Ya todo acabó, la manera en que me enamoré de esa extrañá mujer, las veces que la defendí de su enemiga.
Ella murió y ahí quedó todo, fue muy duro lograr tenerla, pero lo hice. Pase años maravillosos a su lado.Un dia me ví envejeciendo a su lado, con más hijos, una casa más grande con el jardín que ella siempre soñó.
Pero asi es esto. La muerte no avisa, se llevo a una chica con ganas de vivir, que dificil es asimilarlo.
No me quedan remordimientos, la quise tanto que siento que no le debo nada. Jamás la herí, siempre fui aquel adolescente enamorado, la traté bien, traté bien a su hija. Sin duda alguna esas dos mujeres eran mi razón de vivir. Me traían loco, eran dos versiones iguales.
Suelo caminar por la playa y puedo verla, la veo correr hacía a mi, y lanzarme al piso como solía hacerlo.
Hablo con ella al atardecer, le hablo de mi día y de lo buena hija que es Itzel.Recuerdo cuando le pedí que se case conmigo, ni siquiera lo pensó. O el primer día de clases de nuestra hija, todas dos emocionadas y yo feliz de compartir ese día con ellas.
Las veces que madrugaba hacerme el desayuno para que yo fuera a trabajar, la veía con su pijama, lucía tierna.
O cuando preparaba pasteles y ensuciaba toda la cocina, solo por verme reir al saborear sus magistrales postres.
El olor de su pelo, no tenía una fragancia artificial, simplemente era su pelo, solo eso.
La manera en que lloraba cuando algo no le salía bien, cuando se frustraba y se arrodillaba como una niña pequeña. Cuando sin maquillaje y en sandalias salia de compras. Cuando vestía a mi hija igual que ella. Cuando planchaba mis camisas y se enojaba porque las traía sucias de vez en cuando.
¡Joder! Si que es duro vivir así, solo recordando el pasado. Pero asi es la vida..
Me rehuso a poner en práctica lo que ella me enseñó:
"Hay que aprender a soltar Emir, debes dejar ir algunas cosas a veces"Pero no la voy a soltar, ella en mi será Eterna.
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Eterna.
Historia CortaVa más allá de cualquier cosa, si la vida me pedía, mi vida misma se la daba. Con solo ver sus ojos, decidí entregarle mi vida. Si, era la nueva del salón, pero ¡joder! La estaba esperando. Fue la primera mujer ajena a mi madre, que tras sonreir pro...