El diario de Hollie, capítulo cuatro

1.3K 36 4
                                    

Capítulo 4:


El timbre de recreo sonó, al recreo normalmente salgo con Finn. Bueno, siempre salgo con él y luego algunas personas se nos unen, pero Elli nunca ya que sabe que a Finn no le agrada mucho. 

- ¿Vamos lechuga? - le dije a Finn acercándome, siempre le agregaba apodos y él hacía lo mismo conmigo, era divertido. 

Normalmente me habría respondido con un apodo también, con un: Claro zanahoria, Por supuesto agente, espera voy al baño esponja, apúrate monga y cosas así por el estilo, pero a cambio de eso dijo:

- Debo estudiar Hollie, lo siento. 
- Hey, ¿estudiar, tú? Vamos, ¿no tienes otra excusa?
- No.
- Entonces dime la verdad
- No quiero herirte
- No lo hagas.
- Si digo la verdad lo haré
- Es mejor una verdad fuerte a mil mentiras suaves - le dije.
- Bien, solo no quiero verte, ni estar cerca de ti por ahora. 
- Ahora prefiero las mil mentiras suaves
- Te dije que no te gustaría, déjame Hollie, no quiero estar contigo ahora.

Y salió por la puerta dejándome parada tratando de analizar el por qué de su comportamiento.

- Ok, te veo luego. - susurré al aire ya que sabía que era obvio que él no me escuchaba.

Suspiré resignada sentándome en mi lugar, Elli ya se había ido con Ale así que no tenía con quien salir, tenía muchos amigos pero con ninguna me sentía cómoda como con él, digo ellos. Si, ellos... 

- Hey, Hol, ¿por qué tan triste? - preguntó Joe acercándose a mí
- Nada, no estoy triste - respondí simulando una sonrisa
- Ven, ¿vamos al recreo ? - lo miré dubitativa - Vamos, debe de ser mejor salir conmigo que estar aquí sentada aburrida, no?
- Tienes razón. Vamos.

Si Finn podía ignorarme y vivir sin mí, entonces yo también podía no? Salí con Joe al recreo.

La pasé mucho mejor de lo que pensé, conversamos de todo tan fluidamente que hasta yo me sorprendí, se nota que había cambiado a como yo lo recordaba : un chico con mente de niño de dos años que hasta primero de secundaria usaba lonchera la cual la ponía rodeando su cuello usándola como tambor, ahora era un casi hombre por así decirlo, sus pensamientos eran de una persona más madura ahora su mente se enfocaba en algo totalmente diferente, podía hablar con él exponiendo mis ideas y opiniones sin temer a que me malinterpretara o lo usara como de broma o simplemente se aburriera. Pero no, él me entendía y opinaba al respecto, era genial

- ¿Qué hay de Bécquer? - preguntó
- Este poema lo amo - respondí abriendo mi cuaderno, Finn pasó y me miró enojado

Se acercó bruscamente y me arranchó el cuaderno de entre mis manos y rompió la hoja, lo quedé mirando sorprendida por su comportamiento. 

- Eres una zorra Hollie. 

Y solo pude pensar: ¿qué demonios?

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora