Y aqui estoy, con este atuendo que me hace ver de lo más graciosa, debo estar loca. Pensé para mi misma.
Parecía que todo iría, que equivocada estaba.
Fueron dias agradables, Luna era una chica increíble al igual que Camila, a pesar que seguía siendo amiga de Malena y sus amigas, ya no saliamos juntas. De ellas tres, al final terminé teniendo cierta complicidad con Dayra, era genial.
Ián seguía formando parte de mi lista de amigos, a pesar de que se volvió un poco molestoso, últimamente se me acercaba mucho a la boca, y me tocaba las manos con plena confianza, algo que me molestaba muchisimo.
-¿quieres tomar algo? Murmuró Ián, mientras me acomodaba el pelo detrás de las orejas
-No Ián, y deja de hacer eso, no me gusta- lo espeté con cara de pocos amigos. Todos nos quedan viendo, seguro piensan que tenemos algo y eso me molesta
-No tiene nada de malo Lia
-¿¡Qúe!? Estas loco, dejame tranquila vete a jugar con los chicos
Ese tipo de comportamientos hizo que me alejara completamente de el, no soportaba el hecho que me toque las manos o la cara.
Los días seguian pasando y añadí a mi lista de amigos a Josue y Alison , eran amigos con derechos, lo supe por Dayra, eran muy divertidos y simpaticos, no tardé mucho en llevarme muy bien con ellos.
Con todos ya mantenia una buena relación y eso me ponía felíz.La tarde caía y avisaba al alumnado que pronto tendríamos que retirarnos a nuestras casas, mojandonos por la lluvia que otra vez caía.
Por ese mismo motivo nos enviaron veinte minutos antes más o menos. Me dirigí a grandes pasos hacía la puerta pero al estar abarrotada de chicos me senté en las banquitas de la entrada a esperar que salga un grupo para no estropearme, mis pensamientos fueron interrumpidos por alguien.
-Hola ¿ya te vas? Que raro que estes sola, Ián debería estar aqui- dijo sonriente Emir
-Claro que no, somos amigos- contesté con un tono igual de divertido al mismo tiempo que le daba un golpecito en el brazo, eran mi especialidad.
-Puedo acompañarte hoy si quieres.
Era una buena oferta puesto que Emir era muy guapo, mucho más que Ián
-Si, y dejo que los chicos piensen que ahora estoy contigo
-Son todos falsos Lia, todos hablaran de ti, y de mi asi no hagamos nada. Cuidate de esos hipócritas- me dijo con mucha seguridad, mientras se secaba la carita toda linda y preciosa que tenía
-No me digas, ni parece, todos se ven bien amables
-Lo dices porque tienes ¿que? ¿tres semanas aquí? No Lia, son una manada de falsos, se lo que te digo
Yo lo observaba con asombro, era muy determinante en lo que decia, tanto que me asustó un poco.
La puera estaba algo desocupada asi que lo invite a salir, agradecí que se haya olvidado del tema anterior pues acepto sin decir nada más
-Te invito unas papas, dale di que si
-No tengo tiempo Emir, debo ir a casa rápido
-¿por tu hija?
Lo miré sonriente ¿ya lo sabía?. Núnca escondía a mi hermosa hija, no me avergonzaba de ser mamá, era lo primero que le decía a la gente cuando la conocía.
-Si, por ella. Ián te lo dijo ¿verdad?
El asintió nada más.
-Pero dime que si, vamos aún quedan unos quince minutos para las seis cuarenta. Imaginate que estamos en clases, comemos y nos vamos, di que si Lia.
Lo miré y sopese sus palabras antes de responder. Desde cuando el chico guapo y tranquilo del curso estaba interesado en invitarme una papa a mi, la nueva del curso.
-Esta bien, solo por esta vez
El resto del tiempo paso de una manera genial, Emir resultó ser muy interesante incluso más que Ián que solo hablaba de sus conquistas y se hacía el galan, era un buen amigo pero para nada mi tipo.
Ya habíamos acabado de comer, el se adelantó y pagó la cuenta, yo en cambió salí a la calle de una vez, tenía que irme pronto si no quería llegar tarde a casa. El me alcanzó y me dijo:
-Lo ves, no tardamos nada, son las seis con cuarenta y dos- dijo mientras sonreía muy emocionado.
- Si, gracias, pero ahora debo irme, gracias de verdad
-Te voy acompañar a la parada
-Dale, camina de una vez.
En casa como siempre me esperaba el amor de mi vida, mi hermosa hija.
Ella era la razón de mi existencia, aveces queria hasta quitarme la vida y parecia que me enloqueceria pero con solo escuchar su voz agarraba fuerza de quien sabe donde y me levantaba dispuesta a luchar.
De eso se trata la vida, de luchar y ganar. No puedes quedarte por siempre en el pasado pensando que hubiera pasado si actuabas de forma distinta, no, lamentablemente la vida es impredecible, nadie elije su destino, claro que hay la posibilidad de cambiarlo pero no fue mi caso. Y aún así estaba de pie, luchando por aquello que mas quería.
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Eterna.
Short StoryVa más allá de cualquier cosa, si la vida me pedía, mi vida misma se la daba. Con solo ver sus ojos, decidí entregarle mi vida. Si, era la nueva del salón, pero ¡joder! La estaba esperando. Fue la primera mujer ajena a mi madre, que tras sonreir pro...