue expulsando semen, manchando su rostro, cuello, pecho y hasta en los labios.

Wade, quien no se había perdido del espectáculo de su niño manoseándolo, vio en primera plana como su pequeña lengua rosada salía para probar la sustancia blanquecina en sus labios, gimió cuando Peter hizo un sonido de aprobación, indicando que le gustaba lo que probaba, esto iba a acabar muy mal y no ayudaba que su Omega estuviera excitado y despidiendo feromonas como loco.

- Wade—lo llamó poniéndose de pie— Yo...Yo quiero...

- No Peter, necesitamos más tiempo...

- Mi mamá murió a causa del ataque, y eso me hizo ver que un momento estamos aquí y al otro no sabemos, yo no quiero perder más mi tiempo, por favor no me hagas rogar, Wade, yo, te quiero.

Conmovido y adolorido por lo que había sucedido y las consecuencias de ello, tomó a Peter y lo beso con pasión, como si la vida se le fuera en ello literalmente. Aquellos días incomunicado, sin saber si lo había lastimado realmente lo mataron. Él no quería volver a sufrir eso, ya había sido suficiente con Vanessa.

Lo desvistió lo más rápido que pudo, una vez lo tuvo desnudo, lo llevó hasta el suelo de la ducha, lo recostó y se acomodó entre sus piernas.

- También te quiero, Peter, — le susurró al oído muy emocionado— no me imaginaba nuestra primera vez así, prometo ser gentil— comentó mientras contemplaba sus grandes y hermosos ojos azules. 

- Gracias, yo tampoco me lo imaginaba así, pero, soy feliz de estar contigo.

Tenía razón, ¡necesitaba marcarlo ya!. 

Wade atacó su cuello, besándolo con la boca abierta dejando sendos chupetones, bajando como cadenas hasta su pecho en donde lamio y mordió sus rosados pezones. Bajó por su abdomen, excitándose al saber que él sería el primero y el ultimo en tocar su cuerpecito, sabiendo que era él quien lo iniciaría en los placeres de la carne, y que placeres le mostraría.

Lo primero sería darle una buena mamada y así lo hizo, al tomar su miembro en su boca engulléndolo entero, mientras lo preparaba con sus dedos. Wade casi se viene al descubrir cuan mojado estaba su Omega.

Peter gritó de placer separando su espalda del suelo, sabía por mera ciencia lo que pasaría, pero no tenía ni idea de que se sentiría tan bien.

- Wade... Wade... Yo quiero... Yo quiero... ¡Ay Wade no sé lo que quiero!

El nombrado por supuesto que sabía lo que quería, llevó su miembro hasta lo más hondo de su garganta y movió los tres dedos que tenía en su estrecho y apretado interior, tocando insistentemente por primera vez aquel punto dulce que volvería más que loco a su muchacho de aquí en adelante.

Y no estuvo equivocado, el grito desgarrador de placer que su Peter soltó fue lo más jodidamente erótico que había presenciado nunca en el mundo, junto con el dulce néctar que inundaba sus papilas gustativas. Antes que pasara el efecto del orgasmo se levantó y tomó las caderas de su pequeño, alineando su miembro con su entrada y lo penetró poco a poco, una vez su miembro tocó de golpe su punto dulce, provocó que su niño se volviera a venir con un grito desgarrador y entre sollozos.

- Tranquilo, baby boy, te tengo. Te amo.

Lo abrazó y repartió besos por toda su cara tratando le calmarlo, cuando sintió que su miembro ya no era apretado hasta el dolor comenzó a moverse lento, pausado, disfrutando de las sensaciones que el cuerpo de su omega le brindaba.

Peter comenzó a aferrarse a él, curvándose para que llegará más hondo y arañando su espalda, perdidos como estaban, sus instintos tomaron posesión de la situación, Wade afianzó las rodillas en el sueño de baldosas blancas y se levantó, arrastrando a Peter con él, quien sostenido de su cuello lo cabalgaba. El alfa dejó libre sus colmillos y ladeando la cabeza de su omega para tener mayor acceso a su cuello, lo mordió encima de su glándula hasta probar sangre, sintiendo como sus corazones comenzaban a latir al unísono y recibiendo los pensamientos y sentimientos del otro, sellando su unión con un maravilloso y devastador orgasmo.

Formando así su tan esperado lazo.


Monumento a tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora