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Cuando Talía despertó el cielo tenía tonalidades naranjas, y el sol estaba a punto de desaparecer

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Cuando Talía despertó el cielo tenía tonalidades naranjas, y el sol estaba a punto de desaparecer.
Para su sorpresa, el auto ni ella se encontraban en el mismo lugar donde los había dejado, y Jacob la miraba desde el asiento del conductor.

—Tal ¿Por qué no me dijiste que tú también estabas herida? -le preguntó el chico mirandola de reojo.

—Te juro que no me dolia. Lo digo enserio, apenas y sentía una pequeña incomodidad. -dijo Talia.

—¿Esto será parte de las cualidades Lycans?

Gran error mencionar esa palabra. Jacob pudo ver como la mirada de su amiga cambiaba. Parecia como si hubiera visto un fantasma.

—Talia. Talia. Tranquila. Yo solo... -ella sujetaba sus muslos con fuerza y tenia los ojos cerrados para no llorar.

Recordar a los Lycans la hacia pensar en lo que Ingrid le habia dicho. Ella estaba en peligro cada vez que alguna característica Lycan se presentara en ella, pues sus capacidades eran deseadas por cualquier comerciante del mercado negro. Además, según lo que Jacob habia dicho, más Lycans estaban cerca y ellos la querian muerta.

—Debe ser eso... Jacob, no tengo otra opción... Si sigo aquí por mucho tiempo solo provocaré problemas. Y los pondré en peligro a todos. En verdad me convertí en otra cosa y cada vez que mi cuerpo cambie todo será peor.

Jacob estaba frustrado, él había sido el primero en oponerse a eso. Jacob tomó la mano de Talía y la miró, sus ojos no eran humanos, brillaban como el océano, siendo ambos de colores distintos. Por alguna razón su cuerpo reaccionó y él sintió como algo en él también se encendió. Jacob también vio en ella una inocencia y un miedo reales. Ella estaba tan asustada como Jacob nunca habia visto a nadie.

—Talia. Lo digo por mí y estoy seguro de que Nayan, Hilary y esa amiga tuya de Chest Wood también estarán de acuerdo. No te dejaremos sola, iremos contigo sea donde sea. Eres nuestro centro ¿no? No puedes abandonarnos y pensar que no te seguiremos como perritos fieles.

A Talia se le escapó una pequeña sonrisa. Y se sorprendió cuando Jacob la abrazó. Ese era el segundo abrazo que ella recibia de él en todo el tiempo que se conocian pero su contacto se sintió tan cálido y natural que deseó que ese momento nunca acabara.

—Jacob ¿En dónde estamos? -dijo Talia después de separarse de su amigo y ver que desde hacia rato se habian estacionado frente a una casa extremadamente lujosa.

—Estamos en uno de los barrios más millonarios del país. Vinimos a recoger a Jane, pues ella está con su "novio".

El chico que salia con Jane no era del agrado de su hermano y él aun no lo reconocia como tal. Según Jacob él se estaba aprovechando de la posición social que tenia la familia Wood para ganarse algún puesto entre las reconocidas familias de los Lobos Rojos, una especie de organización sobrenatural que habia sido fundada por ciertas familias de hombres lobos, siendo los Wood una de ellas.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora