- ¡Lo amo! - grité a los cuatro vientos con una sonrisa expandiéndose por mi rostro
- Ya Hollie, cállate y ayúdame con tu equipaje que los tipos que contratamos se encargan de las cosas pesadas - decía Christian con muchas maletas en las manos y más en el carro de Cara
- Lo amo, lo amo, lo amo, lo amo, lo amo - repetía una y otra vez sacando unas cuantas maletas del carro - ¡Lo amo! - grité nuevam
- Te están mirando como loca Hollie, cierra la boca
- No sabes como extrañaba Chiclayo, Chris, lo amo, sencillamente lo amo, no puedo creer que hayamos estado tanto tiempo lejos de aquí, ¡esto es espléndido! - decía con una emoción única - Nunca había estado tan feliz de regresar
- Dejas muchas cosas allá Hollie
- Pero las recuperaré aquí Chris, aquí será mucho mejor, lo puedo sentir - sonreí
Demoramos aproximadamente una semana en poner nuestra nueva casa en orden, nuestros problemas económicos habían desaparecido ya que al vender nuestra casa de Nueva York nos dieron dinero para pagar lo que faltaba y nos quedó mucho más para sacar a flote un restaurante que tía Cara había abierto aquí en Chiclayo, más los ahorros de mi hermano y yo de la herencia de nuestros padres de la cual no teníamos ni idea que existía todo iba perfecto. Como siempre debió serlo.
Caminaba por el centro comercial Real Plaza con una sonrisa que era imposible de borrar, realmente extrañaba mi ciudad natal, era como volver a nacer. Como si la vida me hubiera dado una nueva oportunidad para vivir. El tan solo pensar que fue hace unos meses cuando no quería regresar nunca por nada del universo me ponía la piel de gallina, regresar fue la mejor idea que Christian pudo haber tenido nunca.
Las calles, la comida, el ambiente, las personas, definitivamente todo era mejor aquí, la vida me sonreía una vez más.
Volví a creer luego de mucho tiempo de no hacerlo, creí que Dios me había abandonado y ahora estaba aquí, parada en un colegio nuevo haciendo nuevos amigos y llenando de risa las clases disfrutando de las bromas de mis compañeras, Él había escuchado mis plegarias, Él me dio la oportunidad por la que tanto rogaba y lloraba todas las noches.
- Hollie - escuché detrás mío