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Al día siguiente las cosas se pusieron más complicadas de lo usual

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Al día siguiente las cosas se pusieron más complicadas de lo usual.

El desayuno fue toda una tragedia cuando Fabián cayó sobre Andrew por culpa de un rodillo de cocina prófugo.

A parte de ellos dos y Keitlyn, nadie más presenció la incidencia, pero cuando todos se sentaron a comer en una mesa gigante, al aire libre, las cosas se pusieron serias.

--¿Qué te hiciste cuando bajamos? Jhonny no te encontró en tu habitación. -preguntó Jane sin disimulo.

--Bajé a la cocina. -respondió Andrew. Con sequedad en sus palabras.

--¿Y ahí te hicistes esos raspones en la cara? -Jane lo miraba, examinandolo minuciosamente.

--Si... Me caí por las escaleras. -él mantenía una expresión seria que intentaba no expresar su miedo por ser descubierto.

--Oh -no le creyó ni un poco y decidió seguir atacando --¿Tú también te caíste por las escaleras, Fabián? -Jane puso los brazos sobre la mesa, mirando al rubio de ojos negros que tenía enfrente. --¿O ayer traías contigo un cuchillo que no es de tu pertenencia?

El acusado sonrió de lado. Lo habían atrapado.

--Que ojos más preciosos tienes. Me recuerdan a alguien que conocí. -Jane se levantó y tomó el cuchillo de la mesa, pero sus manos ya no eran humanas. Miró de nuevo a Fabián, este ya no tenía una cara tan petulante como la que había mostrado con anterioridad, estaba serio. Keitlyn, que estaba a su lado, apretaba su mano con fuerza.

Jane salió de la habitación con rabia. Los demás sólo miraron como salía por la puerta, golpeándola con vigor en el proceso.

Los amigos se miraban intentando no terminar lo que Jane había iniciado, ella no había sido la única a la que le había molestado el comentario y la actitud de Fabián.

--Devuelve el cuchillo. -Dijo Nayan extendiendo su brazo hacia Fabián, éste apretó los labios.

--Hazlo. -dijo Keitlyn, a pesar de que ella misma no entendía porqué su juguete había robado un cuchillo y que tenía este de especial.

Fabián se sacó una diminuta navaja del bolsillo.

--Esa no es, compañero. -opinó Andrew mirando la navaja, ya había notado la falta de su arma.

Fabián cerró los ojos molesto, no le gustaba perder, y esto había sido un fracaso rotundo. Ahora los tendrían en la mira todo el tiempo. Sacó de un bolsillo de su camisa, un objeto parecido a un lápiz.

--Eso no es un cuchillo. -comentó Talia, mas nadie la escuchó, ya que en esos mismos momentos Hilary le gritó a Andrew.

--¿Y tú por qué traías eso? No deberías tenerlo. -Andrew se rascaba la nuca pensando cómo responder a aquella pregunta, porque sí, Hilary tenía razón, él no debería de andar cargando el Sable de Sangre de Jacob.

Azar de Lobos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora