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Fue una mañana fría y aunque ninguno sentía el clima del exterior, no salieron de la cama hasta casi el medio día, cuando alguien tocó la puerta

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Fue una mañana fría y aunque ninguno sentía el clima del exterior, no salieron de la cama hasta casi el medio día, cuando alguien tocó la puerta. Talia abrió los ojos y se encontró sola en la cama, pero solo bastó unos segundos, cuando su mirada, dando vueltas por la habitación, se encontró con un pelirrojo que la miraba sonriente con una bandeja de plata en las manos, solo traía puesto unos jeans colocados a la carrera.

--Buenas tardes. ¿Que te parece algo de comer? -le dijo él colocando la bandeja en una mesa.

--Me parece excelente -contestó ella estirando su cuerpo; se iba a levantar de la cama, pero una camiseta le cayó justo en la cabeza, se la puso encima antes de dirigirse con su novio.

--¿Que se supone es esto? -preguntó ella al ver el contenido de la bandeja. Unos frijoles extraños con un gran pedazo de carne con una salsa viscosa y morada.

--Para serte sincero, no tengo idea. La mujer me dijo que Cherokee lo envió. -Talia lo miró, sintió una punzada leve en su estómago, miró a Nayan de pies a cabeza, él notó su mirada fija en él y la miró extraño --¿Qué sucede?

--Nada. Comamos. -sacudió su cabeza eliminando pensamientos extraños de ella.

--Claro. -contestó él tomando un cubierto con ánimo, y hambre.

--Espero que estén listos, nos vamos en quince minutos. -la puerta se abrió de golpe, y Cherokee entró gritando. Ambos pegaron un brinco y casi dejan caer la bandeja de comida.

Cherokee los miró a ambos, luego miró la cama y volvió a ellos. Una mueca de disgusto quiso escapar de su rostro, pero con mucho esfuerzo logró retenerla mantenimiento su expresión seria.

--¿Linda noche, no? -Talia y Nayan lo miraban sin parpadear.

Cherokee tomó el pómulo de la puerta, el contacto con este era frío y suave.

--Los espero en el lobby en treinta minutos. No me hagan esperar. -salió de la misma forma en la que había entrado.

Ambos se quedaron sin hambre, así que empezaron a alistarse para salir.

***

--Me gusta el nuevo corte. -dijo Cherokee cuando la pareja llegó a su encuentro. Le dio una cálido abrazo a Talía.

--Creí que sería más sencillo de esta forma, solamente debo cortarlo así todos los días. -dijo Talía meneando su cabello. Se lo había cortado recto hasta la barbilla.

--Me parece bien. Incluso podrías probar diferentes cortes. -comentó Cherokee con una mirada alegre. Ese corte la hacía ver mucho más joven y adolescente.

--Quizá. -dijo ella no muy convencida. No se sentía conforme con el hecho de tener que cortarlo todos los días solo porque cada día le crecía al menos cinco centímetros de cabello.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora