El diario de Hollie, capítulo sesenta y cuatro

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Querido diario:

No sé que hacer, no sé no sé nada. Es feo volver a sentir el deseo de querer desaparecer de una vez por todas de este mundo, es feo sentir nuevamente que no encajo. Es terrible sentir que una vez más, él no me quiere. 

Y sí te prometo que realmente he tratado con todas mis fuerzas de olvidarlo, pero por otra parte mi mente me dice que vuelva a hablarle, a entablar esa amistad que se dio por perdida una vez, pero lo veo, lo veo con ella, con esa... Beth, y siento que me desmorono de a poco, el solo hecho de pensar que yo pude tenerlo y quererlo me mata, se lo di en bandeja de plata como si no me importara cuando (¿a quién rayos quiero mentirle?) él es lo más importante que alguna vez podría haber tenido. 

Me siento sola otra vez.

Me siento derrotada.

- Hollie Feeling Mckenzie - 

Tiré mi diario al piso con una tristeza inundándome, abracé mis rodillas y sentí como un par de lágrimas rebeldes bajaban por una camino que parecía marcado en mi rostro, ¿por qué me costaba tanto superarlo? Si bien lo veía todos los días jamás hablábamos. 

- Qué quieres - contesté sin muchas ganas el celular

- Buenas tardes para ti también - detecté el sarcasmo que provenía del otro lado

- Sí bueno, ¿qué quieres? - repetí

- Hay una fiesta hoy, Sylvester me dijo que quizás querías venir conmigo, y estoy de acuerdo con él, te noto apagada

- No soy foco como para estar prendiéndome y apagándome - respondí

- Hollie... No estás bien

- ¿Qué quieres decir?

- Que estás mal - atisbé el tono burlón que su voz adquiría 

- Rodrigo no tengo todo el día. 

- Es la fiesta de Jill, ¿podrías hacerme compañía? Estoy seguro que Sylvester no irá y ya es malo no tener a mi mejor amigo como para que no vaya la chica que me gusta

- Pues deberías llamarla en vez de perder tiempo conmigo

- Eso hago, me está despreciando...

- Entonces déjala, si vuelve es tuya si no, nunca lo fue - mascullé

- Uno no deja ir a lo que ama de verdad - confesó 

Me congelé instantáneamente

- ¿Qué quieres? - demandé esta vez con odio en mi voz que solo camuflaba un dolor punzante que estaba seguro nunca se borraría de mí

- Invitarte a una fiesta, pero te estás poniendo muy difícil ¿lo sabes no?

- No tengo ánimos Rodrigo, realmente, me estás hostigando

- Solo acompáñame, no es como que me aprovecharé de ti Holl - rió

- ¿Y si digo que no? - ataqué

- Tendrás que soportarme hasta que aceptes

- Pues si digo que sí tendré que soportarte toda la noche - refuté

- Cierto. Prometo ser bueno - sonrió 

- Gracias, pero mi respuesta es un no.

Escuché un suspiro del otro lado, cuando volvió a hablar su voz graciosa y pacífica se había esfumado por completo

- Hay rumores de que todos los de la promoción del St. James irán 

¿Todos los del último grado de secundaria irían?

Secundaria... Finn...

- Pasa por mí a las ocho - dije colgándole

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora