El diario de Hollie, capítulo cincuenta y seis

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- Señorita Feeling, es un honor tenerla en clases.

Tanto el maestro como mis compañeros de aula me miraban, la campana había sonado hacia más de treinta minutos por lo que la voz llena de sarcasmo del profesor no me sorprendió mucho. Bajé la mirada esperando una reprimenda de su parte 

- ¿Se quedará ahí parada por siempre? - preguntó, negué con la cabeza - Entonces adelante, busque una ubicación

Miré a todo el salón, ¿desde cuando habían más personas? ¿nuevos alumnos? Inspeccioné un poco mejor la situación, el único sitio que había era junto a la ventana en la fila final de la parte derecha del salón, totalmente apartada del resto, ¿yo misma me había ubicado ahí? 

- Señorita Feeling, no tenemos todo el tiempo del mundo por favor

- No recuerdo mi ubicación - susurré un poco incómoda por lo que acababa de decir

- ¿Me está usted tomando el pelo? 

- ¡Pero si es calvo! - exclamó algún gracioso de algún lugar del aula

- ¡Josh Manworld a detención!

Un chico que no había visto jamás salió con una sonrisa triunfante, al parecer disfrutaba la posición en la que estaba. ¿Es esto una broma, alguna clase de flashmoob? No puede ser posible que haya sucedido, quiero decir, han pasado unos cuantos meses y sí los cambios eran aceptables pero ¿por qué era yo la única que no sabía que ocurría? ¿Realmente he sido tan despistada que no he notado todo esto?

- Hollie por favor toma asiento no me hagas perder más tiempo

- Profe le prometo que no recuerdo mi ubicación

Suspiró

- Última fila de la derecha junta a la ventana, no se ha movido de ahí desde hace mucho, no me venga con tonterías. La mandaría a detención por sus payasadas pero solo arruinaría más su promedio, si es eso posible - añadió volviendo a escribir en la pizarra

- Bien - susurré para mí - Cool.

Me encaminé a mi lugar y me senté, iba a escribir en mi diario pero una voz en mi mente me detuvo ¿Cuánto me había consumido mi diario y Finn?

Sentí la mirada de Rodrigo, Sylvester y Eloisa atravesándome mas no tuve el valor suficiente como para mirarlos.

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora