Tiempo, hace falta tiempo para reconquistar tu amor,
yo estaré allí, estaré allí.
Amor, solo el amor puede un día traer tu amor de vuelta,
yo estaré allí, estaré allí.
Pelear, nene, pelearé para reconquistar de nuevo tu amor,
estaré allí, estaré allí.
Amor, solo el amor puede algún día romper el muro,
estaré allí, estaré allí.
Una forma de demostrase amor desde los albores de los tiempos es uniéndose de forma íntima con el cuerpo, ya que, de esa manera también se puede unir el alma. Nada como sentir la piel del ser amado sobre la tuya, sentir su aroma, su sabor, su textura, como para sentirse pleno. Sentir cómo se te eriza la piel cada vez que aquella persona toca tus puntos débiles, besa y/o acaricia tu cuerpo necesitado de amor, de su amor, es simplemente la gloria.
El acto más puro y a la vez tan carnal se convierte en sagrado cuando dos personas que se aman, se entregan sin condición ni medidas, sin malas intensiones ni egoísmo, simplemente por el placer de entregarse a esa persona no solo en cuerpo, sino también, en alma.
Si hiciéramos todo el camino otra vez, desde el principio,
intentaría cambiar las cosas que mataron nuestro amor.
Tu orgullo ha construido un muro tan fuerte,
que no puedo atravesarlo.
¿De verdad que no hay posibilidad de empezar una vez más?
Estoy enamorado de ti.
Dicen por ahí que pocos seres humanos tienen la posibilidad de tener una segunda oportunidad en sus vidas, ya sea para reparar sus errores o simplemente disfrutar de lo que no se pudo en su momento. Ese era el motivo por el cual Steve daba gracias a Dios y a todos los Ángeles y Santos por la segunda oportunidad que le habían brindado.
Quizá suene blasfemo, pero con cada caricia, con cada beso, con cada estocada certera a aquel cuerpo caliente y húmedo, no podía evitar soltar una plegaria agradecido.
Ver a Richard debajo de él, con la espalda arqueada por el placer, sus brazos extendidos intentando abrazarlo mientras se muerde el labio inferior, intentando acallar su voz, simplemente es la mejor vista que había tenido desde hacía mucho tiempo.
Sus ojos negros lo miraban con lujuria sin diluir, no eran castaños, pero le mostraban el mismo amor de antaño. Su cabello, a pesar de no ser castaño, aun se le antojaba lo más hermoso del mundo y lo más suave al tacto. Soltó un gemido cuando hundió sus dedos en aquel hermoso cabello, mientras era finalmente atrapado por su omega más que dispuesto a dejarse consumir por la bestia que vivía dentro de él.
Lo besó con pasión, rogando por que esto sea realidad y no una de sus tantas fantasías. Rogando porque Dios lo ayude a mantener su promesa, porque le permita cumplirla.
Inténtalo,nene, intenta confiar en mi amor otra vez,
yo estaré allí, estaré allí.
Amor, nuestro amor, no debería simplemente ser desperdiciado,
yo estaré allí, estaré allí.
Si hiciéramos todo el camino otra vez, desde el principio,
intentaría cambiar las cosas que mataron nuestro amor.
Tu orgullo ha construido un muro tan fuerte,
que no puedo atravesarlo.
¿De verdad que no hay posibilidad de empezar una vez más?
Si hiciéramos todo el camino otra vez, desde el principio,
intentaría cambiar las cosas que mataron nuestro amor.
Sí, he herido tu orgullo,
y comprendo por lo que has pasado,
deberías darme una oportunidad,
este no puede ser el final.
Todavía estoy enamorado de ti,
necesito tu amor.
Todavía estoy enamorado de ti,
necesito tu amor.
Estoy enamorado de ti.
Lo único que Richard podía decir en estos momentos de total entrega mientras era penetrado lento, pero con firmeza, era su nombre. Aquel nombre que por tantos años le produjeron escalofríos mientras era tomado con la misma intensidad que ahora. Aquel nombre que de la noche a la mañana se convirtió en su pesadilla, ahora se volvía su bendición.
Nunca pensó en volver a estar de esta forma con Steve, pero ciertamente el destino jugaba sus fichas sin importarle una mierda si los seres humanos estaban de acuerdo o no. Él había vuelto a perder al amor de su vida, pero la vida se encargó de devolverle un poco de lo que le había quitado. Dos veces.
Sentir como Steve se abría paso en su cuerpo mientras lo acariciaba con obcena avaricia solo aumentaba más sus ganas de ser quemado hasta los cimientos por aquel infierno de pasión que sentía al estar con él, al yacer con él.
Él se lo había prometido, le había jurado que no volverían a pasar por lo que habían pasado en otra vida. Pero su corazón aún dudaba un poco, Steve había elegido muy bien la canción para hacerle el amor. Necesitaban tiempo para curar sus heridas, así como amor, mucho amor de ambos para, sino volver a ser lo que eran, al menos, ser una pareja estable.
- ¡Steve! — gritó Richard en cuando tocó su punto dulce, haciendo que de viniera con fuerza mientras su alfa lo llenaba abundantemente con su semilla y lo anudaba.
Steve se desplomó sobre su cuerpo y no dudó en abrazarlo, sacando la lengua para probar su piel salada debido a las horas que llevaban haciendo el amor.
El rubio le había invitado a cenar a su departamento de soltero, aprovechando que su hijo y sus primos habían salido en busca de sana diversión. La cena había transcurrido de forma natural, como si ellos nunca se hubieran separado. Charlaron por horas de cosas profundas, de cosas banales, hasta que Steve le dio el beso más bonito del mundo, aquel beso fue el mismo que le había dado el día en el que le pidió matrimonio. No había mucha diferencia de aquel entonces con el ahora, salvo porque otra vez estaban comprometidos y, él llevaba nuevamente en sus entrañas a un hijo de ambos.
- Si querías tener sexo conmigo, simplemente me lo hubieras dicho, no tenías que hacer todo esto. —acarició su enorme espalda con ternura.
- Oh, tenía que hacerlo —Steve le regaló su mejor sonrisa, esa destinada solo para él— antes, no tuve oportunidad de consentirte como es debido, ahora que puedo quiero hacerlo, más aún si me regalas la dicha de ser tu esposo y padre nuevamente.
- Eres un romántico empedernido y aún no eh dicho que te acepto.
- Si, aceptaste.
- ¿Cuándo? —Steve levantó su rostro y posó su mentón sobre el pecho de su Omega.
- ¿Recuerdas tu celo?
- En ningún momento me propusiste matrimonio.
- Si lo hice, solo que tu te acuerdas de lo que te conviene. — se estiró y le dio un beso a su pequeña nariz arrugada —además, ya tengo la bendición de Peter y eso es lo más importante.
- Ustedes si que son unos ridículos — Masculló, luego, su estómago sonó — lo siento, creo que tengo hambre.
Steve rio feliz, adoraba a aquel hombre con todo su ser.
- Bueno, es una suerte que el nudo ya haya bajado, despues de alimentarte a ti y al bebé, podremos ir a por otra ronda —lo besó.
- Eso suena excelente —le devolvió el beso con pasión. Rompió el beso cuando escuchó sonar su móvil de forma insistente.
Tomó una sabana para cubrirse por si era una vídeo llamada mientras Steve se ponía los pantalones.
Al ver quien era contestó de inmediato.
- Hola, cariño.
- ¡Papá, debes salir de allí con padre ahora mismo, de preferencia fuera del país, pero vayanse ahora! —soltó nervioso y casi al borde del llanto.
- Peter, me estas preocupando ¿que pasa? — Steve lo miró y con gesto preocupado pregunto que pasaba, a lo que simplemente se encogió de hombros.
- Vayanse lejos que yo los alcanzare, el get está preparado y esperándolos, por favor papi, salgan de allí, por favor, solo vayanse antes de que lleguen por él.
- ¿Que lleguen por él?¿quien?
En ese momento se escuchó cómo tumbaban la puerta principal, se escuchó cómo un grupo de hombre se abrían paso hasta su habitación y tumbaban la puerta de la misma.
Steve, rápido como es tomó al primero del cuello y lo pegó a su cuerpo, apuntándolo con su propia arma a la cabeza.
- BAJE EL ARMA.
- Bajen ustedes el arma. ¿Por que irrumpen en mi casa? ¿Quienes son?
- Steve, espera —Richard reconoció los uniformes — ¿Que rayos les pasa? Bajen sus armas, ¿acaso no saben quien es él? ¿O quien soy yo?
- Oh, por supuesto que lo sabemos, ahora lo sabemos. — un hombre alto y de cabellos caños irrumpió en la habitación.
- Ross, ¿que mierda haces aquí?¿que está pasando? — se indignó Richard.
- Solo vine a ver como aprendían al traidor — el Secretario de Defensa se acercó a Steve, quien aún tenía prisionero a aquel soldado, ya se había imaginado que algo así sucedería, pero no sabía que sería tan pronto — aquella vez se nos escapó y salió impune, hoy, no será así.
- Coronel Steven Rogers —Se acercó un soldado — queda usted bajo arresto, bajo los cargos de traición y asesinato a sangre fría.
Steve solo apretó la mandíbula y soltó al muchacho, para luego dejarse aprender por el ejército.
- ¿Que? ¿Traición? ¿Asesinato? ¿De qué hablan? —Richard ya estaba de pie dispuesto a luchar con una sabana atada a sus caderas.
- El coronel Rogers confesó su crimen ante la corte militar, por ende es lógico que vengamos por él —Richard lo miró horrorizado — Es momento de pagar por la muerte de Tony Stark.

ESTÁS LEYENDO
Monumento a tu Amor
Fiksi Penggemar" Tony Stark ha muerto" Ese era el título que abarrotaban las primeras planas en los periódicos, revistas, en las redes sociales, noticias de televisión y de radio de todo el mundo. ¿Lo peor de todo?, es que no estaba tan lejos de ser verdad. ¿Qui...