El diario de Hollie, capítulo veintinueve y treinta

1.1K 34 12
                                    

Capítulo 29

Tal vez todos siempre tuvieron la razón y yo me negué a aceptarla, o tal vez en una parte muy dentro de mí lo sabía pero aún así nunca quise aceptar la verdad de esto: en este mundo no eres nadie si no eres rubia de ojos verdes, no es que tenga nada en contra de ellas, es decir mi ex mejor amiga era así, creo que lo único que en realidad siento (o sentía) por ellas era envidia, es decir son espectacularmente hermosas aún así sean gordas o estén mal de la cabeza, eso no importaba lo único que importaba es que eran rubias y sus ojos eran de un color distinto al marrón oscuro como los míos. Dime acomplejada, dime que soy una idiota, dime lo que quieras, pero lo hecho está hecho, y nadie lo puede cambiar - no al menos hasta que el tinte se vaya de mi cabello; pero si este es el único modo en el que alguien me podrá tomar en cuenta en serio, así seré: artificialmente rubia. 

Hollie Felling McKenzie.

Caminé con uno de mis típicos vestidos y una chompa liviana hacia mi casillero sin poder evitar admirar las miradas que - oh ironía - me admiraban, los cuchicheos no faltaban "¿Quién es esa rubia? Está hermosa..." "Creo que es Hollie" "¿Hollie? Espera, ¿Hollie Felling? ¿A caso no es la ex de Finn?" "No sé como Finn pudo dejarla solo mirala". Cuando llegué a mi casillero saqué unos cuantos cuadernos de ahí y guardé unos cuantos otros.

- Beth, hoy te ves mejor que nunca

- Gracias - respondí dandome la vuelta para ver a Finn - pero no soy Beth, soy Hollie.

Él me miró extrañado por unos cuantos segundos que se me hicieron una eternidad, cerré mi casillero y lo miré, esta última semana que me ausenté en el colegio había cambiado tanto mi forma de ser como mi físico. No sé exactamente como fue que hice pero bajé de peso no era flaca pero era delgada mucho más que antes, igual a Beth; mi cabello ahora era rubio y yo me había fortalecido tanto, era un roble, sólido. Bien, Finn Robinsson, veamos que dices ahora ¿No que solo te gustan las rubias? Bien, mírame. 

- ¿Qué... qué demonios te has hecho Hollie? 

- Solo unos cuantos cambios, nada importante

- Estás... rubia

- Sí bueno, ese era el punto. 

- ¿Fue por lo que te he dicho?

- Vamos, no todo en este mundo es acerca de ti

- Genial, porque si fuera así me encantaría decirte que lo has hecho en vano, pensé que no te importaba la opinión de los demás. Discúlpame, debo ir a ver a mi novia.

Genial, los chicos me deseaban y las chicas me envidiaban y hasta en dos minutos me hice más popular que Beth, y aún así nunca podía conseguir lo que yo más quería: a Finn

Capítulo 30

Bien, un día se pierde otro se gana. ¿Por qué demonios yo siempre tengo que perder?

Caminé por los pasillos sin poder pasar por desapercibidas todas esas miradas lascivas que me enviaban los chicos, era incómodo y excitante a la vez, jamás en mi vida había recibido tanta atención por parte de nadie en este mundo. Sentí una sonrisa avergonzada expandiéndose lentamente hasta impregnarse como una sonrisa triunfante en mi rostro.

- Ho... ¿Hollie? - preguntó una voz masculina acercándose a mí por detrás, volteé sonriente y lo quedé mirando, ¿estaba más musculoso, o era mi imaginación?

- Joe, qué sorpresa verte por aquí - respondí 

- Yo... siempre estoy por aquí

- ¿Estás bien? No paras de tartamudear

- No, no, sí, noquiero decir no, sí estoy bien

- Bien, eso está más claro – dije sarcástica

- Estás hermosa - dijo de pronto haciendo casi omiso a lo que había dicho yo anteriormente

- Oh, gracias. Supongo que las rubias pegan más en época de verano

- Tú pegas en todas las épocas

- Gracias. Bueno, debo ir a clases

- No, espera. Hollie, yo quiero disculparme por todo lo que te hice pasar y todo lo que te dije, jamás en la vida quise lastimarte, quiero decir yo...

- Joe, eso a está olvidado, quiero decir, he madurado mi mentalidad ya no es la de una niña

- Tu entera ya no eres una niña... 

- No me beses - dije alejándome de él 

- ¿Hollie? - preguntó Beth acercándose a nosotros, boquiabierta

- ¡Sí, soy Hollie! ¿A caso necesito ponerme un letrero? 

- O sea es verdad lo que todos dijeron estás rubia, y eres... popular - dijo la rubia que estaba en frente mío

- ¿Qué? - pregunté - ¿Celosa?

- ¿Celosa? Estoy alegre - sonrió - Quiero decir, ¡Eres yo! 

Y fue en ese preciso momento que me sentí como una tonta completa, arruiné mi cabello, dejé de comer, compré ropa nueva, todo por Finn para que, al fin y al cabo, no le importara nada. Todo el esfuerzo que hice para volver a gustarle fue en vano. Supongo que lo peor de todo eso es que me dejé derrotar por Beth, ella consiguió lo que quería. 

¿Cómo pude ser tan tonta? 

A cabo de darle al diablo lo que más añoraba tener. 

A mí.

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora