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--Nooo -Talia estaba gritando, sus pulmones se lo decían, se estaba quedando sin aire

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--Nooo -Talia estaba gritando, sus pulmones se lo decían, se estaba quedando sin aire.

Miró a su alrededor, estaba en el bosque, llena de tierra, lodo y quién sabe cuántas cosas más en todo su cuerpo. Estaba sin una sola prenda de ropa en todo su figura. Tocó su cabello, tosco, enmarañado, y super largo, pero no era negro completamente, en las puntas aún estaba con mechones rojos, pero no rojo fuego como el día anterior, o el rojo del cabello de Nayan, era una tonalidad de rojo de una persona pelirroja normal, casi naranja.

Intentó ubicarse dentro del bosque, mas no lo logró, empezó a caminar por ahí con la cabeza revuelta, era como ver un zombie caminar sin sentido.

Después de un rato encontró una bolsa de color rosa, había ropa; una camisa de manga larga y unos shorts a rayas.
Talia iba a empezar a colocarse la camisa cuando escuchó una rama quebrarse cerca de ella. Cada fibra de su ser, lleno de energía y adrenalina al tope, se puso alerta.

Una figura apareció de entre los árboles, Talia no se relajó ni un segundo hasta que éste también la miró, el rostro de él estaba preocupado, pero se apaciguó en el momento en que notó que ella estaba bien. El de ella no cambió en ningún momento, incluso tenía la intención de atacarlo si se acercaba más.

--Bienvenida de vuelta -le dijo él. Ella abrió los ojos, puso una mano sobre un tronco, el contacto era tosco y áspero.

--No quiero estar sola. -dijo de pronto Talia, antes de desvanecerse.

Antes de que Talia cayera al suelo unos brazos fuertes y ágiles la tomaron y aprisionaron con ternura y delicadeza.

--No te preocupes. Nunca estarás sola, siempre estaremos contigo.

***


--¿Cómo sucedió esto? -preguntaba Cherokee al aire, estaba con la cara roja y caminaba en círculos.

--Al parecer el Samael que nos trajo era un cambia forma.

--Fue una buena idea que nos trajeran a todos. O ya estarían perdidos. -Cherokee puso su mirada en el joven de cabello rizado.

--Debí suponerlo, lo esperaba la verdad. Ustedes eran mi plan de contingencia.

--¿Esperabas que algo tan grave como esto sucediera? -Hilary lo miraba incrédula.

--Si. Y casi lo confirmé cuando nos detuvieron en el camino, Samael con facilidad pudo haberlo evadido. -se puso las manos en la sien.

--Tienes razón querido compañero. Lamento todo lo que sucedió, fue un error mío. -un verdadero Samael se limpiaba el sudor de la frente con la mano.

--Al menos llegamos a tiempo. -agregó Jhonny con las manos en los bolsillos.

--Miren, ahí viene Nayan. -desde el suelo un chico de mirada siempre divertida, señaló un cuerpo que se veía a lo lejos.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora