El diario de Hollie, capítulo treinta y tres

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- ¡¿Ah sí?! - gritó él después de un largo tiempo mientras me seguía, prácticamente corrió hacia mí, jaló mi brazo y me hizo dar la vuelta completamente - ¿Crees que puedes venir hablarme de esa manera y aún así irte dejándome en ridículo? Pues lamento arruinarte la fiesta Holls, tú nunca serías capaz de dañarme 

- ¿Entonces por qué me has seguido? - refuté

- Solo para dejarte algo en claro: no puedes hacer siempre lo que se te dé la gana sin recibir un reproche a cambio

- Yo siempre hago lo que quiero 

- Eres una falsa. - dijo a duras penas con rabia en sus ojos, era un ser con tanta rabia comprimida que apenas podía hablar - Espero que sea el rubio que te queda tan mal porque ese comportamiento no es de mi mejor amiga

- ¿Mejor amiga? Ah, sí claro, como no. 

- No sé ni si quiera por qué te hablo 

- Oh, claro, eso es obvio - seguí con el sarcasmo

- Me estás sacando de quicio con tu sarcasmo, si vas a decir algo dilo de frente deja de ocultarte detrás del sarcasmo

- No es nada, solo olvidé que tú solo me hablas cuando necesitas algo - susurré con cierta nostalgia que traté con mucho esmero de ocultar

Dejé de mirarlo. 

Él me conocía lo suficiente como para saber cuando fingía o cuando mentía o cuando no lo hacía, me di media vuelta y seguí hacia el estacionamiento, tenía unas inmensas ganas de salir del colegio. Pero, era el colegio nadie me podía salvar de este lugar porque el problema no era el lugar en el que estaba ni el día en el que estaba ni el momento en el que estaba ni nada de eso, el problema que tenía era conmigo. Nadie podía rescatarme de mi propio mundo ni si quiera yo podía. 

La nostalgia me seguía, con cada paso que daba empezaba a añorar el pasado, el pasado que tenía con Finn, no hablo exactamente nuestro transcurso como "amigos con privilegios" si no mas bien a nuestro transcurso como amigos, como mejores amigos, como casi hermanos. Como "mi hermano" del cual estaba loca y perdidamente enamorada, al cual siempre le podía contar todo, al cual amaba en secreto... al cual perdí.

Aún no entiendo muy bien qué fue lo que pasó entre nosotros, creí que me amaba así como yo a él, y cada día traté de convencerme de que lo hacía, su comportamiento me lo demostraba, y a la vez me lo negaba era un tanto confuso todo esto

- No, no te irás de nuevo y me dejarás a mí hablando como un tonto - dijo enfurecido siguiéndome - Hollie me gustas pero no podemos estar juntos ¿entiendes? No es que no te quiera, yo te amo pero simplemente no se puede 

Di media vuelta haciendo que él quedara contra la pared y yo frente a él, acorté las distancias entre nosotros sin dejar de mirar sus ojos, mi ceño seguía fruncido por la confusión, él ocasionaba eso conmigo solo pura confusión, sus labios temblaron un poco y su respiración se agitó al igual que la mía mientras yo me acercaba a él tomándolo por su nuca, nuestras narices se tocaban y aún así no era suficiente lo cerca que lo tenía. 

- Deja de jugar conmigo - susurré con voz metálica separando muy bien cada frase que salía de mi boca 

- Holls... - susurró apretándome hacia él 

- Me llamo Hollie, Hollie Feeling para ti - murmuré yo también con cierta dificultad ya que de pronto un nudo se había formado en mi garganta impidiéndome hablar 

Me alejé de él bruscamente, y caminé rápido hasta que empecé a correr hacia los servicios higiénicos, me encerré en un compartimento de ahí dejándome caer al suelo con la espalda apoyada en la pared, una lágrima se escurrió por mi mejilla; ¿por qué era tan difícil olvidarlo?¿por qué de pronto mi existencia se convirtió en una competencia?¿por qué era capaz de lastimarme con cada palabra que salía de su boca?

La respuesta era sencilla, aunque me encargué todo este tiempo de negarla, era imposible: porque lo quiero. Y aún así me lastime miles de millones de millones de veces... lo seguiré haciendo

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