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Después de las declaraciones del Lycan intruso en Santo Tomas Nayan, los hermanos Wood, y Talía habían empezado a llamar a todos sus compañeros, cualquiera de ellos habia podido ser atacado

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Después de las declaraciones del Lycan intruso en Santo Tomas Nayan, los hermanos Wood, y Talía habían empezado a llamar a todos sus compañeros, cualquiera de ellos habia podido ser atacado.

—¡Jane! Tengo noticias. -gritó Hilary del otro lado de la linea.

—¿Estás bien? Creemos que pudiste haber sido atacada ayer por unos Lycans. -dijo Talia ignorando a su amiga.

—¿Lycans? ¿Eso era la bestia de ayer? Ayer un animal de ojos grandes y naranjas nos atacó.

—¿Nos? -dijo Jacob metiendose en la conversación que tenian en altavoz.

—Estaba con aquel chico... -del otro lado de la línea Hilary parecía estar incómoda con la pregunta —Andrew. Nos llamaron a ambos a una reunión, de esas aburridas a las que mis abuelos me obligan a ir.

—¿Ambos están bien? -dijo Talia cortando esa incómoda explicación. No quería saber en estos momentos nada acerca de los cazadores.

—Sí, sí. Sólo unos rasguños, pero nada grave, la bestia se escapó cuando notó que podíamos contra él.

—O notó que Talía no estaba con ellos. -corrigió Jacob.

—¿A qué hora se encontraron con el Lycan? -interrumpió Nayan antes de que sus amigos se pusieran a discutir por nimiedades.

—Cómo a la media noche. -contestó Hilary.

—Una hora antes de mí. Un Lycan me atacó mientras caminaba cerca de la casa de Talia. Sentí que algo me cayó encima haciéndome rodar con él, hice lo que pude pero gasté más magia de la que podía. Apenas y pude lastimarlo yo solo.

—Hiciste lo que pudiste. Esas cosas son monstruos muy poderosos. -dijo Jane, y Talia sintió una punzada en su pecho.

—Al menos no me morí. -escupió Nayan aun sintiendose inútil.

—Al parecer todos logramos sobrevivir amigo; y no fuiste el unico que salió herido. Tú simplemente fuiste el unico que se encontraba solo en el momento menos indicado.

***

Andrew había llegado demasiado tarde a la casa Argent y Keitlyn se había quedado despierta esperándolo. Cuando abrió la puerta principal de la casa sintió una mirada acechándolo en las sombras, aún estaba muy alterado por el suceso anterior con la bestia de ojos naranjas por lo que en un segundo corrió hacia el ser que lo acechaba y lo derribó con un solo movimiento.

—¿Pero qué te pasa, idiota? -Keitlyn se quejaba desde el suelo.

Andrew la soltó y le ayudó a levantarse. Cuando ambos estuvieron de pie Andrew le dio un gran abrazo de panda y puso su cabeza en el hombro de ella. Ella después de unos segundos también rodeó a Andrew con sus brazos y dejó que sus cabezas se tocaran sin entender qué le sucedia.

—¿Te sientes bien, A? -Andrew volvió en sí y la soltó.

—Sí, todo bien. Solo que debo contarte algo importante, es algo sobre...Talia.

Keitlyn se arrecostó junto a él en el sillón y está vez fue ella quien puso su cabeza en el hombro de él.

—No te preocupes por eso -dijo ella pasando su mano por detrás de la espalda de Andrew; al hacerlo sintió como debajo de la chaqueta su camisa estaba hecha girones y su piel se sentia aspera y mayugada. —Podemos hablarlo después. Ahora podríamos ir a mi habitación y descansar.

Andrew se dejó llevar por Keitlyn y cuando se dio cuenta ya estaban en su cuarto, recostados en la cama. Su cuerpo le dolia pero sentia un gran alivio cada vez que ella lo tocaba y le hacia caricias en...

—Creo que mejor yo... no estoy de animos para esto. -dijo Andrew separandose e irguiendo el cuerpo.

Keitlyn abrió una gaveta de su mesita de noche y sacó una pequeña caja metálica.

—Al menos dejame curarte esas heridas, no vaya a ser que se infecten por tu terquedad. -Andrew sonrió entre la penumbra y se volvió a sentar en la cama.

Keitlyn encendió su lámpara de noche y ahí su corazón se quebró de la misma forma que el de su mejor amiga hace algunas horas.

—Yo.... -empezó a excusarse él al notar su impresión. Ella le puso un dedo en la boca para callarlo y le beso el cuello.

—No digas nada y acércate más, necesito revisarte a consciencia.

Andrew se quitó la camisa y aunque no había ninguna herida muy profunda sí se podían notar varios cortes, rasguños y moratones por todo su cuerpo, en especial su espalda.

***

Sabes que alguien te importa cuando hablas de esa persona y no logras encontrar un defecto.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora