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El problema de los animales no era un caso aislado en el colegio. Más lugares en la ciudad habían sido infestado por ellos, parecía que ciudad se había convertido en zoológico silvestre y las personas estaban asustadas; todos los días se reportaban casos de ciervos, coyotes o aves invadiendo casas y atacando a las personas.

***

—Levántate. No me decepciones, hija.

Talía iba a clases con la Tía Ingrid todas las tardes. El colegio había cerrado sus puertas casi por completo y solo enviaban algunas tareas con la frase: "Todo lo revisaremos cuando podamos volver a clases normales" –lo cual muchos creían no sucedería en algún tiempo.

—Creo que se me rompió una costilla. —Talia estaba tumbada en el suelo sin moverse. Muerta del dolor.

—Levantate, a ti se te curará en unas horas -Tia Ingrid creía que los entrenamientos no habían servido lo suficiente; seguía presionandola cada vez más, cada golpe iba con más fuerza que el anterior, los ataques eran más precisos, más dañinos y más letales. La mujer deseaba crear un arma que se pudiera cuidar ante cualquier amenaza, había encontrado en Talia una chispa que no había visto en muchos años y pretendía explotarla hasta que fuera perfecta.

—Algún día me vas a matar.

—Quizás, pero no será hoy. Incluso podría no ser yo

Una espada se acercó al rostro de Talía y ella la tomó con su mano por el filo dejando brotar la sangre por toda la hoja. La mujer hizo fuerza para recuperar el control del arma pero la chica la lanzó al techo hasta quedar incrustada.

—Listo, la lección terminó. -comandó Talía fijando sus ojos en los de Tía Ingrid.

—Limpia tu desastre.

—Lo haré, solo déjame descansar.

***

En esos mismos momentos en otra parte de Chest Wood.

—¿Me vas a decir que esto es solo una coincidencia? -acusó un hombre de cabello largo y enmarañado mientras se rascaba la barbilla

—Marcus, no existe un informe preciso que demuestre que los ataques animales tengan una razón sobrenatural.

—Ralf, debes estar bromeando. -Marcus tiró al suelo todos los papeles que estaban apilados en el escritorio. —¡Acaso estás ciego!

—Te lo decimos de verdad, hay que detener esto antes de que inicie. Nosotros confiamos en ti pero no podemos ignorar la situación que tenemos frente a nosotros. Eres el único que vive en esta zona pero nuestros oficiales nos piden a gritos que hagamos algo en Chest Wood; ellos tienen miedo y no podemos hacer la vista gorda solo porque tienes vendados los ojos.

En la habitación cerrada se encontraban 5 personas. Todos eran cazadores entrenados desde pequeños; eran considerados las mejores armas humanas contra sobrenaturales.

—No es tan fácil. En Chest Wood vivimos en paz con los sobrenaturales, no es tan fácil romper una alianza que tiene décadas. Además, hay rumores que la facción de los lobos rojos que se encuentra aquí está teniendo conflictos internos. Si se desata una guerra no tendremos refuerzos de su parte.

—¿Desde cuando dependemos de esos salvajes?

—Desde que los sobrenaturales son más que nosotros. Nuestros hijos son muchos menos que en pasado y aunque ahora son más fuertes y tengan armas mejores ellos también han evolucionado y su descendencia cada vez es mayor.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora