--Dime algo ¿Quién eres tú? -preguntó Talia luego de estar más de dos días encerrada en aquel calabozo con barras eléctricas.
Los Lycans se habían cansando de ella y la había lanzado ahí luego de casi dejar a un chico albino sin aire. Esteban utilizó su don para congelarla y llevarla hasta aquella celda helada.
--Soy Maurizio. Estoy en este lugar desde que tengo 4 años. Se supone que sería la heredera de la reina. -dijo el individuo al otro lado de la celda.
Talia lo miraba y no podía saber con certeza si se trataba de un hombre o una mujer. Tenía el cabello y las cejas rapadas, vestía unos andrajos que no te dejaban apreciar bien su cuerpo, además de la posición extraña en la que estaba.
--Pero... -una presencia familiar a la de Esteban salía de Maurizio.
--No soy una Lycan, ni tengo sangre de tal. Solo soy una rata de laboratorio. Soy un Lycan falso. -explicó con tono neutral. Se dio la vuelta y Talia notó que sus ojos eran verdes y tenían un brillo casi hipnótico.
--¿Por qué te tienen a aquí? -algo en Maurizio le intrigaba.
--Era su experimento, pero ahora que te tienen a ti ya no me necesitan. Se desarán de mí en cualquier momento. Ya no les sirvo.
--¿Eso no te aterra? -hablaba como si no le importara perder su vida, cosa que la misma Talia no deseaba permitir. Ella quería seguir viviendo, volver con su familia y durar en la tierra muchos años.
--Claro que no. Desde que me trajeron aquí y supe para que me querían no me interesó mi vida.
Maurizio se acercó a Talia gateando.
--Te cuento algo que de seguro ignoras -sus ojos reflejaban locura, una obsesión que parecía una llama encendida --Los Lycans secuestran embarazadas.
--Per.... -Maurizio puso un dedo en la boca de Talia y la calló.
--Roban mujeres embarazadas que tendrán niñas. Ponen a las madres en celdas como estas y experimentan con ellas; llevándolas a su límite con la intención de que los fetos soporten esas condiciones y nazcan fuertes. Si logran sobrevivir asesinan a la madre y llevan a las niñas a un orfanato controlado por ellos. Ahí las dejan hasta que cumplen 4 o 5 años, se llevan a las niñas más resistentes; aquellas que tienen todas las condiciones para soportar el poder de su Diosa. Experimentan con todo tipo de magia, hechizos y medicinas, buscando crear un envase perfecto, la mujer perfecta capaz de sobrevivir a su llegada.
Talia escuchaba atentamente las palabras de aquella chica. Ahora estaba segura. Mientras la miraba de frente, reconociendo sus facciones un poco aplastadas y crudas, Talia podía asegurar que Maurizio era una mujer.
--¡Yo era la única! Todas las demás de mi generación y cualquier otra que estuviera en edad de recibirla este año; fecha en la que según una vieja vidente dijo que Kluvazy vendría, están muertas. He sobrevivido a cada tortura, cada detalle y modificación en mi cuerpo para ser el único organismo viviente en todo el planeta capaz de resistirla a Ella y todo lo que trae consigo.
Ahora Talia sintió un temor helado proveniente de Maurizio, ella la miraba con una sonrisa torcida capaz de asustar a cualquiera. Sus ojos verdes, desorbitados no parecían parpadear ni inmutarse con nada. Solo la miraban fijamente.
--Yo solo tuve un sueño, una convicción para realizar todo esto y recibir a Kluvazy en mí. El día que la recibiera y fuera con ella al paraíso acabaría todo mi sufrimiento, regodiandome en el dolor de todas las personas que me hicieron padecer a mí. Daría mi vida por una noble causa. Ya lo tenía decidido, seguiría los pasos de la anterior elegida hace siglos. Pero ella decidió hacerlo de un modo callado y sin estilo. Yo no soy así, yo quiero llevarmelos conmigo. Ella se lanzó de un acantilado, murió en la arena de algún país asiático, yo no. ¡Yo me iba a prender fuego segundos antes de ir al astro de la noche! Arderia en llamas en el salón del Plenilunio junto a los otros Lycans mientras sus almas se elevan; todos los cuerpos morirían. Estando en su estado de bestia sería imposible que sobrevivieran. Era mi sueño, mi razón de existir. Ahora estás tú y yo soy solo una basurita en la cual gastaron mucho dinero y tiempo, no creo que les importe mucho ahora que te tienen a ti.
Era demasiado que procesar, Talia había quedado en shock con tanta información.
Maurizio tenía planeado asesinar a todos los Lycans mientras dejaban sus cuerpos en la tierra. Esa había sido su convicción de vivir y ser el mejor recipiente, y ahora con su mera existencia esa razón se había apagado.
--No me mires así. No soy un monstruo. Quizá si una psicótica que había planeado un asesinato masivo, pero solo para personas que se lo merecen. Ahora solo soy un intento de Angel que busca una nueva razón de ser.
Maurizio se sentó con las piernas cruzadas, apoyándose en la pared y creando los ojos.
--Anda, pregunta lo que quieras. En estos momentos soy para lo único que te sirvo, soy como un libro con patas para ti.
--Yo no...
--Ten confianza. Por lo que me dicen tus ojos puedo asumir que no tienes la intención de asesinar a media población solo por complacer un capricho de unos seres Celestiales.
--¿De que...?
--¿No lo sabes? Pensé que por eso no querías ayudarlos.
--Yo no... -Talia se quedó callada. Se lo pensó dos veces antes de volver a abrir la boca. Ella sabía todas las debilidades de las personas que la habían traído aquí, incluso con algo de suerte, podría saber en dónde estarían sus amigos. Debía aceptar la oportunidad que aquella chica con nombre de chico le ofrecía.
--Por favor. Enséñame todo lo que sabes.
Maurizio sonrió pelando los dientes.
--Mucho gusto estrellita.
***
Bueno, no tengo palabras para expresar el sentimiento de alegría que me llena el corazón saber que logramos dar un primer gran paso.
¿Así se empieza, no?
Dando pasos firmes sin retroceder nunca.Gracias a todos y todas por leerme.
Pd: Espero actualizar lo han posible.
Aún no puedo dar una fecha exacta pero sepan que no me olvidaré de todo esto.
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Azar de Lobos [EDITANDO]
Fantasía¿Crees en el destino? ¿Tú lo eliges o alguien lo decidió hace años? ¿Realmente eres tú quien toma las decisiones de tu vida? Todas estas preguntas se las hacía una joven que ante una decisión que pondría en juego toda su vida y la de sus seres queri...