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Algunas semanas después

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Algunas semanas después

--Aleluya -gritó Talía cayendo en su cama con estruendo.

--No exageres, realmente no fue tan complicado. -le dijo Nayan entrando en la habitación.

--Para ti no es complicado. A mí me sobreexplotan. -refutó ella quitándose los zapatos.

--Jerez quiere afinar tu habilidad al máximo. -dijo él haciendo lo mismo.

--No es mi culpa que sea una habilidad inútil.

--Sabes que no es inútil. -atajó él mirándole la cara.

--Te digo un secreto -se acercó a él --Yo no creo que eso sea mi habilidad.

--¿De qué hablas? -Talía jugaba con sus manos en tono nervioso.

--Nayan... -ella lo miró a los ojos, pero al instante, volvió la vista a otra parte.

--Dime. -no podía decir que estaba cansado de tanto misterio, pero en verdad era que sacarle lo que pensaba a Talia era una tarea difícil.

--No creo que los cambios físicos sean un don Lycan. –en la cabeza de Talia había cansancio, tenía varios días sin poder dormir como un oso panda. Todos los días tenia sueños muy extraños, como si películas llenas de hechos que ella no vivió pasaran por su mente sin dejarla descansar con tranquilidad

La miró sin creer en sus palabras, que dijera algo como eso era una locura ¿Cómo cambiar su cuerpo a su voluntad con tan solo imaginarlo no es un don Lycan? Llevaban varias semanas investigando cada detalle acerca de habilidades excepcionales que Talía pudiera experimentar, y hasta ahora los cambios físicos era lo único que había.

--No se siente especial. Además, siento que....

--Es simplemente otro rasgo Lycan. –terminó él con un poco de molestia. Intentaba no parecer muy frustrado con la situación, estaba muy consciente de que Talía estaba mucho más frustrado que él, era obvio, a ella era la que la investigaban cada día sin parar para averiguar como proseguir.

--Exactamente. –escuchar que Nayan le comprendía sin reclamarle o decirle que era mentira le quitaba un gran peso de los hombros. Él la escuchaba, sin importar lo que tuviera que decir, y se lo agradecería por siempre.

--Como la barrera mágica. -Talia volvió a asentir. Nayan se golpeó la cabeza con el respaldar de la cama.

Se habían dado cuenta que Talia era casi inmune a cualquier hechizo en su contra que fuera de invocación o embrujos, alrededor de ella había una barrera que los repelía y enviaba lejos. Se habían enterado de ello cuando Viveka intentó paralizarla con un embrujo de estática, en vez de caer en Talia fue disparado a Jerez, quien no pudo moverse por al menos dos horas.

--Lo siento... –era su culpa, ella sentía que a pesar de que se esforzara al máximo y la exprimieran hasta caer inconsciente, cosa que sucedía de vez en cuando, no lograba alcanzar las metas que habían sido impuestas para ella, no lograba ser lo que todos esperaban, y eso solo significaba que ella seguiría arrancándole más tiempo a su novio en esa vida tan dolorosa.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora