Lia

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-Su cita está agendada para dentro de dos dias a las 11 de la mañana- Me dijo la señorita al otro lado de la línea.

-Gracias, muy amable- contesté con la voz un poco frágil.

Hace varios meses venia sintiendome mal de vez en cuando, solía dolerme la barriga de una manera desesperada, aveces perdía el apetito, me mareaba, incluso en un par de ocasiones me desamayé a causa del dolor de cabeza.
Estas situaciones se daban eventualmente por lo que yo siempre le restaba importancia, haciendole creer a mis padres que eran dramas mios pero en esta ocasión fue inevitable que mi madre me obligue a sacar una cita, pues frente a ella perdí la calma por unos dolores fuertes por la parte donde estan ubicados los riñones.

Mi hija por otro lado estaba muy bien, ver su sonrisa era lo que me levantaba en cualquier situación sea de salud u otra. Itzel era una niña muy inteligente, me sorprendía la madurez con la que se comportaba a su edad, era fabulosa, la hija perfecta.

Despues de sacar la cita fui con ella para abrazarla y besarla.

Cerré los ojos porque no queria sentir nada que no fueran sus brazos. Sus pequeñas manitos daban un aliento de vida impresionante.

Llegó el dia de la cita, me sentía nerviosa, mi cita con el doctor daba casi al medio día por lo que obviamente no alcanzaría ir al colegio pero no le avisé a nadie, no quería que nadie vaya a comentar nada así que falte en silencio.

-¿Señorita Lia Ulusoy?

-Buenos días, soy yo

- Pase, el Doctor Levent le espera.

Me levante y me dirijí a el consultorio, un cuarto amplio y con varias decoraciones muy extrañas, diplomas y trofeos, como si se tratara de un médico deportista.

-Hola, sientate, voy a tomarte algunos datos, mientras Lara toma tus signos vitales ¿de acuerdo?- Dijo el doctor muy amablemente y sonriendo.

Me sosprendí al tener frente a mi un hombre que no pasaba de veintidos años, era muy joven y apuesto. Su traje de médico color esmeralda le quedaba perfectamente bien, puedo jurar que convinaba con el color miel de sus ojos.

-¿Lia Ulusoy no?

-Si señorita

Sonreí al reconocer la voz de esa mujer, era la misma que dos dias antes me había atendido para reservarme la cita.

-Bien, la dejo en buenas manos.

Sonreí y no pude evitar que las mejillas se me tornen rojas ante la repentina declaración de la mujer.

-Cuentame ¿porque estas aquí?- Dijo al fin el guapo doctor.

-He tenido dolores en mi cuerpo, me mareo a menudo, sudo frío y..

-¿Dolores donde exactamente?- me interrumpió

-Aquí- dije señalando las partes especifícas de mi barriga que me dolían.

Le dí detalles de todo, me reviso y finalmente me envió examenes y radiografías puesto que aparentemente no era nada.

-Te espero en quince días con los resultados Lia, espero que estes mejor con estos medicamentos que te voy a enviar.

-Muchas gracias doctor- Dije mientras me paraba lista para irme.

-Levent, dime Levent. Tenemos la misma edad casi Lia- Dijo con una sonrisa coqueta y estirando su mano para despedirse.

-Eh si claro.. Levent

-Lo ves, no es difícil. Te espero.

Sali de la clinica muy feliz, no se si porque al parecer estaba sana, o porque el doctor me habia dejado tutearlo.

Daban mas de las 12 del medio día y como lo predije, me fue imposible llegar al colegio.

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