Emir

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-Debes levantarte Emir, escuchame- dijo Daniel, casi gritando, o más bien gritando, si fueron gritos.-Levantate de una vez-

-Largate de aquí, no me levantaré, no haré nada

-Se ve que no te importa lo que tengo que decirte

-No me importa dejame en ...

-No se va a casar- me interrumpió mi amigo.

-¿cómo?

-Nada, me iré, al parecer no piensas oirme- respondió el, dandose la vuelta

¿Oí bien? No se va a casar, si es que eso era verdad, mi amigo me estaba devolviendo la vida.

-Dilo

-No se casará, no lo hará, lo dejó Emir, Camila me contó que rompierón su compromiso ayer.

No le di oportunidad a seguir hablando, de inmediato me levanté, me bañé, me peiné, me perfumé y salí hacía su casa, estaba dispuesto a lograr que ella esté conmigo, ella no queria al doctor Karaesky, ella mismo lo había dicho.
Estaba muy seguro de que ella me quería a mi, cuando me veía sus ojos se iluminaban mucho, aunque inconsientemente ella se arreglaba para mi, cuando veía que yo me acercaba se acomodaba el pelo, volvía a mirarse al espejo y sujetaba mejor sus aretes, siempre quería lucir bien, pero sus ojos siempre me revelaron la impresión que mi llana precensia le causaba.

Y ese día no fue la diferencia, cuando llegue a su casa, salió junto con su hija, en short y en una blusa corta.
Sonreí al verla, asi es ella, simple, muy sencilla, sin nada que llame la atención a más de su actitud y su sonrisa.

Itzel iba con pijama, al parecer recién se levantaban, su madre me invitó a pasar y a desayunar a lo que acepté sin dudar.

El desayuno no fue mada incomodo, Lia me observaba como si quisiera oirme decir algo.

-¿Cúal es el motivo de tu visita hijo?- preguntó su madre, gesto que agradecí pues el ambiente empezaba a tensarse.

-Vine a ver a Lia, oí que rompió su compromiso

-¿Oiste o Daniel te fue con la noticia? Se sincero por una vez Emir- espetó Lia, poniendo en blanco los ojos

-¿Cúando te volviste tan rebelde y respondona?- volví a preguntar.

Ver en sus labios nacer una gran sonrisa, fue gratificante, eso significaba que ya no estaba molesta.

Se lanzó a mis brazos, eso me recordó el día en que Hande y Ana la encerrarón en el baño, casi igual fue su gesto con Steven, hecho por el cual decifré que estaba vulnerable.

Es la mujer que quiero para toda la vida, la quiero para mi sin importar su pasado, me da igual Levent o su pasado. Solo me interesa ella, da lo mismo lo que antes tuvo que enfrentar. Hay cosas que el tiempo puede cambiar, pero ¡joder! como me encantaría pasar mis dias a su lado.

-Lucharé por esto Lia, aprendí, y crecí, este año me sirvió para darme cuenta que no soy un niño al que sus padres podrán complacer con esto tambien. Si te quiero voy a ganarte.

-Dame tiempo, te creo Emir, pero dame tiempo.

Estabamos viviendo una gran etapa en nuestras vidas. No les voy a negar que me sentí aliviado, pero al mismo tiempo solía preguntarme si Lia extrañaba a Levent, despues de todo fueron buenos tiempos, tiempos que que mi chica era feliz.

Aveces nos cuesta admitir lo que es evidente, que dificil es hacerse la idea de que no podemos regresar el tiempo y cambiar ciertas cosas.
Me dolió en el alma cada abrazo, cada beso, cada mirada con cariño que esa mujer le dió a ese hombre. Pero ya fué, ya estaban separados y tomando toda la fuerza que había en mi, decidí olvidarme de eso, y seguir adelante, adelante con mi chica.

Despues de esos dias fue como si empezaramos desde cero, cada detalle, cada risa sincera volvió a nuestras vidas, en ocasiones olvidaba que era mayor y que era madre.

Ver a Lia sonreir se convirtió en unos de los mayores placeres de mi vida, no me cabía la menor duda de que cualquier cosa que nos suceda la superariamos.

Aunque aveces dolía que en sus redes públique: Te quiero mejor amigo.
Si, dolía, pero estaba bien por mi, en mi mente permanecia aquella promesa de "te creo pero dame tiempo".

Eterna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora