Capítulo 8

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- ¿Qué estas haciendo? Desde que me desperté estas con la dichosa computadora. – Lucía miró por encima de la pantalla y sonrió distraída.

-Veras, con tanto jaleo que hubo ayer, se me olvido comentarte que me impusieron trabajar en el periódico de la escuela. Y tengo que escribir un artículo para las adolescentes, antes de las diez de la noche, y como veras son las doce de la mañana y no tengo idea de nada. – La miró indignada

- ¿Te impusieron? Lucy, te recuerdo que tienes que trabajar todas las mañanas, tienes la escuela y para colmo vas los sábados y domingos en la tarde a la casa hogar. No puedes imponerte tanto trabajo. ¿Realmente te gusta esto?

- Claro, mamá. Si no me apasionara esto me hubiese negado en rotundo a hacerlo. Pero estoy en blanco, me tendrían que haber dado un mayor margen de tiempo para pensarlo todo. Y no estoy muy segura de que escribir. ¿No tienes una idea? – Peso por un momento.

- No se me ocurre nada ocurrente, lo siento cariño quisiera ayudarte. Pero sabes que no soy muy buena para eso de las charlas y de hablar sobre algún tema en especial. Suerte cariño, tienes talento. Se que algo se te va a ocurrir. – Se levantó de la silla y agarró la cartera.

- Está bien, no importa. Ya veo que escribo ¿Adonde vas? – Le preguntó mientras veía como agarraba las llaves del auto.

- Ah, iba a decirte que me acompañaras al mercado. Pero veo que estás ocupada, así que voy yo sola. No te preocupes. Dentro de un rato vengo.

– Okey. Está bien. Adiós

Se concentró de nuevo en la computadora, no tenía ni la mas mínima idea de que escribir. Por lo menos sabía lo que no quería escribir; moda, artistas, y demás. En parte porque no sabía absolutamente nada sobre el tema, y por otra parte porque no le importaba en absoluto.

Se levantó a por un vaso de agua, y luego volvió. Tenía que apurarse le faltaban cuatro horas para ir a la casa hogar. De ella volvía a las nueve de la noche. Entregaba el artículo a las 10. Sus horarios no cuadraban. Y faltar a la casa hogar en espera de que el bloqueo creativo se retirara no era una opción; ya había llamado esta mañana para decirles que no podía ir, y las demás chicas con muchísimo esfuerzo lograron ajustarse. No podía llamar y comentarles de nuevo que faltaría, la mayoría de las otras cuidadoras estaba; o enferma; o bien en unas muy merecidas vacaciones. Y eran demasiados niños como para atenderlos unas pocas personas.

Resignada y consiente de que no lograría nada si seguía encerrada, tomó sus auriculares y salió a dar un breve paseo mientras escuchaba música. Muchas veces esto la ayudaba demasiado, ya sea para des estresarse, o para matar el aburrimiento. Y ahora, también servía para eliminar un bloqueo.

¿Qué se suponía que las adolescentes tenían que oír?

¿Sobre cómo conquistar al chico de sus sueños? Leían constantemente sobre ello. ¿Cómo tener un cuerpo de infarto? Eran bombardeadas a diario con ese tipo de informaciones. Pensaba firmemente que necesitaban un respiro de tanta superficialidad. Desintoxicarse de lo banal.

Explicarles cómo funcionaban las cosas. ¿Y cómo funcionaban las cosas?

La sociedad actual tenía muchas ideas mal fundadas, o dañinas. O ideas sobre algo que era bueno, pero al llevarlas al extremo resultaban peligrosas.

¿Está bien que cuides de tu cuerpo? ¡Absolutamente! De hecho; es tu obligación, se te concedió algo que muchas personas que murieron antes de nacer, anhelarían. Y además, como si fuera poco vas a vivir en el toda tu vida.

¿Es incorrecto que te fijes en algún chico y que intentes acercarte a él? ¡Pasa desde hace miles de años! Pero lo incorrecto es que abandones tus valores, o tu carácter por un poco de su amor. El amor no se mendiga; se cuida, se valora, se lo hace crecer a diario. Pero no se ruega por el, en ese caso no es amor, es mera lástima o vanidad.

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora