Monumento a tu Amor

XIII.

Todo era una locura, las explosiones venían desde distintos puntos del complejo, los agentes y superhéroes intentaban repeler el ataque.

Mientras tanto en la cafetería se había aglomerado el mayor número de atacantes, debido a que los jóvenes reclutas y varios veteranos se encontraban allí disfrutando de su almuerzo tan solo hace cinco minutos atrás.

De inmediato, Peter se puso su máscara y comenzó a pelear, aquellos hombres vestidos totalmente de negro y con pasamontañas llevaban armas automáticas y disparaban a diestra y siniestra. Se notaba en la ropa y en la forma de moverse que conocían de maniobras militares.

Spiderman y su grupo actuaron de forma conjunta, neutralizando al enemigo como si fueran un grupo de Vengadores experimentados, por su sangre corría la herencia de sus padres, por lo que lo hacían de manera magistral.

She-Hulk, Thor y La Avispa, utilizaron su fuerza y habilidad para mantener a raya a los terroristas que llevaban armas.

Mientras Hawkeye y Quicksilver se encargaban de desarmar, maniatar y dejar en ridículo a sus atacantes, esos hermanos eran de temer, a pesar de la diferencia de edades ambos congeniaban y se complementaban a la perfección.

Peter y Howard se habían unido e iban partiendo cráneos y huesos a la vez que los envolvían para regalo gracias a las telarañas. Al parecer, todo estaba bajo control, hasta que escucharon el chocar del acero contra la carne, cercenando, partiendo huesos.

Spider-Man se emocionó en un principio porque, conocía de memoria aquel sonido y sonrió.  Su Deadpool había llegado. Su sonrisa se desvaneció cuando lo vio atravesar con una de sus katanas a tres agentes al mismo tiempo.

- Eso no lo vi venir—Susurro horrorizada Quicksilver, deteniéndose detrás de Spider-Man.

- ¡No!

No lo pensó dos veces y se enfrentó a él, todo con tal de que no lastimara a nadie más.

- Para atrás—Uso su voz alfa como líder innato que es—Pool, detente.

El mencionado lo miro de lado y lentamente saco la katana de los cuerpos, se puso en posición, dispuesto a atacar a Peter, quien se tiró para atrás dando una voltereta y esquivando por poco las katanas.

- ¡Wade!, ¡Soy yo! - gritaba mientras lo esquivaba.

- GOLPEAME- rugió Deadpool mientras intentaba rebanar el cuello del arácnido.

- ¡¿Que?! - Logró coger sus brazos y lo enfrentó cara a cara.

- CABEZA... ¡GOLPEAME! - le metió un cabezazo que rompió su nariz, haciéndolo sangrar debajo de la máscara.

El arácnido calló hacia atrás, pero rápidamente dio volteretas para recuperar el equilibrio. Alguien controlaba a Wade. 

Esquivó un nuevo ataque, saltó lejos de él y calló sobre la única mesa en pie, saltó de ella y la levantó en el momento preciso que Deadpool iba a por su cabeza, lo golpeo con todas sus fuerzas en la cabeza. El ex mercenario calló aturdido como un costal de arena, lo iba a maniatar con su telaraña, pero él fue más rápido.

Wade, con sus katanas, corto sus propios pies ante las miradas horrorizadas de todos, una katana la ancló al piso de granito y como si estuviera cortando carne en una carnicería, paso sus manos por el filo desprendiéndose de ella y, no contento con eso, acercó su cuello al filo y lo corto de un lado cayendo al suelo finalmente.

- ¡WADE!

Peter se quitó la máscara y corrió hacia él, patinando con el charco de sangre. Se arrodilló y le saco la máscara, debajo de ella el alfa lloraba.

- Yo....  No... No quería.... Hacerlo.... Spidey.... Bebé...

- No hables —Peter cubrió la herida del cuello con sus manos para tratar de parar en algo la hemorragia, en un intento inútil, considerando que sangraba de las extremidades —todo va a estar bien, todo va a estar bien.

Sollozaba el arácnido.

- S-spidey.... Amárrame....

- Wade...

- ¡HAZLO!

Peter hizo lo que le pidió y lo envolvió con su telaraña, aprovechando también en envolver los muñones para detener en algo el sangrado. Wade no moriría, lo sabía, pero una cosa era saberlo y otra era sentir el horror de verlo así.

- Peter—Lo llamó Steve, apenas y percatándose que todo había terminado— debemos llevarlo a la sala de recuperación y ponerlo en custodia.

- Por favor, algo le pasó, alguien....

- Tranquilo, lo averiguaremos, no le pasará nada, pero ahora, necesitas ver a tu madre.

Peter se asustó aún más, le dio un beso a Wade en la frente y salió disparado de allí, iba de pasillo en pasillo buscando a su mamá, gritando por ella hasta que la encontró en una camilla mientras usaban un desfibrilador con ella.

- ¡MAMÁ! ¡MAMÁ! ¡MAMÁ!

- ¡Alto! —dos enfermeros tuvieron que agarrarlo para alejarlo de aquella escena.

No podía ser, esto no le podía estar pasando a él.

Peter, devastado, se deslizó al piso a llorar, mientras pensaba en su papá.