Emir

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No se como ni cuando pero en un segundo estaba sentado una silla más atras que .. que.. bueno que... ustedes saben.

Ya les he hablado de ella ¿verdad? Alta, no era flaca, pero tampoco gorda, ni una gota de maquillaje, pelo suelto color café oscuro, unos ojos muy pegados y con púpilas color chocolate, unas pestañas que a pesar de no ser muy largas eran preciosas, las uñas de sus manos no estaban pintadas y eran sumamente cortitas, y en su rostro se dibujaba una sonrisa de infarto, si amigos, una sonrisa preciosa, preciosisima.

-Perdón, vine para grabar- dije nervioso y sacando mi movil

Ella solo me miro y asintió.

-Hablale, dile algo, ya la tienes ahí cerquita pendejo
-¿Que le voy a decir? Acaba de ignorarme olimpícamente
Dile hola, no se Emir. Se más inteligente
-Vine a grabar, no a verla
Si claro
-Deja de molestar o no te comparto datos

Por alguna razón que desconocía tenia activada la cámara delantera en lugar de la posterior. Me ví a mi mismo como un tonto, ella me ignoró y no grabe nada.

Ya daban casi las seis treinta de la tarde faltaba poquisimo para salir.

Agradecí que este lloviznando porque así podía salir del salon como un rayo evitando toda mirada con con..con..bueno con ella.
Cuando iba a disponerme para correr sentí un pinchazo en la espalda y una voz no muy familiar me dijo permiso.

Era muy raro porque no reconocí esa dulce voz.
-Hey permiso- Repitió ella, con una sonrisa.

No pude reaccionar de otra manera si no quitandome de la puerta y dejando el paso libre para que ella pase muy de prisa con Ián, que por algun motivo empezaba a caerme tan mal.

No lo entendia, quedé como un tonto otra vez. Ví como se alejaba con el, y sentí un pinchazo mucho más fuerte que el que ella me había dado hace un momento.

Pero le reste importancia y me dije para mi mismo: ¿que te pasa Emir? Esa mujer llegó hace poco y ya estás celoso, no puede ser ni siquiera sabes como se llama. Estas loco.

Llegue a mi casa un poco mojado, me cambié y me recoste un rato mirando hacia el techo mientras pensaba en la sensación que el toque de ..de.. bueno de.. de.. de ella, ustedes ya la conocen amigos.

Es algo muy extraño mis compañeras eran guapas tambien, los cabellos largos abundaban en el salon, las cinturas tambien, las pestañas largas y maquilladas todo eso era algo que estaba acostumbrado a ver, quizá por ese motivo era por el que esta mujer me llamaba la atención: No tenía nada eso, era distinta, si distinta, desde lo fisico hasta lo interno, aunque no la conocía algo en mi me lo advertía.

Era una chica muy sencilla, pero intuía que me iba a causar muchos inconvenientes.

Los días pasaban, cada día llegaba más hermosa.

Fue con un vestido azul acampanado, una blusa de un solo vuelo con grandes flores, usó un body color militar, un buso naranja.

Pasó quince días asistiendo con ropa de calle, todo lo quedaba bien, yo seguia idiotizado con ella. Luego me di cuenta que su voz no era tan dulce, era ronca pero era perfecta hasta en eso, no fingía tener voz delicada como lo hacían mis amigas.

Ella era real, era muy sencilla, no aparentaba nada, muy tranquila, diferente, preciosa, no le gustaba llamar la atención.

Brillaba, era una joya en medio de tantas baratijas. No quiero ofender a mis  compañeras pero es así, ellas eran escandalosas, les gustaba ser el centro de atención, pretendían conquistar al mundo con sus faldas cortas y uñas postizas pintadas de rojo.

Eterna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora