Capítulo 7

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- Y mediante esta breve explicación podemos dar inicio al tema que vamos a tratar a continuación. – Claro, pensó Federico con sarcasmo; "breve explicación".

El Profesor literalmente les había estado enseñando a escribir de nuevo. Era algo completamente tedioso, ni siquiera lo estaban escuchando

Solo con dar una mirada a los chicos lo notabas; la mitad más uno de la población total del salón está usando el teléfono celular. La otra mitad menos cinco, está en coma psicológico. ¿En qué consiste? Fácil, poner cara de que estas entendiendo lo que el señor de adelante dice, mientras que tu cerebro está echándose la mejor siesta de tu vida.

Miró a Fred que estaba sentado al lado suyo, haciendo vaya a saber Dios que. La mayoría de las veces se retraía y se iba a su propio mundo y era imposible hacerlo volver. Tenía que admitir que se moría de curiosidad por saber qué que pasaba por su cabeza en ese momentos, en que pensaría o en quien. ¿Le gustaría una chica? Jamás se lo había preguntado, y no estaba del todo segura de querer saber la respuesta. Y no tenía ni idea de donde venía su reacción, pero tampoco quería averiguarlo. Hacía mucho tiempo que eran amigos, y de una forma extraña. No hablaban mucho, bueno mientía, ella hablaba y el solo escucha. Algunas veces pensaba que utilizaba el coma psicológico con ella, pero de vez en cuando hacía preguntas para demostrarle que la estaba escuchando. O tal vez recordaba realmente todo lo que le decía. Como había dicho, es una relación un tanto extraña, Fred era un poco callado, y retraído últimamente; casi como ella. Tal vez si estaba enamorado de alguna chica, pero Lucía sabía que jamás, ni aunque lo partiera un rayo se lo contaría.

Desde aquel día que hablaron en el hogar de niños nunca más volvió a contarle nada personal. Al contrario pareciese que se hubiera cerrado como una ostra hacía ella, todo lo contrario a lo que esperaba. Tal vez era algo normal en los chicos, no tenía ni idea. Lucia no realizaba estudios de población para averiguar cómo se comportan los trogloditas en el siglo XXI.

Aunque, seria tremendamente útil; Fede era una pequeña, fría y distante caja de pandora. Nunca sabías con lo que iba a salir, ni siquiera si sería bueno o malo. Quizás ella era demasiado controladora. De hecho esa no sería la palabra, le gustaba que nada se saliera de su lugar. Odiaba que algo la tomara por sorpresa. Y Federico adoraba hacerlo. Por eso la mayoría de las veces peleaban, discutían o se recreaban en la idea de asesinarse mutuamente.

Sep, peleaban todo el día. Eran polos tremendamente opuestos. A Fede le gustaba el rock, y a Lucía amaba la música lenta, más bien clásica y tira pelos. Ella amaba bailar, y él era un tronco en su máxima expresión. Ella odiaba cantar en público, y él tenía una voz de ángel. El era fanático de la cocina, y ella del producto final de esa acción.

Además de que él se sentía con derecho de mangonear a la gente. Inclusive un gran número de peleas se originaban porque quería obligar al otro a hacer lo que ellos querían. Por ejemplo: Federico es fanático de los bolos, y la obliga a ir día por medio a ellos.

¡Los bolos! Ella odiaba los bolos. Con cada fibra de su ser.

Cierta ocasión, Lucía decidió revelarse a su tiránico poder, cosa que realizaba con regularidad; y le mencionó que no iba a ir a jugar con el porque prefería ir a la biblioteca, o a tomar un helado, ya que deseaba cambiar de aires y hacer algo distinto. Luego de un intercambio pacífico de palabras, Federico tuvo un episodio que no puede ser considerado si no como "Berrinche de chica histérica con SPM". Todo su curso se enteró, gracias a Fede, que Lucía era una completa desconsiderada egoísta. Pero obviamente, las cosas no podían terminar así. Por lo tanto, la chica le hizo un resumen de lo que pensaba de su persona. Nada bueno ni agradable por cierto. Procedente a este episodio, el dejó de dirigirle la palabra haciéndole debido honor a la opinión que ella mantenía hacía el.

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