XVII.

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Richard sabía que se estaba arriesgando al estar en aquel lugar lleno de gente que podría reconocerlo, pero necesitaba partirle la cara a la persona que había cometido aquel error de enviar a la pareja destinada de su hijo a una clara trampa que, a consecuencia de eso había cobrado varias vidas incluyendo la de su esposa.

Así que sin pensarlo entró directamente a la oficina, importándole muy poco las objeciones de la secretaria.

- ¡Quiero que me expliques en este momento quien fue el inepto que mando a Wilson a esa misión! — exclamó furioso.

Ahora entendía a la secretaria, había interrumpido una reunión de consejo, la cual era conformada por los miembros veteranos de los vengadores.

Estaban todos en pleno. Incluyendo a los traidores.

- Buenos días señor Parker — Intervino Fury— lo estábamos esperando, ¿señores?  Éste es el señor Richard Parker, quien junto al doctor Banner crearon un antídoto para Wilson.

Todos lo miraron, con excepción de quienes ya lo conocían.

- ¿Terminaste con esta mierda? — pregunto, después de girar su cuello y hacerlo tronar, un gesto que no pasó desapercibido por un par de ojos azules que lo miraban con intensidad—en serio Fury, no estoy de humor para esto.

- Fue uno de los nuevos aditivos, nos dio una información falsa.

- ¿Y eso es todo? — se acercó —¿me estás diciendo que la pareja de mi hijo atacó la base y casi lo mata por una puta mala información?, no me vengas con eso como si fuera un simple error de novatos, murieron personas, ¡carajo!

- Se hizo todo lo pertinente del caso y cuida esa actitud, Parker.

- A la mierda con eso Fury,  perdí a mi esposa, mi bendita esposa, porque ustedes no comprobararon una maldita información, pusieron en bandeja de plata a Wade para Ajax,  ¡esto es inaudito!

- Créeme que lo sé Richard, no creas que no me culpó por esto, Mary y todas las vidas que se perdieron son importantes para mí, ¿crees que me importa una mierda sus muertes? Yo con mis propias manos mate al malnacido que ocasionó esto.

Fury dio un puñetazo a la mesa, abollándola.

- Richard, entendemos tu pérdida y lo sabes muy bien, pero, ahora no es momento para armar una cacería de brujas — Intervino Natasha en tono conciliador.

- Y, considerando que a la mayoría ya las cazamos, ahora debemos centrar nuestros esfuerzos en recuperarnos— acotó Loki, mirando de reojo a Steve.

- Richard, es momento para que azumas el puesto de director...

- Fury, no me vengas con eso otra vez, no ahora...

- Mi renuncia ya fue presentada y aceptada oficialmente, te lo dije aquella vez, hazlo por tu cachorro.
Richard cerró los ojos, sabía que Peter se negaría a regresar a Francia con tal de combatir aquel mal que le había destruido la vida y sabía que estando lejos no podía ayudarlo. No lo dejaría solo con este peso, tal y como habían hecho con él.

- Quiero absoluta autonomía en el manejo de S.H.I.L.E.D., no seré el títere ni monigote de nadie, así que, ve y díselos a esos imbéciles del gobierno.

- Lo que quieras, empiezas mañana, te enviaré toda la información que necesites.

- No es necesario— Richard sacó una tarjeta transparente que mostraba letras y números— en cuanto puse un pie aquí fue fácil conseguirlo.

- Bien señores, eso es todo.
Fury se levantó y salió rápidamente, como queriendo escapar del choque de titanes que tendría lugar en aquella sala de reuniones.

[…]

Steve no podía creer lo que sus sentidos le estaban confirmando, aquel hombre tan distinto en apariencia, pero tan idéntico en esencia era Tony, pero eso no podía ser posible, quizá ya se había vuelto loco.

- Parece que hubieran visto a un fantasma, ¿tienen alguna pregunta? —habló el hombre con tono agrio cruzándose de brazos aun de pie a la cabeza de la mesa de reuniones.

- Si—Levantó la mano Clint como si estuvieran en la escuela—a lo mejor le dicen esto seguido, pero...

- Si, me lo dicen seguido y la verdad estoy cansado de eso, y no, no tenemos ningún parentesco.

- La verdad, el parecido es asombroso —susurro Sam
Richard rodó los ojos y el corazón de Steve dio un vuelco.

- Disculpen, pero no tengo tiempo para esto, en otro momento con gusto contestare a sus preguntas.— giró para irse.

- ¡Espere!

Richard paró en seco, justo lo que quería que no pasará, pasó. Todo el rato que estuvo discutiendo evitó por todos los medios ver a Steve, pero su olor lo estaba matando, más por la culpabilidad, el cuerpo de su alfa apenas y se estaba enfriando y a él le temblaban las piernas al sentir el aroma exuberante de aquel alfa traidor.

- Quisiera hablar con usted.— Se acercó y lo tomó de la muñeca.

Richard cerro los ojos al sentir aquella vieja conexión, la electricidad erizando sus bellos, el calambre en lo más hondo de su vientre y su corazón, ese maldito corazón que, a pesar de su dolor, comenzó a latir como solo lo hacía para él. Todo su cuerpo era igual de traidor que aquel alfa.

- Cualquier cosa relacionada con mi nuevo puesto se puede hablar otro día, podrán conocerme y yo con el tiempo, podré conocerlos, de momento — se zafó de su agarre — no se tome esas confianzas conmigo.

Steve tensó los músculos, este hombre tan altanero definitivamente no era su Tony, pero, aquel olor y los benditos gestos que tenía grabado a fuego en su mente decía lo contrario.
—Insisto —Steve usó su voz de alfa intentando dominarlo, más para picarlo.

Richard giró para enfrentarlo, con una expresión de mofa y una ceja enarcada.

- Antes de usar ese tono conmigo, podría decirme ¿quién diablos es?

- Coronel Steven Rogers - dijo entre dientes.

!Lo sabía!

- Quisiera decir mucho gusto, pero no sería cierto— Sonrió irónicamente — déjeme decirle que la demostración de excesiva testosterona no funciona conmigo, así que su voz de macho alfa se la puede meter por el...

Steve lo abrazó, pegando la cabeza del omega a su pecho para callarlo, ahí fue cuando se percató que estaban completamente solos. Lo soltó y se arrodilló, para abrazarlo de la cintura, restregando su nariz contra su abdomen. Era el mismo aroma combinado con su colonia, ese aroma evocaba los recuerdos más felices de su vida y a la vez el más triste y todo gracias a él.

- Tony...Tony...Tony...—susurraba mientras mojaba su cara camisa— Por Dios, eres tú, mi vida entera, mi corazón, mi alma, eres tú, mi amor, no sabes cuanta falta me has hecho, amor perdóname, por favor perdóname...

Richard intentaba zafarse con todas sus fuerzas, no podía con esto, tenía el corazón en carne viva.

- Ya suélteme— logró hacer palanca con su rodilla y Steve calló al suelo, sus manos temblaban sobre los zapatos del Omega.

- Por favor...perdóname mi amor... Te lo suplico.

Richard, no, Tony había fantaseado por mucho tiempo con esto, pensando que disfrutaría ver a Steve arrastrado, llorando y pidiendo perdón, pero ahora que lo veía con sus propios ojos sentía que le desgarraban el alma, más la perdida de Mary, sentía que se estaba muriendo.

- Yo...Yo no sé qué estará pensando o que habrá pasado en su vida, pero, me confunde con otra persona.

Steve cerro los ojos, no estaba confundido ni equivocado, es él, su voz, sus labios, sus gestos, sus ojos, a pesar del color que llevaban ahora, su cuerpo, pero sobre todo su aroma, ningún omega en el mundo tenía el mismo aroma, todos y cada uno de ellos son únicos. Su omega es único.

- No estoy confundido, sé que eres tú Anthony, tu olor es único en el mundo.

¡Maldita sea!

Richard cerró los ojos al recordar que la fecha para la inyección de su siguiente dosis de supresores había pasado hace mucho.

Steve levantó la cabeza y lo miró, tenía una expresión de profundo dolor y recordó a la agente Parker, entonces se levantó y lo tomó de las manos.

- Yo lo siento, soy un desconsiderado, lamento profundamente tu perdida, perdóname por favor, Tony...

- TONY ESTA MUERTO — Gritó con toda el alma— tú lo mataste...Y se quedará así, Rogers, se quedará así.

Salió de la sala dejando en shock a Steve.

El rubio no lo culpaba, estaba en todo su derecho de despreciarlo, pero no se rendiría, ahora que era un hecho que Tony estaba vivo lucharía por su perdón, se arrodillaría todos los días si era necesario y si tenía que conquistar a su nueva versión, más altanera y rabiosa, lo haría, se ganaría su amor, aunque se le fuera la vida en ello.

Monumento a tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora