Empezamos nuestra historia en un hotel en una de las costas de Costa Rica. Una chica de unos aparente 20 años nada tranquilamente en una piscina, está desnuda.
Un joven de 17 se acerca a la piscina. Él es un joven muy trabajador y entregado, a estado trabajando en ese hotel desde hace dos años, pero desde hace una semana cuando una muy curiosa y misteriosa joven llegó al hotel donde laboraba, su trabajo se ha vuelto un poco extraño, más de lo normal, el hotel, el cual no era muy visitado, desde que ella llegó se había llenado mucho más de lo habitual, además de que esta chica es toda una extrañeza y él era del poco personal que le quería hablar y atender, por lo cual su jefe lo había enviado a decirle a la chica que se pusiera ropa y saliera de la piscina.
Cuando llegó al borde de la piscina se puso de cuclillas y con una sonrisa en su rostro le dijo a la chica:
—Hola de nuevo -la chica al oírlo se acercó también a la orilla, y sonriendo le contesto:
—Hola Cris. ¿Todo va bien?
—Si, aunque... ¿Me podrías hacer un favor?
—Claro, dime. - él la volvió a ver de arriba para abajo, no era la primera vez que tenían esa conversación, de hecho sucedía casi toda las mañanas. —Oh claro. Lo siento, sabes que aveces no me doy cuenta, yo solo llego y me pongo a nadar y simplemente mi ropa se me cae, enserio lo siento.
—Si, lo sé, tranquila, simplemente necesito que te vistas, muchos huéspedes se sienten incómodos. - la chica nadó hasta el fondo de la piscina tomó el traje de baño que en algún momento se había desprendido de su delicado y esbelto cuerpo, se lo puso aún en el agua y salió a la superficie con una esplendorosa sonrisa.
—Bueno Cris, nos vemos en la noche, necesito descansar un poco.
***
Al caer la noche Talía sale de su habitación, después de haber "descansado" toda la tarde.
Va vestida con un lindo vestido rojo con estampados de flores que le llegaba hasta la rodilla, y unos tacones de aguja del mismo color, nada extravagante pero con un cuerpo tan esculpido cualquier cosa se vería impresionante en ella. Llega al restaurante bar. En este hay unos cuantos hombres, no estaban la otra noche, por lo cual supone que no se alojan en el hotel. Se sienta en la barra, siente que tres hombres la miran con mucho detenimiento, los mira de reojo, son grandes pero no ve que vengan armados o al menos eso aparentan, los hombres no dicen nada, saben que ella los podría escuchar.—Otro de los de siempre, por favor. -desde que había llegado ahí todas las noches pedía un cóctel misterio, quién lo tomara completo y no se emborrachara le salía gratis todo lo que había consumido en ese día, a los del hotel en esa parte les estaba saliendo caro que Talía se hospedara, ya que solo les pagaba por utilizar las instalaciones, y no, Talía no era pobre, simplemente intentaba buscar la mejor oferta cada vez que podía, solía viajar mucho y aunque tenía un ingreso fijo no le gustaba mal gastar su dinero.
Ella tomó su bebida de un tirón, esta estaba servida en un extravagante frasco alargado, volvió a ver al mesero con una sonrisa pícara e hizo un "cuatro" con sus piernas y se marchó de ahí. Muchos hombres la vitorearon mientras ella caminaba tranquilamente hasta su habitación, cuando de pronto dos hombres aparecieron frente a ella, se dio la vuelta y vio a los tres hombres del bar, sabe lo que son y lo que quieren, son cazadores y la quieren muerta, y así como le encanta, la adrenalina de la situación provoca que sus garras aparezcan, al igual que sus ojos empiezan a brillar en un tono amarillo fosforescente, pero es en ese momento que se da cuenta; se siente débil, la envenenaron, el día de hoy su bebida contenía algo diferente que hasta ese momento no se había percatado de ello, tenía algo que le estaba provocando que estuviera débil. Los hombres no perdieron el tiempo, no les importó nada y fueron contra ella, Talía lucho con todas las fuerzas que le quedaban pero sabía que ella sola no lo iba a poder lograr, cuando de pronto escuchó un grito aterrador, pero en ese momento también perdió el conocimiento y casi se desploma al suelo de no ser por unos brazos que lograron atraparla, era un grupo de cuatro personas que empezaron a luchar contra los cinco cazadores, ganaron y se llevaron a Talía a su habitación la cual estaba a cuatro cuartos de la de ella.
***
—Collin te digo que no va a despertar, la envenenaron con wolfsbane y quién sabe con cuánto más.
—Lety no seas tan pesimista.
—Yo digo que la matemos, así le quitamos el sufrimiento.
—No. Esperaremos a que despierte.
—Collin, no la conocemos, no confío en ella, algo en ella me resulta extraño.
En ese momento Talía se despierta y se levanta de un solo tirón, tiene la adrenalina hasta el tope, saca sus garras y las clava en sus brazos y pega un grito ahogado.
—¿Pero que hace? -grita Lety.
—Activa su curación -le responde Collin al instante —La activa con el dolor.
Cuando Talía se calma al haber terminado de sanar mira a las cuatro personas al su alrededor, los reconoce, nunca los había visto en la vida real pero sabe quiénes son.
—¿Sabes quienes somos? -le pregunta Collin, ella lo vuelve a ver con picardía.
—Pues claro, eres el famoso Collin Jones, un alfa verdadero, tú -señalando a Letty —Eres una Banshee, y tú -señalando a un chico de cabello castaño —Eres Tezer Turner, el humano que fue poseído por un espíritu oscuro, son algo así como tu manada. ¿Por favor, acaso creen que soy tonta? Ustedes son los más tontos del mundo, todos los conocen
—Ah, pero no me conoces a mi -dijo una chica rubia falsa desde el baño.
—Ah cierto, tú... Eres la hija de Cardinal, Melania la novia de Collin.
Todos quedaron un tanto impactados y confundidos, sabían que eran conocidos en muchos lugares pero ella parecía conocerlos peligrosamente demasiado.
—No me miren así, no soy ninguna loca acosadora. - Talía se sentó en la cama y lentamente se fue acercando a Collin, sus rostros estaban peligrosamente cerca.
—Pero tenía muchas ansias de conocerte, me llamo Talía, tú y yo tenemos mucho en común.
—Yo no les veo nada en común. -refutó Melania perdiendo un poco la paciencia.
—Es que eres una coyotita que solo se basa en lo que ve con sus ojos, no ves más allá.
—¿Y que deberíamos ver? -preguntó Lety perdiendo la paciencia. Talía cambio el color de sus ojos.
—Si si, ya habíamos visto tus ojos de lobo. -dijo Lety ya cansada. Cuando de un momento a otro sus ojos pasaron de un amarillo fosforescente a un rojo intenso brillante, y luego volvieron a cambiar.
—¿Estás segura de eso?
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Azar de Lobos [EDITANDO]
Fantasy¿Crees en el destino? ¿Tú lo eliges o alguien lo decidió hace años? ¿Realmente eres tú quien toma las decisiones de tu vida? Todas estas preguntas se las hacía una joven que ante una decisión que pondría en juego toda su vida y la de sus seres queri...